viernes, 27 de octubre de 2017

34 ARTÍCULOS DEL 27 DE OCTUBRE DEL 2017

  34 ARTÍCULOS DEL 27 DE OCTUBRE DEL 2017

 

El proyecto de EEUU para balcanizar México





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El proyecto de EEUU para balcanizar México

21-27 minutes




Increíblemente cuenta con la ayuda de algunos sujetos que se dicen ser "mexicanos" pero no podrán lograrlo.

Nos tienen miedo por eso nos quieren dividir





México es un país con múltiples problemas derivados de la mala administración pública y la corrupción de sus políticos. El país sufre graves desigualdades sociales debido a la corrupción y a la incompetencia de los sujetos que gobiernan este país.

De esta manera vemos cómo el norte del país goza de un crecimiento económico relativamente alto cercano al 8% anual, mientras el centro mantiene un crecimiento cercano el 3 %, pero el sur, pese a gozar de enormes recursos naturales tiene un decrecimiento económico no acórde a sus recursos; así, tenemos que estados como Campeche registran un retroceso del 10% en su economía, mientras guerrero cae 3%, Chiapas e hidalgo 2%.

Aguascalientes, Baja California Sur y Quintana Roo son los estados con el mayor incremento en la actividad económica durante el primer trimestre del año, en comparación con igual periodo de 2016.

De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, que difunde el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el periodo de referencia Aguascalientes registró un avance de 8.8 por ciento, mientras que Baja California Sur avanzó 7.0 por ciento, y Quintana Roo 6.7 por ciento.

En contraste, las entidades con los menores crecimientos en el periodo fueron Tamaulipas, con 1.0 por ciento; Sinaloa, con 1.1 por ciento, y Chihuahua, con 1.3 por ciento.

Los que cayeron

A diferencia de los estados que tuvieron un crecimiento económico, Campeche registró un retroceso en sus actividades económicas de hasta 10 por ciento; Guerrero bajó 2.9 por ciento, en tanto que Hidalgo y Chiapas cayeron en 1.9 por ciento cada uno.

¿Qué significa esto?





Estas cifras se pueden entender si consideramos la realidad política y social del país; así, por ejemplo, que Guerrero caiga en un decrecimiento económico del 2% se entiende si consideramos que ese estado se ha visto muy afectado por la delincuencia organizada, por las bandas traficantes de drogas, por las bandas delictivas que se dedican a extorsionar a las empresas y pequeños negocios, y por la guerrilla; si consideramos todos estos factores se comprende por qué el estado ha experimentado un crecimiento económico negativo, y creo el 2% es poco, pues estando el estado tan gravemente afectado por lo anteriormente mencionado, es sorprendente que aún así siga la actividad económica e industrial y solo se haya visto afectada en un 2%. Por cuestiones como esas es que las empresas se niegan a invertir en determinado lugar, y las que hay, emigran a otros lugares donde puedan gozar de mejores condiciones de seguridad pública.

En el caso de Chiapas, ya sabemos que ese estado se ha visto afectado por la guerrilla de los zapatistas, además, sus autoridades son en extremo corruptas; ahí impera el caciquismo. Pero también el gobierno federal no ha hecho lo suficiente para dotar a ese estado de vías de comunicación modernas y de la infraestructura urbana necesaria para que las empresas se decidan a invertir ahí. Además, no se han creado planes de educación integral y efectiva para los chiapanecos considerando las condiciones geográficas del estado donde algunas comunidades viven en la sierra y están muy alejadas de los centros urbanos.

El qué el norte del país crezca a niveles muy altos se entiende si consideramos que están en la frontera con EEUU, país que representa ser el principal socio comercial de México y a donde van cerca del 80% de las exportaciones mexicanas. Así, las empresas prefieren invertir en esos estados pues aprovechan su cercanía con su principal mercado y de esa manera disminuyen costos en el traslado de la mercancía hasta sus clientes y distribuidores; además, también ahorran en costos en la importación de los componentes necesarios para los productos que fabrican. Por otro lado, también el qué el norte del país esté mejor comunicado contribuye a que prefieran invertir en esos estados que en los estados del Sur.

Pero una vez se anule el tratado de libre comercio de América del norte, esa condición va cambiar y entonces México tendrá que buscar nuevos socios comerciales para que las exportaciones mexicanas puedan sustituir en un buen porcentaje el mercado norteamericano; así mismo, los mexicanos tendrán que buscar nuevos proveedores para su industria. Por lo tanto, la frontera norte del país perderá un poco el dinamismo exportador que hoy posee y otras regiones se verán beneficiadas dependiendo de los nuevos socios comerciales que logre hacer México. Así, si China se convierte en el principal socio comercial de México en sustitución de los EEUU muy probablemente los puertos del pacífico se verán beneficiados con un aumento en las inversiones y en la actividad productiva. Entonces, estados como Guerrero, Michoacán, Nayarit, etcétera, verán un repunte en su crecimiento económico. Pero si, por ejemplo, Sudamérica sustituye a los EEUU como principal socio comercial del país azteca, entonces todo el sur de México experimentará un auge en la inversión extranjera y en la actividad económica, pues al estar más cerca del mercado exportador, mucha industria se trasladará a esa región del país. Pero si México diversifica los mercados para sus exportaciones, entonces todo el país se vería beneficiado y no solo determinadas regiones.

México ha firmado múltiples tratados de libre comercio con casi todas las regiones del mundo, por tanto, es hora de aprovechar esos tratados y exportar a esos lugares para así compensar la pérdida del mercado norteamericano. Tenemos convenios de libre comercio con la Unión Europea, con Japón, con Israel, con Latinoamérica, con el Líbano, con Islandia, noruega y suiza, con Brasil, Turquía, etcétera. Tenemos muchos lugares para donde mirar pero nos obsesionamos con los EEUU; Ellos sí que tendrán que preocuparse, pues no tienen tantos tratados comerciales como México; además, en muchos lugares no los quieren.

Si México ya se embarcó en este tema del libre comercio, pues que lo aproveche y lo perfeccione; pues volver al pasado, al proteccionismo, es volver a empezar y perder otras dos décadas más. Hay que buscarle las ventajas a los tratados de libre comercio ya firmados y aprovecharlos.

Recientemente una delegación rusa visitó el país para buscar una alianza económica con México. Los rusos trajeron ofertas de inversión para los empresarios mexicanos ofreciéndoles tarifas impositivas preferenciales y, en algunos casos, excepción de impuestos hasta por treinta años.

Ellos quieren crear alianzas en el ramo aeroespacial y automotriz. Ya desde hace algunos años han ofrecido a México la fabricación conjunta de aeronaves, como el caza MIG-35 y los helicópteros Kamov. Pero el gobierno mexicano siempre tan miope prefiere esperar a la buena voluntad del trompas y de las autoridades estadounidenses.

Pero los gringos no quieren a México, lo vuelvo a repetir una vez más; y ahora, durante las “renegociaciones” del tratado de libre comercio exigen cosas tan abusivas que son inaceptables, inclusive para los peores gobiernos mexicanos entreguistas que siempre hemos sufrido. Ellos, los gringos, exigen que los productos que México exporte a los EEUU tengan como mínimo un 60% de componentes estadounidenses. Asimismo, exigen que el tratado sea revisado cada 3 años para ajustarlo de tal manera que los exportadores norteamericanos tengan ventajas competitivas contra las empresas mexicanas y, así, eliminar el déficit comercial que tiene EEUU con México. Pero si tienen un déficit comercial muy grande es sólo por estúpidos, por aprovechados, por querer acabar con la industria mexicana y sustituirla por las empresas transnacionales estadounidenses; ahora que no pueden, ahora sí quieren terminar con el tratado ó modificarlo para obtener mayores ventajas, ventajas que no supieron aprovechar en su momento.

Pero debido a estas desigualdades sociales entre las diferentes regiones del país provocadas por el desigual desarrollo económico, es que algunos hablan de una presunta “balcanización” de México. Yo puedo entender que esto, el afán de desmembrar a México, provenga de algunos extranjeros, pero no de los mexicanos.

No hay tal cosa de una “balcanización” de México, aunque si hay desigualdades, graves en algunos casos, pero eso es muy diferente a decir que México se fragmenta. Aunque ciertamente hay algunos que así lo quisieran, y me refiero a ciertos “mexicanos”, pero de lo que no hay duda es de que algunos extranjeros, más específicamente ciertas corporaciones industriales, o sus gobiernos, si lo quieren que suceda para ellos aprovecharse de esa situación.

Eso no es nada nuevo, pues desde que la nueva España, ahora México, se independizó de España esas intrigas siempre han estado presentes en este país. Y las hemos sufrido duramente en el pasado, pues no por nada el territorio nacional se ha visto reducido en más del 70% desde la independencia.

Así es, primero perdimos las Filipinas, después Centroamérica, y finalmente el norte del país, es decir, Arizona, Texas, Nuevo México, california, Utah, Colorado, etcétera.

En algunos casos los territorios se perdieron por afanes independentistas promovidos por poderes extranjeros, como fue el caso de Texas, Centroamérica y Filipinas. Otros francamente nos fueron robados en una guerra abierta de agresión y expoliación, como sucedió con todo el norte del país, incluido Texas, pues los anglosajones que promovían la independencia de Texas no eran mexicanos y, además, fueron cobardes y mal agradecidos pues mordieron la mano que les dio de comer, porque eran inmigrantes que ingresaron a Texas ilegalmente, en algunos casos; pero en otros, eran inmigrantes legales que el gobierno mexicano dejó entrar a territorio nacional como muestra de amistad y compasión, permitiéndoles de esa manera obtener un medio para subsistir; pero ellos fueron mal agradecidos con los mexicanos y su gobierno y exigieron la independencia, independencia promovida por Washington a través de agentes infiltrados en la comunidad anglosajona que se asentó allí gracias a la generosidad de los mexicanos y su gobierno. Por lo tanto, podemos concluir que esa “independencia”, y posterior anexión a los EEUU, es ilegal y no tiene ninguna validez hasta el día de hoy. Si el entonces presidente mexicano, Santa Anna, “reconoció” la independencia de Texas fue porque fue hecho prisionero por las tropas yankees y obligado a firmar ese documento so pena de muerte; desgraciadamente fue cobarde y prefirió conservar la vida a negarse al vil robo a la nación mexicana. Con los otros territorios ni siquiera hubo necesidad de infiltrar agentes gringos pues simple y llanamente fue invadido el país y despojado de su territorio.

Muchos dirán que los yankees se mostraron magnánimos con los mexicanos al quedarse solo con la parte norte del país y dejarnos el sur, pero la realidad es que si así lo hicieron fue para que los mexicanos tuviéramos un lugar donde vivir, pues si hubieran anexado todo México a los EEUU se hubieran visto inmersos en una guerra interminable entre mexicanos y anglosajones, terminando con el exterminio de unos u otros, o de ambos. Los pocos mexicanos que quedaron en los territorios robados, o fueron asesinados o fueron obligados a emigrar al sur, a México. Y los pocos que se salvaron y prefirieron quedarse ahí, fueron denigrados, catalogados como ciudadanos de segunda, parecido a como les pasó a los indios americanos del norte que fueron confinados en “reservas indias”, lo que no es otra cosa que guetos indios.

Pero volviendo a los tiempos actuales; si bien es cierto que los territorios robados a México fueron casi despoblados en su totalidad de compatriotas, la realidad es que los mexicanos estamos regresando a nuestra tierra, a nuestros territorios que históricamente nos pertenecen; ya en algunas ciudades estadounidenses, como los Ángeles, somos mayoría; eso causa terror en los gabachos.

