Vladimir Putin y el rey Salman de Arabia Saudita, aliado tradicional de Washington, sellaron este jueves su acercamiento al firmar acuerdos militares y energéticos en ocasión de la primera visita del soberano saudí a Rusia. El anuncio de un contrato que abre la vía para la compra por Riad de sistemas de defensa antiaérea rusos S-400, rubricado en el Kremlin, entre otros documentos que representan transacciones por miles de millones de dólares, son el corolario de varios meses de un diálogo creciente entre ambos países, pero también simboliza la actual importancia del papel de Moscú en Oriente Medio.
“Esta visita brindar  un nuevo impulso poderoso al desarrollo de las relaciones bilaterales’’, declaró Putin al iniciar su diálogo con el rey Salman. Los acuerdos firmados este jueves ``permiten elevar la asociación ruso-saudí a un nivel inédito’’, destacó el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, tras finalizar las negociaciones.
En total, se firmaron una quincena de acuerdos que representan ``miles de millones de dólares’’, según el presidente del Fondo ruso de inversiones directas, Kiril Dmitriev. Entre ellos, figura un protocolo de acuerdo entre la Saudi Arabian Military Industries (SAMI) y la agencia rusa encargada de la exportación de equipamiento militar Rosoboronexport.
Los sistemas de misiles S-400. uno de los incluídos en el memorando, constituyen una potente arma antiaérea, comprados recientemente por Turquía, miembro de la OTAN, lo que suscitó críticas de Washington. Los acuerdos también abarcan sistemas antitanque, lanzacohetes, lanzagranadas y fusiles de asalto.
A largo plazo, ambos países planean realizar transferencia de tecnologías para que los S-400 puedan fabricarse en Arabia Saudita. Otros dos acuerdos prevén en particular la creación de dos fondos comunes de inversión en el dominio energético y en el de las altas tecnologías, cada uno por un monto de 1.000 millones de dólares.
Sin embargo, estos acuerdos deben relativizarse: Arabia Saudita firmó con Washington en mayo contratos de compra de armamentos por 110.000 millones de dólares, en ocasión de la visita del presidente Donald Trump a Riad. A pesar de ello, ``así Arabia Saudita reconoce a Rusia como un actor importante en la región, en tanto hace dos o tres años, la retórica era diferente, llegando incluso a las amenazas directas. Ahora hay m s respeto por los rusos’’, aseguró el analista político Fiodor Lukianov.
Rusia y Arabia Saudita se encuentran entre los principales actores del conflicto en Siria, donde septiembre ha sido el mes más mortífero en 2017, con al menos 3.000 víctimas mortales, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Con respecto al conflicto en Yemen, ambos países tienen desacuerdos sobre el conflicto sirio, en el que Moscú apoya a Bashar al Asad y Riad a la oposición.
Señalando un intercambio “franco’’ sobre la situaci¢n en Oriente Medio y Africa del norte, Lavrov aseguró que los dos dirigentes comparten “la necesidad de alcanzar un diálogo respetuoso entre todas las partes interesadas, para arreglar estos problemas’’.
La Unión Soviética había sido el primer Estado en reconocer al reino de Arabia Saudita. Pero ningún dirigente saudí visitó la URSS o Rusia anteriormente, y Putin visitó el país del Golfo en 2007 por primera vez.
El acercamiento reciente entre Moscú y Riad ha sido favorecido por su rol motor en el acuerdo entre grandes productores de petróleo, que permita controlar la caída de los precios, lo que ha golpeado a sendas economías.
“Aspiramos a continuar la cooperación positiva entre nuestros países en vistas de estabilizar los mercados petroleros mundiales’’, aseguró el rey Salman en sus conversaciones con Putin.
Putin, que el miércoles se entrevistó con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, cuyo país es un gran productor petrolero, y juzgó posible una prolongación más allá de 2018 de este acuerdo, que en principio expiraría en marzo.