Entonces, los gringos ante el temor que les causa el rápido crecimiento de la población mexicana en “su” país, es que estudian como eliminar esa amenaza existencial para los EEUU; pues así como van las cosas, en solo unos años los mexicanos seremos mayoría en todos los estados que fueron arrebatados a México, como lo son Texas, California, Arizona, Utah, Nuevo México, etcétera.

Esta es la verdadera razón de ser del “muro de Trump”: evitar que siga aumentando la población mexicana con respecto a la anglosajona y negra, pues temen un proceso inverso a lo que pasó con Texas; es decir, que los mexicanos sean mayoría y exijan su independencia y su posterior anexión a México. Esa sería la venganza azteca; de esa manera México recuperaría su territorio, y un poco más cómo compensación.

Ante este escenario es que los gringos estudian cómo evitar una situación cómo la descrita aquí.

Una “solución”, según ellos, es promoviendo la deportación masiva de mexicanos “ilegales” a su país de origen, ósea, a México. Otra es creando el muro para evitar en lo posible la inmigración de mexicanos a los EEUU. Otra es promoviendo programas de planificación familiar, esto es, control natal, entre la población hispana, principalmente entre los mexicanos.

Pero la más nueva, y quizá la principal, pero también la más dañina para México, es promover la división entre los mexicanos, esto es, la “balcanización” del país, para así no tener que enfrentarse a un grupo homogéneo, unido, sino a un reino dividido. No por nada dice el refrán: un reino dividido no puede permanecer o, divide y vencerás.

Estando así las cosas, algunos think thanks gringos ya comienzan a barajar la idea de un México balcanizado; esto es, un México dividido. Por mientras ya hablan de una división económica, social y “cultural” de México, como la ya comentada

Es decir, algunos medios gringos comienzan hablar de las "profundas", entre comillas, desigualdades entre las diferentes regiones del país. Algunos hablan de la fractura que ocasiona en la sociedad mexicana la delincuencia organizada, pues dividen al país según cual grupo delictivo, o cartel de drogas, domina tal o cual estado o región. Otros hablan de un México “dividido” según su grado de desarrollo económico y social.

Así, hablan de un México norteño, de un México central, de un México del sur, de un México del pacífico, de un México del atlántico, etcétera. Pero todo es una estrategia para comenzar a meter en el subconsciente del mexicano la idea de un “México dividido”, o de “diferentes" Méxicos, tal como dijera cierto youtuber “mexicano”

De esta manera tenemos que:

El portal israelí-estadounidense, Stratfor, ha comenzado a propalar la idea de una “balcanización de México” a través de sus carteles desde 2010.

Así mismo, un estrafalario multimillonario, Tim Draper, fomenta la división de California en seis micro-estados con el fin perverso de diluir a la mayoría mexicana.

Robert Kozloski, autor de Las guerras futuras, fronteras abiertas y la necesidad de reforma, así como prominente analista en el Departamento de la Armada, abordó el 23 de julio reciente en el blog oficial de la U-S Nával Institute, presidido por el almirante James Stravridis, anterior comandante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Europa, la balcanización de México en tres repúblicas: Por una larga visión de la inmigración de los hispanos.

Kozloski aborda el influjo masivo de inmigrantes centroamericanos a lo largo de la frontera sudoccidental de EEUU con México y considera que debido a la paralización y los intereses políticos en cortejar el voto latino, las políticas federales han sido inefectivas en resolver la inminente crisis estadounidense, que califica de amenaza existencial debido a las tendencias demográficas que amenazan la cohesión geográfica y la prosperidad de EEUU.

Cita el último libro del fallecido racista mexicanófobo de jarvard, Samuel Huntington, ¿Quiénes somos?: los desafíos a la identidad nacional de EEUU, y arguye que la cultura anglo-protestante, razón fundamental dé qué EEUU haya prosperado como nación, ha sido erosionada debido al cambio poblacional procedente de su frontera sur.

A juicio de Huntington, las redes transfronterizas fincadas en conexiones familiares tienen el potencial de engendrar un movimiento de unificación.

Kozloski cita también a Peter Skerry, del Boston College: A diferencia de otros inmigrantes, los mexicanos llegan de un país vecino que ha sufrido una derrota militar a manos de EEUU, y se asientan predominantemente en una región que fue una vez parte de su hogar.

La más relevante cita de Kozloski es del académico Charles Truxillo, de la Universidad de Nuevo México, quien predice un hogar hispánico: la República del Norte.



Lo cual se entiende cómo la balcanización de México en otros dos estados:

1.- lo que queda de México en el centro, cuya frontera sureña es el istmo de Tehuantepec y su línea fronteriza norteña de Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Hidalgo y Veracruz.

2.- la República Maya, toda la península de Yucatán (Yucatán, Campeche y Quintana Ró), Chiapas y Tabasco, con la absorción de Guatemala y Belice (¡sin el Honduras maya!).

La República del Norte y, u, Hogar Hispano será formada en 2080 y absorbe a cuatro estados sureños de EEUU (California, Arizona, Nuevo México y Texas), además del sur de Colorado, con los estados mexicanos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas; es decir, el asiento del fracking y el narcotráfico.

Por lo tanto no es casual que las autoridades mexicanas hagan cómo que combaten a los carteles de la droga pero en realidad no acaban de terminar con ellos; y esto es así por que están obedeciendo a sus amos gringos. Tampoco olvidemos que en muchas ocasiones han sido sorprendidos agentes del FBI y la CIA traficando droga de los carteles mexicanos y sudamericanos en aviones oficiales de esas dependencias norteamericanas; eso es porque el gobierno estadounidense es el principal narcotraficante del planeta; esa fue la principal razón de la invasión de Afganistán: controlar el mercado mundial de la amapola.

También el gobierno mexicano ha provocado el robo de gasolina debido a su inacción, y también por los contubernios entre las autoridades y los traficantes de gasolina robada, esto al más puro estilo del Estado Islámico; delincuentes que venden la gasolina a precios 70% más baratos y que exportan el petróleo robado. Al igual que metales robado en minas clandestinas. No es de extrañar que en las grandes extensiones de terrenos abandonados por los desplazados de la guerra contra el narco, ahora sean zonas de Fracking. Incluso las empresas extranjeras se benefician de la muerte de México, como el HSBC y Citigroup que fueron multados por lavado de dinero del narco mexicano en EEUU.

No te dejes engañar mexicano, no por que te vendan gasolina al 50% de su valor te están haciendo un favor, un bien, muy al contrario, pretenden destruir México y a tu familia; no lo permitas.

Esto se estaría haciendo de esta manera para promover la balcanización de México.

Pero volviendo con los ideologos gringos; A juicio de Truxillo, su creación será lograda por la presión electoral de la futura mayoría de población hispana, cuando los chicanos sudoccidentales y los mexicanos norteños se están volviendo un nuevo pueblo de nuevo. Si no se independiza como Estado soberano, predice mínimamente una región semi-autónoma. ¡Cuando la demografía dicta la geografía!

Kozloski comenta que la tesis de Truxillo no es descabellada, ya que la confianza en el gobierno federal de EEUU se ha mermado, concomitantemente a movimientos secesionistas en Maryland, Colorado y California, al estilo de la autodeterminación de Crimea, y cita el libro La venganza de la geografía, del connotado balcanizador israelí-estadunidense Robert Kaplan, colaborador de Stratfor, quien compara la crisis presente a lo largo de la frontera sudoccidental de EEUU con la declinación del imperio romano. La tesis nodal de Kaplan es que alguna forma de confederación de México y EEUU puede ser inevitable.

A mi juicio, esta confederación de facto ha sido puesta en marcha mediante la Seguridad Energética de Norteamérica impuesta por Obama a sus dos vecinos valetudinarios en la óptica de Kaplan, un supraestado trilingüe de los tres países de Norteamérica.

Kozloski aduce que una de las causas del divorcio demográfico se debe a la disparidad económica entre México y EEUU: “México necesita capacidad para disolver las sofisticadas Organizaciones criminales trasnacionales, muy difíciles de erradicar debido al terreno montañoso y a la dispersa población en el norte de México, en lo que los militares de EEUU, su espionaje y las agencias de fortalecimiento federal de las leyes apoyen a sus similares de México”. Aporta el lúgubre ejemplo de la colaboración de EEUU con Irak y Afganistán.

Si ese es el paradigma a seguir, pues es mejor carecer de tal colaboración que pulverizó a Irak y a Afganistán.

Por cierto, nadie ha explorado la viabilidad sustentable del podado México ni de la nueva República Maya.

En contrapunto, Igor Panarin, decano de los diplomáticos de Rusia, sustenta la balcanización del mismo EEUU como consecuencia de su deuda impagable.

Joel Garreau, anterior editor del Washington Post, había previsto hace 33 años la balcanización de los nueve países de Norteamérica que hoy se traslapan tanto con la República del Norte y, u, Hogar Hispano de Truxillo, mediante su Mex-América, como con partes balcanizadas de la cartografía de Panarin.

Más allá del deseo del cambio de nombre del golfo de México por golfo de EEUU otros autores como Louis Casagrande sustentan la balcanización de México en cinco países.

A mi juicio, la desglobalización en el mundo post Crimea lleva simultáneamente a dos movimientos antagónicos: uno centrifuga de balcanizaciones, y otro centrípeta de reagrupaciones regionales.

Ciertos círculos militares y estratégicos de EEUU aprovechan la coyuntura del mundo post Crimea para reordenar sus previos proyectos fallidos mediante la balcanización de México en tres repúblicas que serían las esterilizadoras y amortiguadoras de la demografía galopante de los infantes centroamericanos desposeídos por el cataclísmico neoliberalismo financierista israelí-anglosajón y sus guerras: ¡La venganza de la biología!.

Por ahí hay algún estúpido que se dice ser “mexicano” pero propone la fragmentación de México en 4 países independientes, “proyecto”, entre comillas, conocido como “Aridoamérica”. Para ser sinceros, ese tipo es un imbécil que no sabe nada de historia, economía o política, y solo expresa ideas que salen de su mente enferma o, en todo caso, es un agente pagado por poderes extranjeros para promover la idea de un México dividido. Incluso tiene su propia “pagina” en Facebook.

Por otro lado, el ex general estadounidense, y hoy jefe de gabinete de Donald Trump, John Kelly, afirma que México es un estado fallido y un país al borde del colapso; habráse visto un tipo más cara dura, si los que están al borde del colapso son precisamente ellos; esas son patadas de ahogado que intentan llevarse a otros entre las patas. Aunque claro, estas declaraciones de este sujeto lo que intentan hacer es convencer a la opinión pública estadounidense de construir el muro transfronterizo entre los EEUU y México y, así mismo, un muro en la frontera de México con Belice y Guatemala; muros cuyo objetivo ya expliqué.

¿El fin del TLCAN cómo afectará a México? ¿Qué puede hacer el país para afrontarlo? Acá te lo explico


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¿El fin del TLCAN cómo afectará a México? ¿Qué puede hacer el país para afrontarlo? Acá te lo explico

 


¿QUE PUEDE, O DEBE, HACER MÉXICO ANTE LA ANULACIÓN DEL TLCAN?
Muchos “analistas” se dicen muy preocupados por la más que probable disolución del tratado de libre comercio de Norteamérica, pero, ¿la cosa es tan seria para preocuparse tanto?

Trump dice que el TLCAN o NAFTA es el peor tratado comercial en la historia de EEUU, pero eso mismo pensamos muchos mexicanos sobre el asunto; es más, cuando se suscribió el tratado, en 1992, se criticó, y se insultó, duramente al gobierno mexicano por haber firmado el TLCAN, un acuerdo que a todas luces era perjudicial para la economía nacional. Por aquel entonces se hablaba del “milagro mexicano”, pues algunos veían a México como el Japón del siglo 21. Eso era debido a la rápida industrialización del país y a los enormes ingresos a las arcas del tesoro nacional que traía la venta del petróleo mexicano.
Pero si México se estaba industrializando tan rápidamente era solo por una simple y sencilla razón; y esa era qué el mercado mexicano estaba protegido, es decir, estaba protegido de la competencia externa a través de altos aranceles aplicados a los productos extranjeros y, en algunos casos, a la franca prohibición de importación de ciertas mercancías, como los aparatos electrónicos.
Entonces, debido al proteccionismo que aplicaba México para ayudar a su industria y campo, se logró una rápida industrialización del país; pero el problema estuvo en que al estar protegida la industria nacional esta se encerró sobre sí misma; se creó un capullo donde solo competía ella y, por lo tanto, no se invirtió en investigación y desarrollo pues la competencia era casi nula; y las marcas nacionales lo que hacían era pactar entre ellas para fijar los precios de los productos y así evitar la competencia, por lo tanto no se preocuparon por innovar; claro, eso también limitó enormemente sus posibilidades de exportar, pues carecían de la tecnología adecuada y no tenían las técnicas necesarias de mercadeo para colocar sus productos en el mercado internacional; además, no tenían la necesidad de competir con las marcas extranjeras pues les bastaba el mercado local, eran conformistas.
Pero ese proteccionismo mexicano logró crear muchas fuentes de trabajo, además, con salarios superiores a los actuales, pues el salario de un obrero alcanzaba para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio mexicana. Pero ahora, ni cinco salarios mínimos alcanzan para comprar lo mismo que en ese entonces se compraba.
Aquí lo que hacia la industria nacional era comprar la tecnología al extranjero, pero por supuesto, era tecnología ya anticuada, porque de otra manera hubiera sido muy costoso adquirirla.
Estando así las cosas al entonces presidente, Carlos salinas de Gortari, se le ocurrió la maravillosa idea de firmar un tratado de libre comercio con la primera potencia tecnológica e industrial del mundo, o al menos lo era en ese entonces, es decir, con EEUU. A todas luces era un tratado totalmente desventajoso para México, pues ni la industria nacional, ni el campo mexicano, podían competir contra las empresas estadounidenses y canadienses altamente industrializadas, pero aún así, el estúpido presidente insistió en la firma del tratado pues según él, México era una potencia del “primer mundo”; también por eso negoció para que la OCDE aceptara a México como miembro.
La OCDE es el mayor grupo elitista de las naciones “capitalistas” más industrializadas del mundo, es el principal instrumento de la globalización capitalista.
Pero a pesar de todo ello, el Trompas insiste en que el Tratado de libre comercio de Norteamérica es el peor tratado firmado en la historia de su país. Así mismo, lo califica como un instrumento con el que México abusa de los EEUU. Pero como ya expliqué, fue todo lo contrario.
Una cosa es que los empresarios, o más bien, los gobernantes de EEUU sean tan imbéciles, y otra cosa es que para México haya representado un supuesto beneficio y un medio para que el gobierno mexicano “abuse” de los ciudadanos estadounidenses.
Sin duda el dichoso tratado fue un instrumento más del imperialismo económico yankee que otra cosa, pues eran completamente conscientes de que beneficiaría mayormente a sus empresas y que provocaría la quiebra de innumerables empresas en México. Y efectivamente así fue: la industria nacional prácticamente desapareció y fue sustituida por las empresas transnacionales estadounidenses y canadienses; pero esa es precisamente la razón de la incomodidad de Trump, pues está enojado porque las empresas estadounidenses prefirieron emigrar a México que permanecer en su país para aprovechar las mejores condiciones salariales e impositivas que les otorgaba el país azteca.
Pero ese era precisamente el objetivo del TLCAN: lograr mejores condiciones para las empresas estadounidenses y canadienses y así conseguir mayores beneficios; y eso fue exactamente lo que pasó, sucedió tal como se planeó, solo que el trompas es un estúpido y no se da cuenta de los planes de la élite de su país. A ellos no les importan los ciudadanos estadounidenses, ni los mexicanos o canadienses; a ellos solo les interesa obtener mayores beneficios económicos no importa donde produzcan, si en EEUU, Canadá o México.
Pero México, más bien los mexicanos, vimos cómo los salarios descendían rápidamente y cómo el trabajo empezaba a escasear.
Eso sucedió así porque en la industria nacional, que anteriormente estuvo protegida, los procesos industriales no estaban tan tecnificados, automatizados, como si lo estaban en la industria internacional; por lo tanto, requerían emplear a más gente para producir lo mismo; además, al tener un mercado cerrado tenían un mercado seguro y, por lo tanto, podían pagar mejores salarios, o más bien, no tenían que competir por salarios más bajos.
Pero una vez el mercado mexicano se abrió a la competencia internacional, y considerando que estaban atrasados tecnológicamente, tanto en sus productos como en sus procesos industriales, los empresarios mexicanos tuvieron que buscar una manera de competir con los extranjeros, y esa fue la de ofrecer salarios más bajos y así conseguir precios más competitivos considerando la relación costo-beneficio de sus manufacturas, pues si bien los productos eran más baratos, estaban atrasados tecnológicamente. Algo muy similar a lo que pasó con la industrialización de China, aunque con sus diferencias. También la empresa transnacional se benefició de esos salarios más bajos.
Las empresas mexicanas que se salvaron de la quiebra y pudieron sobrevivir a la apertura del mercado mexicano fueron aquellas que contaban con tecnología más moderna y con procesos industriales más actuales y eficientes; así cómo las que ya traían un programa de desarrollo industrial propio, es decir, las que invertían en investigación y desarrollo tecnológico; las otras, o desaparecieron o se transformaron en sólo maquiladoras, o en algunos casos, sobrevivieron sólo como importadoras-distribuidoras pero ya no cómo fábricas.
Pero aun así, el trompas dice que los mexicanos abusamos de los estadounidenses.
Pero como vuelvo a repetir; México pasó de convertirse en una potencia industrial emergente a una nación maquiladora básicamente. Pero la estrategia adoptada para competir internacionalmente fue la de ofrecer salarios mínimos muy mínimos: eso es lo que ofrecen las autoridades mexicanas, y los políticos corruptos (que para el caso es lo mismo), para atraer a la industria internacional. ¿Y, pues quien se va a resistir a pagar salarios de hambre a cambio de mano de obra calificada y cualificada? Pues nadie. Aquí lo tienen todo: mano de obra baratísima, recursos naturales, materias primas y energía muy barata; ¿que más pueden pedir?, nada.
Pero de los salarios bajos no solo se benefician los extranjeros, también los mexicanos, la elite mexicana corrupta y apátrida que solo ve su propio beneficio en detrimento del pueblo.
Es por eso que pese a las exigencias de Trump de que México debe homologar los salarios con los EEUU y Canadá para mantener vigente el tratado de libre comercio las autoridades mexicanas no lo aceptarán, pues se acabarían muchos de sus beneficios logrados a base de la explotación del mexicano; además, los empresarios extranjeros presionan para que México no aumente sus salarios y así ellos mantener sus enormes beneficios económicos. Y como sabrán todos ustedes, los políticos mexicanos son apátridas y son egoístas por eso aceptan las dádivas de ellos para mantener los salarios bajos.
Es por eso que aunque desaparezca el TLCAN las empresas estadounidenses y canadienses no se irán de México, sino al contrario, vendrán más porque prefieren exportar al resto del mundo que solo venderle a EEUU. Las únicas que tal vez regresen a EEUU serán aquellas que solo tengan por mercado a los mismos EEUU, pero prácticamente hoy todas son transnacionales y no querrán perder el mercado internacional por solo vender en la unión americana; y eso es así porque si trasladan sus fábricas a territorio de EEUU tendrán que pagar salarios muy superiores a los que pagan aquí; así mismo tendrán que pagar impuestos más altos, energía bastante más cara, etcétera y etcétera. Así, perderán toda competitividad ante la competencia internacional, lo que provocará que no puedan vender sus productos por ser más caros y así se irán a la quiebra, lo que a la larga perjudicará, más que beneficiar, a los mismos EEUU, porque su sede fiscal esta precisamente allí, y es ahí, a los EEUU, a donde llevan la mayor parte de sus ganancias monetarias, pero si no hay beneficios, no habrá nada que llevar a los EEUU, ni dinero, ni trabajo, ni nada.
¿Pero que puede hacer México ante la disolución del TLCAN? Pues básicamente seguir haciendo lo que está haciendo hasta ahora, es decir, mantener los tratados de libre comercio con el resto del mundo y, sobre todo, apoyar a la industria nacional.
También las autoridades mexicanas deben crear programas de desarrollo industrial y tecnológico pero cómo estrategia nacional y no sólo como programas sexenales que vienen y van con cada gobierno en turno; NO, ésta debe ser una estrategia nacional apartidista e intemporal.
Se deben crear programas de investigación científica y tecnológica como lo son los programas de exploración espacial, de desarrollo militar, de física avanzada, de inteligencia artificial, de nanotecnología, de comunicación cuántica, de computación cuántica, etcétera; solo así México saldrá del subdesarrollo.
Muchos dirán, ¿y para que querremos crear armas?, ¿para qué querremos ir al espacio? ¿Para qué querremos crear aeronaves? ¿Para qué querremos crear robots inteligentes?, etcétera. Pues les diré; aunque aparentemente no tengan una utilidad práctica, esas tecnologías posteriormente son aprovechadas por la industria civil y eso es lo que le da una ventaja competitiva determinante a las empresas y al país en cuestión. Eso lo podemos ver muy claramente en el caso de China, la India, Corea del Sur, Japón, Rusia, etcétera.
Y hablando de esos países, otra cosa que podría hacer México, y que aparentemente sí lo está haciendo, es buscar integrarse a los BRICS, pues ellos son las potencias del mundo del mañana, ellos serán los que dominarán la economía y el comercio global en las próximas décadas.
Y hablando de China, México podría seguir su ejemplo y desarrollar el comercio electrónico global para que así los productos mexicanos tengan acceso a todos los mercados del mundo. Claro, esto debería ser más un esfuerzo de los empresarios mexicanos más que del gobierno, pero si pierden el mercado norteamericano tendrán que buscar donde colocar sus productos, y el comercio electrónico es una muy buena opción.
Todos conocen Amazon, Best Buy, etcétera; esas son empresas estadounidenses. Pero también habrán oído de Alibaba, Gearbest, AliExpress, etcétera; esas son empresas chinas. ¿Pero han oído alguna vez de una empresa mexicana de comercio electrónico global?, nunca, ¿verdad?; pues ese es el mercado que México está dejando ir, que está desperdiciando, y créanme, ese es el comercio del mañana, lo que dominará en los próximos años. ¿Por qué creen que cada vez cierran más tiendas departamentales grandes, aún en los EEUU? Pues por eso mismo. Ya no serán tanto los tratados de libre comercio, sino más bien, el comercio electrónico global.
Claro que esta revolución mercantil global también traerá más desempleo, pero el país que lo sepa aprovechar obtendrá ventajas con respecto a los demás.
También debemos tener en cuenta la próxima revolución tecnológica que está tocando a las puertas y que provocará una nueva ola de despidos de empleados humanos, y me refiero a la inteligencia artificial; tecnología de la cual México está desligado pero que llegará en cualquier momento y provocará una nueva crisis social y si México no está preparado la va sufrir mucho.

NUEVO SISTEMA FINANCIERO


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 NUEVO SISTEMA FINANCIERO


La mayor parte de esta información viene de fuentes dentro del sistema económico oculto y está relacionado con la implementación del nuevo sistema financiero.
Reinicio
Esto sucederá al mismo tiempo que el Evento, y de hecho es parte de la operación.
Día 1
Cuando una masa crítica de presión sea ejercida sobre la Reserva Federal, será obligada a pagar todo el dinero que deben a muchas personas por culpa de sus operaciones fraudulentas. Esto forzará a la Reserva Federal a declararse en bancarrota, ya que no tienen los medios para pagar este dinero. Esto generará una reacción en cadena que provocará la bancarrota del FMI, el Banco Mundial y todos los bancos centrales al rededor del mundo.
Volatibilidad extrema en los mercados provocará el cierre de las bolsas de valores en todo el mundo, incluyendo la NYSE. Todos los instrumentos financierios como opciones y CDS serán cancelados.
Todas las cuentas fantasma serán cerradas. Todas las cuentas relacionadas con el Cabal serán confiscadas. Toda la deuda pública y privada será cancelada (hipotecas, préstamos, tarjetas de crédito…)
Días 2 a 7
Los bancos estarán cerrados y habrá mucha incertidumbre y confusión. Algunos negocios permanecerán cerrados temporalmente. Los que permanezcan abiertos sólamente aceptarán efectivo, u oro y plata. Tarjetas de crédito no podrán usarse, ya que el sistema estará caído. Puede haber afectaciones en la cadena de distribución, por lo que se recomienda abastecerse de comida y gasolina.
Reevaluación
Después de una semana del Evento pueden todavía existir problemas con la cadena de distribución.
Se introducirá el nuevo sistema financiero, respaldado por el oro de Yamashita. Este oro será resguardado en un lugar que todavía debe ser revelado. No se podrá comerciar con el oro de Yamashita en la banca comercial. Una canasta de divisas que incluye al dólar, el euro, la libra, el yen, el franco suizo y el yuan formarán la base de este nuevo sistema.
Los bancos que no tengan conexión con el Cabal, y que hayan evitado la bancarrota volverán a abrir.No se les permitirá cobrar interés. Todas su contaduría será completamente transparente al público. La bolsa no volverá a abrir.
Se llevará a cabo la reevaluación. Esto quiere decir que los tipos de cambio entre distintas divisas cambiará, aunque no drásticamente. Las divisas reflejarán más la productividad de las naciones. El dinar iraquí no ganará mucho valor, a diferencia de mucha gente que especula lo contrario. Notas de la Reserva Federal, y demás notas bancarias serán aceptadas durante unos meses, en lo que el nuevo dinero es impreso, y luego sacadas de circulación paulatinamente.
Todas las transacciones, contratos y responsabilidades hechas con honestidad serán respetadas. Aquellos acuerdos que tengan nexos con el Cabal serán canceladas, nulas y sin efecto.
Después de unas pocas semanas
Las multinacionales se verán obligadas a comprar sus acciones y esto las llevará a la bancarrota. Serán separadas, y porciones de esas compañías serán nacionalizadas.
la existencia del Fondo Global de Arreglos será revelada al público en general.
Éstos fondos incluyen $70 trillones de dólares conectados con la Milicia Positiva, $100 trillones de la Sociedad del Dragón Blanco, $120 trillones del Movimiento de Resistencia y $10 trillones del fondo de Saint Germain.
El Fondo Global de Arreglos también incluirá todo el dinero y bienes confiscados del Cabal:
El Fondo Global de Arreglos servirá muchos propósitos. Primero, toda la deuda pública y privada al rededor del mundo será pagada. Después de eso, todas las personas reciben una remuneración por todo el robo y las actividades criminales del Cabal. Después, Fondos de Prosperidad se entregarán a la población y proyectos ambientales, humanitarios y nuevas tecnologías serán financiadas. Parte del dinero de Saint Germain irá directo a los Trabajadores de la Luz, mientras que el resto financiará proyectos conectados con el Primer Contacto.
–Cobra

Londres pierde la ‘corona’ del mercado del oro


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Londres pierde la ‘corona’ del mercado del oro


Londres ha sido y sigue siendo (todavía) la capital global del comercio del oro desde hace siglos, pero esa posición preeminente está declinando de manera peligrosa. El ‘Brexit’ –la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE)– es un ingrediente extra que abona a la pérdida de atractivo de la capital británica para los inversionistas, que temen nuevas regulaciones y costos ascendentes.
De hecho, Bloomberg informa que ya en agosto pasado hubo una fuerte caída de 12% en el volumen diario neto promedio de oro liquidado por la London Precious Metals Clearing Ltd., a 18.5 millones de onzas. “En Nueva York, el mayor rival de la capital británica, el intercambio de contratos de oro se disparó más de 25% en el tercer trimestre en comparación con el trimestre anterior, con un incremento en la actividad de 32% durante horas europeas”, reporta el medio.
Explica que entre las inquietudes de los inversores está si el comercio de oro ‘over-the-counter’ (es decir, de particular a particular) –el que por mucho es el que más se realiza en Londres– va a ser considerado como derivado o no. De ser así, el alza de costos haría perder el atractivo de operar fuera de las bolsas públicas de intercambio, una ventaja que hasta el momento tiene esa ciudad sobre Nueva York y otras.
Bloomberg recuerda que ya dos bolsas con sede en Estados Unidos, CME Group Inc. e Intercontinental Exchange Inc., además de la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés) han creado nuevas maneras de comprar y vender metales preciosos; ello, sin contar con la creciente influencia de China, adonde, por cierto, va a parar la mayoría del oro físico. Todo esto pone en duda que Londres siga teniendo la ‘corona’ de dicho mercado por mucho tiempo. A propósito, ya desde el año pasado en la Bolsa de Oro de Shanghái (SGE, por sus siglas en inglés) opera el precio referencial del metal en yuanes, como medida de competencia al precio de referencia mundial más importante, que hasta el momento sigue siendo el reformado London Gold Price, de la Asociación del Mercado de Lingotes de Londres (LBMA). Según ésta, más de 7,000 toneladas de oro y más de 32,000 de plata continúan resguardadas en bóvedas londinenses administradas por el Banco de Inglaterra, JPMorgan Chase, HSBC, ICBC Standard Bank y otros, y mientras sea así, esa ciudad seguirá siendo protagonista del mercado de metales preciosos. Nadie lo duda. El punto aquí es que la sangría de oro de occidente hacia oriente –de nuevo, en particular hacia China– continúa. Antes, sin embargo, los lingotes pasan por las refinerías suizas que le dan forma en barras más pequeñas y de mayor pureza (0.9999) que los tradicionales lingotes Good Delivery, para los que la pureza mínima es de 0.995. Los chinos son más exigentes. Así que, quien no quiera advertir y aprovechar la tendencia del flujo del oro, que también es la tendencia del flujo de poder y riqueza mundiales, estará dejando ir una enorme oportunidad. Manténgase atento a esta y más información relevante en Top Money Report.

28 ARTÍCULOS DEL 27 DE OCTUBRE DEL 2017

28 ARTÍCULOS DEL 27 DE OCTUBRE DEL 2017



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Miguel A. Reyes 

Estados Unidos perdió la guerra en Siria


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Estados Unidos perdió la guerra en Siria


Mucho ha cambiado desde que, en 2012, el entonces presidente de EEUU, Barack Obama decidió apoyar a los rebeldes que trataban de derrocar a Bashar Asad, mandatario sirio, apuntó Newsweek.

De acuerdo con el medio, desde el momento en que la Fuerza Aérea rusa intervino en el conflicto sirio a petición de Asad, Estados Unidos se vio obligado a cambiar su postura. El país norteamericano, entonces, determinó el nuevo 'objetivo informal' de detener a Irán, que, según la Administración Trump, supuestamente intenta garantizar una posición segura a largo plazo en Siria.
Newsweek destacó que pese a que Asad "parecía estar a punto de caer" en el inicio del conflicto, el líder sirio logró retomar cerca de la mitad de la ciudad de Deir Ezzor y empujar a los yihadistas hacia el otro lado del Eufrates, después de recibir el apoyo por parte de Rusia e Irán.
De acuerdo con Nicholas Heras, funcionario del Centro para una nueva seguridad estadounidense (CNAS, por sus siglas en inglés), la coalición y las Fuerzas Democráticas Sirias enfrentan un mayor desafío en Deir Ezzor que en cualquier otra parte de Siria.
Además, según Neil Hauer, analista de SecDev Group, Estados Unidos esperaba usar las tensiones en la región para reclutar militantes de las tribus, pero las fuerzas gubernamentales y sus aliados lograron "superar a Washington" y establecer el control sobre Deir Ezzor.
Por lo tanto, en última instancia, Estados Unidos y sus aliados tendrán que renunciar a la idea de fortalecerse en la región, concluyó Newsweek.

FUENTE: SPUTNIK

La política en la Argentina de hoy


salta21.com

La política en la Argentina de hoy

 

 

eaeapp.com

El macrismo se consolida como primera minoría electoral en Argentina, aunque todavía incluye una votación de rechazo al kirchnerismo, que no debe considerarse voto fiel al ideario y práctica de Cambiemos en el gobierno.
La suma de macrismo (41,60%) y kirchnerismo (21,72%) los coloca como las fuerzas más votadas (63,32%) y confirman que son la novedad política en la representación institucional de la Argentina en este Siglo XXI.
El radicalismo acompaña mayoritariamente al PRO y también en menor medida se incluye como parte en el kirchnerismo. El peronismo se incluye en el kirchnerismo, fuera del mismo y también minoritariamente con la alianza liderada por el PRO.
Por eso aludimos a una nueva situación política con crisis de las identidades tradicionales: radicalismo y peronismo; y la emergencia de nuevas representaciones institucionales.
El macrismo ya no es solo una fuerza de la Ciudad de Buenos Aires, sino que se extiende como identidad nacional, con peso electoral en los principales distritos por población y peso económico, especialmente la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Es algo que le otorga fuerza en la negociación con los gobernadores y las fuerzas políticas tradicionales en la Argentina, peronismo y radicalismo, disminuidas en su visibilidad como expresión política.
La votación del kirchnerismo sigue siendo amplia y de carácter nacional, con expresiones organizadas en el movimiento social. Anuncia que se posiciona como la principal fuerza de oposición al gobierno de Macri e intentará hegemonizar al peronismo, que en sus variantes se presentó por lo menos en tres espacios electorales. El liderazgo del peronismo está en disputa y Cristina Fernández pretenderá erigirse como la más votada hacia la candidatura presidencial del 2019.
Macri es el primer presidente no radical ni peronista desde 1916, y aspira a constituir un nuevo tiempo político en el país bajo una nueva identidad, de derecha y con consenso electoral de masas, lo que supone apoyo entre los más pobres y los trabajadores.

No todo es institucional, el conflicto social existe

El triunfo electoral no elimina el conflicto social como parte de la disputa política. De hecho, las tensiones de último momento se asociaron a la desaparición de Santiago Maldonado, con responsabilidad directa del Estado y la represión.
Se trata de un tema que continúa, a la espera de la autopsia y la consideración de la responsabilidad estatal en la muerte de Maldonado, incluso y más allá de dictámenes oficiales, la sociedad, o una parte de ella responsabiliza al Estado y el conflicto en torno a su esclarecimiento no se agota en la vos oficial.
El movimiento de DERECOS HUMANOS y más en general el movimiento popular batalló contra la impunidad hasta lograr las leyes de nulidad y los juicios en curso; una lucha de décadas en la que puede inscribirse la demanda por el esclarecimiento de la muerte de Santiago Maldonado.
La batalla contra las actualizaciones de tarifas involucró a votantes del macrismo durante estos años y es previsible que sean parte de nuevas protestas. No debe asociarse adhesión electoral con consenso a políticas de ajuste explícito que afecta a buena parte de la población de menores ingresos.
Una ampliación del consenso electoral y parlamentario no significa contención del conflicto social.
Con el consenso electoral se pretenderá avanzar con la agenda del ajuste y la regresiva reestructuración de la economía, el estado y la sociedad. Por eso se alentarán reformas diversas: laboral, previsional, fiscal, penal, educativa, de salud, etc.
A no dudar que esos intentos generarán respuestas diversas, entre quienes intentarán darle cobertura social, sean parte de la burocracia sindical negociadora, mayoritaria en la CGT; el periodismo afín a las patronales de la comunicación y una intelectualidad funcional a la liberalización; pero también se habilita el despliegue de alternativa política popular, especialmente en la construcción de un nuevo modelo sindical, donde la unidad de acción es fundamental para construir nuevo proyecto sindical y popular articulado.
Las CTAs y otros ámbitos del movimiento sindical están desafiados a superar la fragmentación y con audacia proponer formas de organización de la protesta social y generarse condiciones de efectividad en la construcción de alternativa de poder.
En el movimiento sindical, territorial y popular se dará el principal espacio para la acumulación política de la izquierda y un proyecto popular por la emancipación social.
La izquierda partidaria logra 1.350.000 con el 5,59% de votos, con picos muy importantes en algunos distritos como Salta, Jujuy, Mendoza, e incluso el ingreso de legisladores nacionales. La fragmentación de la propuesta electoral de la izquierda diluye una mayor presencia legislativa y desafía a ampliar los espacios de unidad.
Unidad más posible y deseable en el ámbito del movimiento social y el conflicto, territorio adecuado para construir confianza para disputas institucionales próximas.
Sin perjuicio de la confrontación al ajuste, que incluye alianzas estratégicas y tácticas que involucran al propio kirchnerismo, el desafío pasa por la unidad ante situaciones de una agenda por la liberalización.
En ese plano destaca la confrontación contra las reformas laborales y previsionales y otras que mencionamos antes, pero especialmente contra la agenda de la presidencia Argentina en el G20 del 2018, que empieza en estos días con una reunión en Bariloche que anticipa la ofensiva capitalista en territorio argentino durante el próximo año.
Más aún, en diciembre próximo, entre el 10 y 13 de diciembre se reúne la 11° Ministerial de la OMC y la programada semana de acción global contra la OMC será la oportunidad de generar una importante acción de masas en unidad de lucha para habilitar la discusión de una agenda alternativa al proyecto de liberalización del gobierno y las clases dominantes.
Sea por la agenda del ajuste nacional o las reformas reaccionarios y el alineamiento con la demanda del capital trasnacional para bajar el costo laboral y previsional y asegurar rentabilidad al capital, el desafío se instala en la potencia de la unidad de acción del movimiento popular y que en su desarrollo se desplieguen formas eficaces de articulación para la disputa del poder.

Menos consignas y más argumentos

Desde la izquierda y el movimiento popular se requiere mayor capacidad de argumentación.
El discurso pos electoral del macrismo es vacío, asentado en el consenso electoral y convocando a “seguir” en el rumbo.
Somos conscientes que eso supone la agenda de la liberalización y el ajuste, la promoción de las inversiones externas y el mayor endeudamiento público, y que no alcanza con la oposición.
La demanda es por construir adecuada argumentación que no se contenten con la crítica al neoliberalismo, sino ir más allá en una prédica anticapitalista que pueda generar conciencia por cambios profundos.
El problema no es el neo-liberalismo o Cambiemos, el tema de fondo es el capitalismo. Hace falta una propuesta anticapitalista y para ello discutir más a fondo que pasa en los sentimientos y consciencia de los sectores popular, ver como se discute contra la argumentación desde el poder.
- Buenos Aires, 23 de octubre de 2017

Despierta tu mente: Donald Trump y la industria de la guerra: nada ha cambiado


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Donald Trump y la industria de la guerra: nada ha cambiado


Durante su campaña presidencial Donald Trump tuvo la osadía (¿bravuconada?, ¿estupidez quizá?, ¿mal cálculo político?) de preguntarse si era conveniente continuar la guerra en Siria y la tirantez con Rusia.
“El [presidente] habló sobre cómo durante su administración los Estados Unidos serán testigos de la mayor acumulación militar en la historia del país. ¿Quién se beneficia? El Pentágono, los contratistas de defensa y los trabajadores en algunos estados particulares”.
Donald Abelson, Universidad de Ontario.
Probablemente cruzó por su cabeza la idea de poner énfasis, en lo fundamental, en el impulso a una alicaída economía doméstica, que paulatinamente va haciendo descender el nivel de vida de los ciudadanos estadounidenses comunes. Sus afiebradas promesas de hacer retornar a suelo patrio la industria deslocalizada (trasladada a otros puntos del mundo con mano de obra más barata), no parecen haber pasado de vano ofrecimiento. Unos pocos meses después, a menos de un año de su administración, puede verse cómo la política exterior estadounidense sigue siendo marcada por el todopoderoso complejo militar-industrial, y las guerras se suceden interminables. Y el presidente es su principal y alegre defensor.
A unos pocos días de su asunción como primer mandatario, el 27 de enero emitió el “Memorando Presidencial para Reconstruir las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”, una más que clara determinación de concederle poderes ilimitados a la omnipotente industria militar de su país. En la Sección 1 de dicho documento, titulada “Política”, puede constatarse que “Para alcanzar la paz por medio de la fuerza, será política de los Estados Unidos reconstruir las Fuerzas Armadas.” El mensaje no deja lugar a dudas. Casi inmediatamente después de la firma de ese memorando, comienzan los grandes negocios de la industria bélica.
Empresas fabricantes de ingenios militares como Lockheed Martin (especializada en aviones de guerra como el F-16 y los helicópteros Black Hawk, la mayor contratista del Pentágono), Boeing (productora los bombarderos B-52 y los helicópteros Apache y Chinook), BAE Systems (vehículos aeroespaciales, buques de guerra, municiones, sistemas de guerra terrestre), Northrop Grumman (primer constructor de navíos de combate), Raytheon (fabricantes de los misiles Tomahawk), General Dynamics (quien aporta tanques de combate y sistemas de vigilancia), Honeywell (industria espacial), Dyncorp (monumental empresa que presta servicios de logística y mantenimiento de equipos militares) –compañías todas que para el año 2016 registraron ventas por casi un billón de dólares, teniendo incrementos desde el 2010 de un 60% en sus ganancias– se sienten exultantes: la “guerra infinita” que iniciara algunos años atrás con la “batalla contra el terrorismo”, no parece detenerse. La necesidad perpetua de renovar equipos y toda la parafernalia militar asociada promete ingentes ganancias. Todo indica que esa rama industrial sigue marcando el paso de la política imperial.
No hay dudas que la pujanza de la economía estadounidense no es hoy similar a lo que fuera en la inmediata post guerra de 1945 y esos primeros años de triunfalismo desbordado (hasta la crisis del petróleo en la década de los 70), cuando era la superpotencia intocable. Ello no significa que está agotado el imperio estadounidense, pero sí que comienza un lento declive. De ahí que la omnímoda presencia militar en el mundo le puede asegurar el mantenimiento de su supremacía como poder hegemónico al aparecer nuevos actores que le hacen sombra (China, Rusia, Unión Europea, BRICS), al par que dinamizar muy profundamente su propia economía (3.5% de su producto bruto interno lo aporta el complejo militar-industrial, generando enormes cantidades de puestos de trabajo).
El 23 de febrero, un mes después de haber tomado posesión de su cargo en la Casa Blanca, Donald Trump declaraba provocador –fiel a su estilo– que Estados Unidos estaría reconstruyendo su arsenal atómico, dado que “se había quedado atrás” en términos comparativos con Rusia, y “será el mejor de todos” para asegurar que se colocaría “a la cabeza del club nuclear”.
Para darle operatividad a sus altisonantes declaraciones propuso un aumento de casi 17% del presupuesto de las fuerzas armadas. Ello podrá hacerse sacrificando con drásticas reducciones presupuestos sociales, tales como educación, medio ambiente, inversión en investigación científica, cultura y cooperación internacional.
El actual presupuesto para las fuerzas armadas es de 639,000 millones de dólares, lo que representa un 9% más de lo destinado a gastos militares en el último ejercicio fiscal del ex presidente Barack Obama. Esa monumental cifra está destinada, básicamente, a la adquisición de nuevas armas estratégicas, a renovar profundamente la marina de guerra y a la preparación de tropas.
Paralelo a esta presencia de la industria bélica en los planes estratégicos de la presidencia, es digno de mencionarse cómo determinados personeros militares han ido ocupando puestos determinantes en toda la administración de Trump. Su jefe de despacho es John Kelly, general de los marines; el asesor de Seguridad Nacional es el general Herbert McMaster, veterano de las guerras de Irak y de Afganistán, muy respetado dentro de la jerarquía militar del Pentágono; el Secretario de Defensa es el general Jim Mattis, igualmente otro marine, conocido por su nada amigable apodo de “Perro loco”, polémico comandante de las tristemente célebres operaciones en Irak y Afganistán, entre las que está la masacre de Faluya, en Irak, en el año 2004 (un virtual criminal de guerra).
Junto a esta presencia determinante de la casta militar, Donald Trump ha dado lugar al ingreso masivo de altos ejecutivos del complejo militar-industrial en puestos claves de su gobierno. Así, por ejemplo, puede mencionarse a la actual Secretaria de Educación, la multimillonaria Betsy Devos, hermana del ex militar y fundador de la empresa contratista de guerra Blackwater, Erik Prince. En otros términos: los generales y los fabricantes de la muerte son quienes fijan la geoestrategia de la principal potencia mundial. La destrucción, patéticamente, es buen negocio (¡para unos pocos!, claro está).
La militarización y la entrada triunfal de la industria bélica es pieza clave de la política del actual presidente de Estados Unidos. Ello puede apreciarse, además, en la estrategia de seguridad interna, por cuanto Trump rescindió un decreto ejecutivo de la presidencia de Barack Obama que prohibía el equipamiento militar a las policías locales. De este modo, el complejo militar-industrial podrá producir y vender a los cuerpos policiales armas de alto calibre, vehículos artillados y lanzagranadas. El negocio, sin dudas, marcha viento en popa.
Si en algún momento se pudo haber pensado que la llegada de Trump con su idea de revitalizar la economía doméstica detendría en alguna medida el papel de hiper agente militar y gendarme mundial de Estados Unidos –lo que sí impulsaba la candidata Hillary Clinton–, la realidad mostró otra cosa. Dos fueron los hechos que, de una vez y terminantemente, evidenciaron quién manda realmente: el innecesario bombardeo a un base aérea en Siria –el 7 de abril– (operación militar absolutamente propagandística, sin ningún efecto práctico real en términos de operativo bélico), y unos días más tarde –el 13 de abril– el lanzamiento de la “madre de todas las bombas”, la GBU-43/B, el más potente de todos los explosivos no nucleares del arsenal estadounidense, en territorio de Afganistán (supuesto escondite del Estado islámico, igualmente operación más mediática que militar, sin ninguna consecuencia real en términos de operativo castrense).
Es más que evidente que en esta fase de capitalismo global e imperialismo desenfrenado, la estrategia hiper militarista garantiza a la clase dominante de Estados Unidos una vida que la economía productiva ya no le puede asegurar. Los nuevos enemigos se van inventando, ahora que la Guerra Fría y el fantasma del comunismo desaparecieron. Ahí están entonces, a la orden del día, “la lucha contra el terrorismo”, “la lucha contra el narcotráfico”, y seguramente en un futuro cercano “la lucha contra el crimen organizado”. Como dijera en el 2014 el por ese entonces Secretario de Defensa en la presidencia de Barack Obama, León Panetta: “La guerra contra el terrorismo durará no menos de 30 años.”
El guión ya está trazado. No importa quién sea el ocupante de la Casa Blanca: los planes deben cumplirse. Si en algún momento el errático Donald Trump pudo haber hecho pensar que no era “un buen muchacho” que seguía lo establecido, la tozuda realidad (léase: los intereses inamovibles de quienes dirigen el mundo) lo pusieron en cintura.
¿Habrá guerra para rato entonces? De todos nosotros depende que ello no sea así. El llamado Reloj del Juicio Final, elaborado por el Boletín de Cientistas Atómicos de Estados Unidos, fue adelantado medio minuto para indicar que estamos a dos minutos y medio (en términos metafóricos) de un posible holocausto termonuclear si se sigue jugando a la guerra. El complejo militar-industrial estadounidense se siente omnipotente: juega a ser dios, juega con nuestras vidas, juega con el mundo. Pero un pequeño error puede producir la catástrofe. En nombre de la supervivencia de la especie humana y del planeta Tierra debemos luchar tenazmente contra esta demencial política. Lo cual es decir, en definitiva, luchar contra el sistema capitalista. Es evidente que dentro de estos marcos es más fácil el exterminio de toda forma de vida que el encontrarle solución a los ancestrales problemas de la humanidad. En ese sentido, entonces, son hoy más premonitorias que nunca las palabras de Rosa Luxemburgo: “socialismo o barbarie”.

Historia y Política del FMI


conjugandoadjetivos.com

Historia y Política del FMI

antonio fernandez

El siguiente texto es el prólogo del libro de Ernst Wolff titulado: Saquear el Mundo: La Historia y Política del FMI, © Tectum Verlag Marburg, 2014, ISBN 978-3-8288-3438-5
Ninguna otra organización financiera ha afectado la vida de la mayoría de la población mundial más profundamente en los últimos cincuenta años como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde su creación después de la Segunda Guerra Mundial, ha ampliado su ámbito de influencia a los rincones más remotos de la Tierra. Entre sus miembros figuran actualmente 188 países de los cinco continentes.
Durante décadas, el FMI ha sido activo principalmente en África, Asia y América del Sur. Apenas hay un país en estos continentes tal que sus políticas no han sido llevadas a cabo en estrecha colaboración con los respectivos gobiernos nacionales. Cuando la crisis financiera mundial estalló en 2007, el FMI centró su atención en el norte de Europa. Desde el inicio de la crisis del euro en 2009, su enfoque principal se ha desplazado hacia el sur de Europa.
Oficialmente, la principal tarea del FMI consiste en la estabilización del sistema financiero mundial y ayudar a los países en problemas en tiempos de crisis. En realidad, sus operaciones son más una reminiscencia de un ejército en una guerra. Dondequiera que interviene, socava la soberanía de los Estados, obligándoles a poner en práctica medidas que son rechazadas por la mayoría de la población, lo que deja detrás un amplio rastro de devastación económica y social
Para la consecución de sus objetivos, el FMI nunca recurre a la utilización de armas o soldados. Simplemente aplica los mecanismos del capitalismo, en concreto las de crédito. Su estrategia es tan simple como efectiva: Cuando un país se encuentra con dificultades financieras, proporciona apoyo en forma de préstamos. A cambio, exige la aplicación de medidas que sirvan para garantizar la solvencia del país con el fin de permitir el reembolso de estos préstamos.
Debido a su estatus global como "prestamista de última instancia" los gobiernos por lo general no tienen más remedio que aceptar la oferta del FMI y someterse a sus términos - por lo tanto quedar atrapados en una telaraña de la deuda del interés compuesto a la que cada vez se va enredado más. La “mala hierba” resultante en el presupuesto del Estado y la economía nacional es inevitable, conduciendo a un deterioro de su situación financiera, que el FMI a su vez utiliza como pretexto para exigir siempre nuevas concesiones en forma de "programas de austeridad".
Las consecuencias son desastrosas para la gente común de los países afectados (que son en su mayoría de bajos ingresos), ya que sus gobiernos siguen el mismo patrón,  los efectos de la austeridad repercuten mayoritariamente a los asalariados y los pobres.
De esta manera, los programas del FMI han costado a millones de personas sus puestos de trabajo, se les niega el acceso a una atención sanitaria adecuada, un buen funcionamiento de los sistemas de educación y una vivienda digna. Con los inevitables efectos en el aumento de las personas sin hogar, los ancianos despojados de los frutos del trabajo de toda la vida, , la reducción de la esperanza de vida y el aumento de la mortalidad infantil.
En el otro extremo de la escala social, sin embargo, las políticas del FMI han ayudado a que un pequeño grupo de ultra-ricos aumente sus grandes fortunas, incluso en tiempos de crisis. Sus medidas han contribuido de manera decisiva al hecho de que la desigualdad global ha asumido niveles históricamente sin precedentes. La diferencia de ingresos entre un astro rey y un mendigo al final de la Edad Media palidece en comparación con la diferencia entre un gerente de fondos de cobertura y un destinatario a alguna ayuda social de hoy.
Aunque estos hechos son universalmente conocidos y cientos de miles de personas han protestado por los efectos de sus medidas en las últimas décadas, a menudo arriesgando sus vidas, el FMI se aferra tenazmente a su estrategia. A pesar de todas las críticas y a pesar de las consecuencias sorprendentemente perjudiciales de sus acciones, todavía cuenta con el apoyo incondicional de los gobiernos de todas las naciones líderes industriales.
¿Por qué? ¿Cómo puede ser que una organización que produce tan inmenso sufrimiento humano en todo el mundo sigue actuando con impunidad y con el respaldo de las fuerzas más poderosas de nuestro tiempo? ¿En interés de quién funciona el FMI? ¿Quién se beneficia de sus acciones?
El propósito de este libro es responder a estas preguntas.
La Conferencia de Bretton Woods:
El Comienzo del Chantaje
Mientras que la Segunda Guerra Mundial todavía estaba en su apogeo en Europa, en julio de 1944, los Estados Unidos invitó a las delegaciones de 44 países a la pequeña estación de esquí de Bretton Woods, New Hampshire. El objetivo oficial de la conferencia, que se celebró durante tres semanas en el lujoso "Mount Washington" hotel, fue definir las características básicas de un orden económico para el período posterior a la guerra y para proporcionar las bases de un sistema que permita estabilizar la economía mundial y evitar un retorno a la situación que había existido entre las dos guerras mundiales. La década de 1930, en particular, se distinguen por la alta inflación, las barreras comerciales, fluctuando fuertemente los tipos de cambio, la escasez de oro y una caída de la actividad económica en más de un 60%. Además, las tensiones sociales habían amenazado constantemente con romper el orden establecido.
La conferencia fue precedida por varios años de negociaciones secretas entre la Casa Blanca y Downing Street, que ya había estado trabajando en planes para un nuevo orden monetario mundial desde 1940. Un comentario del jefe de la delegación británica, el economista Lord Keynes registró, arroja luz sobre la actitud de la élite hacia los intereses y preocupaciones de los países más pequeños: "Veintiún países han sido invitados que claramente no tienen nada que aportar , solo gravar la tierra ... El monopolio más monstruoso montado durante años”.
Durante el transcurso de la conferencia, se hizo cada vez más claro hasta qué punto el equilibrio global de poder se había desplazado, situando en desventaja a Gran Bretaña. El excesivo gasto en la guerra  había convertido al país, ya muy debilitado por la Primera Guerra Mundial, en el mayor deudor del mundo y lo empujó al borde de la insolvencia. La economía de Gran Bretaña estaba arrodillada y el surgimiento de los movimientos de liberación de todo el mundo anunciaba la ruptura definitiva de su imperio colonial.
El vencedor indiscutible de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, fue Estados Unidos. Habiéndose convertido en el mayor acreedor internacional, llevándose cerca de dos tercios de las reservas mundiales de oro y poseyendo la mitad de toda la producción industrial mundial. En contraste con la mayoría de los países europeos, su infraestructura estaba intacta y mientras que su delegación participaba en las negociaciones de Bretton Woods, el estado mayor del ejército de Estados Unidos planeó un asalto nuclear sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki para hacer hincapié en la afirmación de los Estados Unidos como el dominante global.
Como resultado de este nuevo equilibrio de poder, el plan de Lord Keynes para un nuevo orden económico fue rechazado de plano. Este era que, ante un país con  problemas en el equilibrio de pagos, había propuesto una "unión de pagos internacionales" que habría dado a los países que sufren de una balanza de pagos negativa un acceso más fácil a los préstamos introduciendo una unidad de cuenta internacional llamada "Bancor" que habría servido como una moneda de reserva.
Los EE.UU., sin embargo, no estaban dispuestos a asumir el papel de un acreedor importante en el plan de Keynes. El líder de la delegación, el economista Harry Dexter White, a su vez, presentó su propio plan, que finalmente fue adoptado por la conferencia. Este "Plan Blanco" conceptualizó un sistema monetario mundial nunca antes visto en la historia del dinero. El dólar estadounidense debía constituir su único centro e iba a ser vinculado a todas las demás monedas a un tipo de cambio fijo, mientras que su relación de intercambio con el oro debía ser fijado en  35 dólares por onza de oro. El plan fue complementado por las demandas estadounidenses para el establecimiento de varias organizaciones internacionales diseñadas para supervisar el nuevo sistema y estabilizarlo mediante la concesión de préstamos a los países que se enfrentarían a problemas en la balanza de pagos.
Después de todo, Washington, debido a su tamaño y rápido crecimiento económico, tenía que seguir adelante con el fin de obtener acceso a las materias primas y crear oportunidades de ventas globales por su sobreproducción. Esto requería la sustitución de la moneda hasta el momento más utilizada, la libra esterlina, por el dólar. Además, el tiempo parecía maduro para la sustitución de la City de Londres por Wall Street, por tanto, el establecimiento de los EE.UU. en su nueva posición como el punto focal del comercio internacional y las finanzas mundiales era factible.
El oro-dólar y el establecimiento de tipos de cambio fijos reintroduciendo parcialmente el patrón oro, que había existido entre 1870 y el estallido de la Primera Guerra Mundial - aunque bajo circunstancias muy diferentes, se llevó a cabo. Al fijar los tipos de cambio con el dólar estadounidense, Washington privó a todos los demás países participantes en el derecho a controlar su propia política monetaria para la protección de sus industrias nacionales - un primer paso para restringir la soberanía del resto del mundo por la empresa dominante: Estados Unidos.
La distribución de los derechos de voto propuesto por los EE.UU. para las organizaciones propuestas también estaba lejos de ser democrático. Los países miembros no debían ser tratados por igual o asignar los derechos de voto de acuerdo con el tamaño de su población, sino que corresponde a las contribuciones que pagan - lo que significa que Washington, a través de su superioridad financiera,  tenía asegurado un control absoluto sobre todas las decisiones. El hecho de que la dictadura racista del apartheid en Sudáfrica fue invitado a convertirse en miembro fundador del FMI arroja una luz reveladora sobre el papel que jugaron las consideraciones humanitarias en el proceso.
El gobierno de Estados Unidos tenía la sensación de que no iba a ser fácil ganarse a la opinión pública para un proyecto tan evidentemente en contradicción con el espíritu de la Constitución de Estados Unidos y la comprensión de muchos estadounidenses de la democracia. Por tanto, los verdaderos objetivos del FMI fueron ofuscados con gran esfuerzo y pasaron por alto con la retórica vacía de "libre comercio" y la "abolición del proteccionismo". The New York Herald-Tribune habló de la "campaña de propaganda más grande en la historia del país”.
La primera tarea del FMI era escudriñar todos los Estados miembros con el fin de determinar sus respectivas tasas de contribución. Después de todo, el Fondo ejercería a largo plazo la función de "vigilancia" para la protección del sistema. Por tanto, los EE.UU. reclamaba para sí el derecho a ser informado permanentemente acerca de las condiciones financieras y económicas de todos los países involucrados.
Seis meses después de la conferencia, los británicos pidieron ayuda. Sin más preámbulos Washington ató un préstamo de 3750 millones de dólares, necesitados con urgencia por el Reino Unido para pagar sus deudas de guerra, con la condición de que Gran Bretaña se sometiera a los términos del acuerdo sin ningún pero. Menos de dos semanas después, Downing Street cedió al chantaje de Washington y consintió.
El 27 de diciembre de 1945, 29 gobiernos firmaron el acuerdo final. En enero de 1946, representantes de 34 naciones se reunieron para una reunión de presentación de la Junta de Gobernadores del FMI y el Banco Mundial en Savannah, Georgia. En esta ocasión, Lord Keynes y sus compatriotas quedaron una vez más, condenados al ostracismo: Contrariamente a su propuesta de establecer la sede del FMI, que mientras tanto había sido declarada una agencia especializada de las Naciones Unidas, en Nueva York, el gobierno de Estados Unidos insistió en su derecho a determinar la ubicación únicamente por sí mismo. El 1 de marzo de 1947, el FMI finalmente asumió sus operaciones en el centro de Washington.
Las reglas para la membresía en el FMI eran simples: Los países candidatos tuvieron que abrir sus libros y fueron rigurosamente examinados y evaluados. Después de que tuvieran que depositar una cierta cantidad de oro y pagar su contribución financiera a la organización en función de su poder económico. A cambio, se les aseguró que en el caso de problemas de balanza de pagos tenían derecho a un crédito de un alcance hasta la de su contribución - a cambio de tasas de interés determinadas por el FMI y la obligación por contrato de  garantizar la liquidación de sus deudas con el FMI antes que todos los demás.
El FMI finalmente recibió un capital inicial de  8.8 mil millones de dólares  de sus Estados miembros que pagaron el 25% de sus contribuciones en oro y el 75% en su propia moneda. Los Estados Unidos se aseguró la tasa más alta mediante el depósito de 2900 millones. La cantidad era el doble de la Gran Bretaña y garantizaba de los Estados Unidos no sólo los derechos de voto doble, sino también el bloqueo de los derechos de las minorías y  el derecho de veto.
El FMI fue dirigido por una Junta de Gobierno, a los que doce consejeros ejecutivos estaban subordinados. Siete de ellos fueron elegidos por los miembros del FMI, los otros cinco fueron nombrados por los países más grandes, liderado por los EE.UU.. Las oficinas del FMI, así como las de su organización hermana, el Banco Mundial, se establecieron en la Avenida Pennsylvania en Washington a poca distancia de la Casa Blanca.
Según los estatutos originales del FMI, éste tenía los objetivos, entre otros:
  • Promover la cooperación internacional en el ámbito de la política monetaria,
  • Facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional,
  • Promover la estabilidad del tipo de cambio y ayudar en el establecimiento de un sistema multilateral de pagos,
  • Proporcionar a los países miembros que enfrentan problemas en balanza de pagos con el acceso temporal a los recursos generales del Fondo y con las garantías adecuadas,
  • Acortar la duración y aminorar el grado de desequilibrio en las balanzas de pagos de los países miembros.
Estos términos oficiales hacen que parezca como si el FMI es una institución imparcial, colocada por encima de las naciones e independiente de influencias políticas, su principal objetivo consiste en la gestión de la economía mundial de una manera tan ordenada como sea posible, corrigiendo rápidamente los fallos de funcionamiento. Esto no es casualidad. Esta impresión fue la intención de los autores y de hecho ha logrado el efecto deseado: Es exactamente esta idea la que se ha transmitido al público mundial por más de seis décadas por parte de los políticos, los científicos y los medios de comunicación internacionales.
De hecho, el FMI, desde el principio, ha sido controlada por, y adaptada a los intereses de los Estados Unidos, diseñado para asegurar la dominación del mundo económico de la nueva superpotencia militar. Para ocultar estas intenciones aún más eficazmente, los padres fundadores del FMI en 1947 comenzaron una tradición que la organización ha mantenido hasta nuestros días - la designación de un no estadounidense en el cargo de director gerente.
El primer extranjero, elegido en 1946, fue Camille Gutt de Bélgica. Como ministro de Finanzas de su país durante la Segunda Guerra Mundial, el economista formado había ayudado a los británicos a cubrir sus gastos de guerra prestándoles oro belga. Su gobierno había ayudado a los aliados mediante el suministro de cobalto y cobre de la colonia belga del Congo y apoyado al gobierno de Estados Unidos con las entregas secretas de uranio congoleño para su programa nuclear. En 1944 realizó a cabo una reforma monetaria drástica (más tarde conocida como la "operación Gutt") que costó a la población trabajadora de Bélgica grandes cantidades de sus ahorros.
Gutt dirigió el FMI entre 1946 y 1951. Durante su mandato se centró en gran medida en la aplicación y seguimiento de los tipos de cambio fijos, iniciándose así una nueva era de estabilidad hasta ahora desconocida para los EEUU y las corporaciones internacionales en la exportación de bienes y en la compra de materias primas. También allanó el camino para los grandes bancos de Estados Unidos que trataban de hacer frente a los créditos a escala internacional y abrió los mercados de todo el mundo al capital financiero internacional en busca de oportunidades de inversión.
Cambios políticos importantes en mundo después de la Segunda Guerra Mundial causaron considerables dolores de cabeza para el FMI, ya que limitan el alcance de la organización. Por encima de todo, la Unión Soviética se aprovechó de la situación de la posguerra, que se caracterizó por la división del mundo entre las dos grandes potencias y el dibujo de las nuevas fronteras en Europa. Aun contando con la socialización de los medios de producción por la Revolución Rusa de 1917, los funcionarios de Stalin sellaron el llamado "bloque del Este" de Occidente con el fin de introducir la planificación económica central en estos países. El principal objetivo de la burocracia soviética, sin embargo, no era hacer cumplir los intereses de los trabajadores, sino para asegurar la subordinación del bloque del este bajo sus propios intereses con el fin de saquear estos países. En cualquier caso, la fragmentación de Europa del Este significaba que Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y otros mercados se convirtieron en áreas en blanco para el capital financiero internacional.
La toma del poder por Mao Zedong en 1949 y la introducción de una economía planificada en China por el Partido Comunista privó a los inversores occidentales de otro gran mercado y, finalmente, condujo a la Guerra de Corea. Con la implementación de su política de "contención" cerca de la esfera de influencia de la Unión Soviética, los EE.UU. aceptaron tácitamente la pérdida de cuatro millones de vidas sólo para entregar un mensaje claro al resto del mundo: que el mayor poder económico en la tierra ya no permanecería pasivo si se le niega el acceso a cualquier mercado.
El boom de la posguerra: El FMI proyecta su red
Los años de la posguerra se caracterizaron por el rápido crecimiento económico de todos los principales países industrializados, también conocido como el "milagro económico". Aunque los préstamos del FMI jugaron un papel menor durante este tiempo, el liderazgo de la organización no permaneció inactivo. Por el contrario, el segundo jefe del FMI, Ivar Rooth, ex gobernador del Banco Central de Suecia y ex Director del Banco de Pagos Internacionales de Basilea, estableció un curso que iba a adquirir gran importancia en la historia posterior de la organización - la introducción de la condicionalidad, es decir, el establecimiento de requisitos obligatorios para la concesión de préstamos.
Harry Dexter White ya había hecho una propuesta en este sentido en la Conferencia de Bretton Woods, pero se encontró con una fuerte resistencia de los británicos. Mientras tanto, sin embargo, la posición de Gran Bretaña había seguido deteriorándose. Las ex colonias, principalmente en África, luchaban por su independencia, y en el Medio Oriente la crisis de Suez se avecinaba - proporcionando a los EE.UU. una oportunidad para avanzar en sus propios intereses en el FMI con más fuerza.
Mediante el establecimiento de los llamados "acuerdos stand-by", Ivar Rooth añadió el principio de "condicionalidad" a la caja de herramientas del FMI. La concesión de préstamos ya era sometida a condiciones que iban mucho más allá de la especificación de los plazos de los préstamos y el nivel de las tasas de interés.
La aplicación de estas medidas, que se endurecieron después de la derrota de Gran Bretaña en Suez llevó a un aumento de las tensiones en las relaciones anglo-estadounidenses, los estrategas del FMI desarrollaron una estrategia que les ayudó a engañar anticipadamente al público. A partir de 1958,  obligó a los gobiernos de los países deudores a la elaboración de "cartas de intención" en la que tenían que expresar su voluntad de emprender "esfuerzos razonables" para dominar sus problemas en la balanza de pagos. Esto hizo que las medidas requeridas por el FMI parecieran como si fuera el país el que las propusiera.
Pero incluso eso no fue suficiente para el FMI. Como paso siguiente, los préstamos que debían desembolsarse se cortaron en tramos ("phasing") y por lo tanto supeditar a la sumisión del país deudor respectivo. Además, el FMI insistió (y todavía insiste) que los acuerdos entre el FMI y sus deudores no se deben considerar como tratados internacionales y por lo tanto no deben estar sujetos a la aprobación parlamentaria. Por último, el FMI decretó que cualquier acuerdo no estaba destinado a la vista del público y tuvo que ser tratado como información clasificada - un régimen que se aplica a día de hoy.
En 1956 se celebró una reunión en París de  importancia histórica para el desarrollo posterior del FMI. Luchando para pagar un préstamo, Argentina tuvo que sentarse con sus países acreedores y representantes del FMI a fin de discutir lass nuevas condiciones impuestas a la misma. La reunión tuvo lugar en las oficinas del ministro francés de Finanzas, Pierre Pflimlin. En los años siguientes, se celebraron reuniones entre representantes del FMI, los acreedores y los deudores con frecuencia en el mismo lugar, evolucionando gradualmente en conferencias mensuales fijas que iban a ser conocidas como el "Club de París". Un ámbito de decisiones extremadamente importantes fueron tomadas en este marco - sin el consentimiento parlamentario y oculto a los ojos del público. Los bancos comerciales de todo el mundo pronto reconocieron la importancia de estas conferencias, y por lo tanto comenzaron su propio "Club de Londres", cuyas reuniones generalmente tenían (y todavía tienen) lugar simultáneamente con los del Club de París.
El FMI posteriormente trabajé en el objetivo de aumentar su potencia de forma masiva en un tiempo relativamente corto. La ola de declaraciones de independencia de los Estados de África a principios de la década de 1960 marcó el comienzo de una nueva era. Los países que habían sido saqueados durante décadas por el colonialismo, ahora tenían que encontrar su propio lugar en el mundo y sobre todo en una economía mundial en condiciones rápidamente cambiantes. Por lo tanto sus gobiernos necesitaban dinero. Dado que la mayoría de estos países ofrecían a los bancos comerciales muy poca seguridad debido a las tensiones sociales, la inestabilidad política y a la, apenas existente infraestructura; el FMI se aprovechó de la situación y ofreció sus servicios como acreedor.
Aunque la mayoría de los países africanos eran tan pobres que sólo se les concedió sumas relativamente modestas, incluso éstas tuvieron consecuencias. Las fechas de vencimiento de los pagos de intereses implacablemente aseguraron el establecimiento de un nuevo colonialismo quedando capturados sin problemas en una nueva red de dependencia financiera del FMI.
La organización, entre cuyos miembros fundadores sólo había tres países de África - Egipto, Etiopía y Sudáfrica - estuvo acompañado por más de 40 estados africanos adicionales entre 1957 y 1969. En 1969, 44 de los 115 miembros eran africanos. A pesar de que representaban  más de un tercio de la organización en general, el derecho de voto ascendía a menos del 5%.
Chile 1973:
Embarcarse en el Sendero del neoliberalismo
El comienzo de la década de 1970 marcó el fin del boom de la posguerra, un período de veinticinco años de expansión económica en la que se habían otorgado a los trabajadores de las principales naciones industriales grandes concesiones sociales y habían experimentado una mejora hasta ahora desconocida de su nivel de vida. Fue la desintegración interna del sistema de Bretton Woods, lo que provocó el final de ese período. Como resultado del aumento de la inversión estadounidense en el exterior y la escalada de gastos militares - en particular para la guerra de Vietnam - la cantidad de dólares a nivel mundial en circulación había aumentado continuamente. Todos los intentos por parte del gobierno de Estados Unidos de poner la presente proliferación bajo control habían fracasado porque el capital de Estados Unidos se había mezclado con el capital extranjero y ninguna nación en la tierra era capaz de frenar  esta masiva concentración de poder financiero.
En 1971, los Estados Unidos, por primera vez en su historia, incurrieron en un déficit en la balanza de pagos. Al mismo tiempo, el desequilibrio entre la oferta de dólares mundial y reservas de oro almacenado en Fort Knox había alcanzado tales dimensiones que incluso el precio del oro llegó a 38,00 dólares y luego a 42,20 dólares, por lo que el dólar ya no podía garantizar su cambio frente a la onza de oro. El 15 de agosto de 1971, el presidente estadounidense Nixon sacó el freno y se rompió el vínculo entre el oro y el dólar, mostrando la arrogancia típica de una superpotencia por no consultar a ningún aliado.
En diciembre de 1971, en una conferencia del grupo G10, fundada en 1962 por los diez países más industrializados del mundo, se decidió por una alineación de los tipos de cambio, lo que provocó un reajuste del valor del dólar frente a otras monedas. Esto llevó a una devaluación del dólar, que iba desde el 7,5% frente a la débil lira italiana al 16,9% frente al fuerte yen japonés. En febrero de 1973, el dólar se devaluó de nuevo, pero pronto se hizo evidente que el sistema de tipos de cambio fijos ya no podía sostenerse. En marzo de 1973, el G-10 y otros países industrializados introdujeron el sistema de tipos de cambio flexibles establecidos por los bancos centrales - sin consultar a un único país fuera de la G 10 y a pesar del hecho de que el artículo del nuevo régimen descaradamente contradecía el 6º del documento fundacional del FMI sobre los tipos de cambio fijos y la estabilidad monetaria.
Con la histórica abolición de los tipos de cambio fijos se terminó con las tareas básicas del FMI. El único papel que le quedó fue el de un prestamista a cargo de la asignación de los fondos y su condicionalidad, con derecho a inspeccionar las cuentas de los solicitantes y así ejercer influencia directa en sus políticas. Sin embargo, fue precisamente esta función para la que no tardarían en darse condiciones extremadamente favorables.
En 1973, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que había sido fundada en 1960, utilizaron la Guerra de Yom Kipur entre Egipto e Israel para frenar la cantidad de aceite suministrado ("embargo de petróleo") y aumentar drásticamente los precios del petróleo. Esto dio lugar a un enorme aumento en las ganancias de las compañías petroleras y los países productores de petróleo. Estas ganancias fueron a parar a los bancos comerciales, que a su vez trataron de utilizarlos en inversiones rentables. A medida que la economía mundial entró en recesión en 1974-1975 y las oportunidades de inversión en los países industrializados se redujo, la parte del león del dinero tomó la forma de préstamos a los países del tercer mundo en Asia, África y América del Sur, que - debido a su aumento de gastos después de la subida de los precios del petróleo - necesitaron urgentemente dinero. El propio FMI respondió a las crecientes necesidades de crédito de los países en desarrollo mediante la introducción del "Servicio Ampliado del Fondo" en 1974, de la que los países miembros podían obtener créditos de hasta el 140% de su cuota con plazos de cuatro y medio a diez años.
Aunque la instalación se creó específicamente para financiar las importaciones de petróleo que tanto se necesitaban, el FMI -, así como los bancos - se preocupaban poco en lo que el dinero se gastó realmente. Tanto si se fue directamente a los bolsillos de los dictadores como Mobutu en Zaire, Saddam Hussein en Irak o de Suharto en Indonesia - o bien se dilapidó, se transfirió a cuentas extranjeras secretas o se utilizó para fines militares; en cada caso, hizo subir la deuda nacional - no le importaba al FMI ni a los bancos siempre y cuando recibieran sus pagos de intereses con regularidad.
Sin embargo, la situación cambió abruptamente cuando Paul Volcker, el nuevo presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, elevó su tasa de interés preferencial (el tipo de interés al que los bancos comerciales pueden obtener dinero de los bancos centrales) en un 300% con el fin de reducir la inflación en 1979. El Estados Unidos se metió en otra recesión, lo que significaba que se necesitaban menos materias primas, debido a la menor actividad económica.
Para muchos países en desarrollo la combinación de la bajada de la demanda, la caída de precios de las materias primas y la subida de las tasas de interés se tradujo en que no podían cumplir con sus obligaciones de pago a los bancos internacionales. Una crisis financiera masiva cernía. La carga de la deuda de los países en desarrollo a principios de 1980 ascendió a un total de  567 mil millones de dólares. Un incumplimiento de pago de esta magnitud habría llevado al colapso de muchos bancos occidentales y por lo tanto tuvo que ser evitado a toda costa.
Fue en este punto que el FMI tuvo su primera gran oportunidad de entrar en el escenario como  prestamista de última instancia. Si bien su área de comunicación difundía la idea de que la organización estaba trabajando en planes de rescate con el fin de "ayudar" a los países endeudados, el Fondo se aprovechó de su posición de monopolio indiscutible y empató el otorgamiento de préstamos a condiciones muy duras. 
En primer lugar, un golpe militar apoyado por la CIA en Chile en septiembre de 1973 había terminado con el gobierno de presidente socialista Salvador Allende y traído al dictador fascista Augusto Pinochet al poder. Pinochet inmediatamente revirtió las nacionalizaciones de Allende, pero no encontró remedio contra la inflación galopante. En un intento por recuperar el control de la situación, él se apoyó en el grupo de 30 economistas chilenos (conocidos como los "Chicago Boys" porque habían estudiado en la Escuela de Economía de Chicago bajo el ganador del Premio Nobel Milton Friedman) los cuales propusieron una línea de trabajo claramente definida: la supresión de cualquier tipo de oposición política y sindical y aplastar los conflictos laborales y, al mismo tiempo llevando a cabo un programa de austeridad radical sobre la base de las ideas neoliberales.
En unas semanas se desarrolló un amplio catálogo de medidas. Se llamó a una drástica limitación de la oferta monetaria, a los recortes en el gasto público, a los despidos en el sector público, a la privatización de la asistencia sanitaria y la educación, a los recortes salariales y a aumentos de impuestos para la clase trabajadora, mientras que al mismo tiempo se redujeron los aranceles y los impuestos corporativos. 
Tanto Pinochet y sus socios, que fueron presentados al público como un "gobierno de tecnócratas", cumplieron con su parte del acuerdo hasta la empuñadura. Mientras el dictador violentamente aplastó toda oposición con medidas drásticas del gobierno y aseguró que muchos disidentes políticos desaparecieran para siempre, los "Chicago Boys" lanzaron un asalto frontal a la población trabajadora. Condujeron el desempleo, que se había mantenido en el 3% en 1973, al 18,7% a finales de 1975, impulsando al mismo tiempo la inflación al 341% y la caída de los segmentos más pobres de la población en la pobreza aún más profunda. Los impactos del programa en realidad agravaron el problema de la desigualdad social en las décadas venideras: En 1980, el 10% más rico de la población chilena acumuló el 36,5% de la renta nacional, ampliándose su participación al 46,8% en 1989, mientras que al mismo tiempo la del 50% más pobre se redujo del 20,4% al 16,8%.
Durante su sangriento golpe, Pinochet había confiado plenamente en el apoyo activo de la CIA y el Departamento de Estado de Estados Unidos en virtud de Henry Kissinger. Al aplicar el programa de austeridad más duro jamás llevado a cabo en un país de América Latina, los "Chicago Boys" recibieron el pleno respaldo del FMI. Independientemente de todas las violaciones de los derechos humanos, los préstamos del FMI a Chile se duplicaron en el año siguiente del golpe de Pinochet, sólo para cuadruplicalos y quintuplicarlos en los dos años siguientes.
Otra experiencia del FMI es referente al Reino Unido. Con el inexorable declive económico de Gran Bretaña en más de dos décadas y media, se había convertido en el mayor país prestatario del FMI. De 1947 a 1971, el gobierno de Londres había dibujado préstamos por un total de  7250 millones de dólares. Después de la recesión de 1974-1975 y los ataques especulativos contra la libra, que había estado bajo una presión aún mayor; en 1976, el gobierno británico una vez más volvió al FMI en busca de ayuda, los Estados Unidos aprovechó la oportunidad para demostrar su poder. Aliarse con los alemanes renacientes, que obligaron al gobierno laborista del primer ministro Harold Wilson a limitar el gasto público, imponer recortes masivos en programas sociales, seguir una política fiscal restrictiva y abstenerse de controles a la importación. Esta intervención drástica representaba una invasión hasta esa fecha desconocida en la soberanía de un país prestatario Europeo por un préstamo del FMI.