El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prometió castigar los abusos de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que participan en las protestas contra su gobierno que comenzaron hace más de un mes. Al mismo tiempo, reiteró que la derecha está propiciando “un golpe de Estado”.
“Se hicieron denuncias sobre supuestos abusos de algunos funcionarios. He ordenado castigo a cualquier funcionario que abuse de la fuerza, a cualquiera, como que se castigue a los llamados al golpe de Estado, a quienes incendian”, sentenció Maduro el jueves por la noche en un acto de graduación de un programa de educación secundaria.
Asimismo, el jefe de Estado calificó las protestas como una “emboscada fascista” y aludió a la existencia de francotiradores. “Tenemos cinco semanas de esta emboscada fascista, hay víctimas. Ayer murió un trabajador baleado por un francotirador en Mérida. Son francotiradores que han colocado en algunos lugares para asesinar al pueblo”, indicó. También consideró a las protestas como una guerra que le declaró al pueblo venezolano la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD). “Las manifestaciones son una nueva embocada, más violenta, más venenosa que la que enfrentó el gobierno en las protestas de entre febrero y mayo del 2014, que dejaron 43 muertos”, añadió.
“Más temprano que tarde lograremos neutralizar y derrotar esta nueva emboscada y este golpe de Estado. Así lo decreto, con la Asamblea Constituyente tendremos una victoria gigante frente a los violentos”, señaló Maduro sobre su proyecto para reformar la Constitución que activó la semana pasada. Asimismo, condenó los ataques con excrementos contra la policía venezolana en las protestas opositoras contra el gobierno. “El pueblo venezolano apoya a su Guardia Nacional (policía militarizada) y a su Policía Nacional. Les han echado excremento que han sacado de su cerebro. Nos atacan con este tipo de armas, atacan a las familias de los militares y no hay condena de organismos a estos actos de barbarie”, criticó. Las bombas de excremento, llamadas popularmente “puputov”, fueron lanzadas en envases de vidrio desde las manifestaciones a la primera fila del cordón policial, que se protege con escudos.
A su vez, el director de la Policía Nacional Bolivariana venezolana (PNB), general Carlos Pérez Ampueda, reconoció la presencia de grupos de civiles armados que actuaron contra una de las marchas opositoras en Caracas y aseguró que serán capturados. “Esos son unos vagabundos y donde los veamos los vamos a capturar”, dijo a los periodistas el militar que dirige al cuerpo policial responsable del control de manifestaciones, al ser consultado sobre la presencia de un grupo de personas, algunos de ellos con armas, que robó y efectuó disparos ante los manifestantes y los cuerpos de seguridad sin ser detenidos.
Un grupo de hombres en motocicletas y con pasamontañas disparó el miércoles luego de robar a un miembro del equipo de prensa de un medio local durante una de las concentraciones opositoras, en el sector La Candelaria, que intentó marchar hasta la sede del Tribunal Supremo de Justicia. Justo enfrente del grupo armado se encontraba un piquete de la PNB. “Estamos garantizando el orden de ustedes, aquí ninguno de nosotros está armado”, explicó Pérez Ampueda para responder por qué los cuerpos de seguridad no actuaron contra el grupo armado.
El militar indicó que los efectivos de la PNB no pueden actuar contra personas armadas porque cuando están en el control de manifestaciones tienen prohibido usar armas de fuego letales. “¿Cómo vamos a hacer algo cuando ellos están disparando y nosotros sin armas?”, se preguntó. “Cuando llegaron esos vagabundos, nosotros fuimos los primeros que nos colocamos delante, garantizando a ustedes la vida, sin contar con los medios para combatirlos”, apuntó.
Dirigentes opositores denunciaron en ocasiones la presencia de grupos armados para intimidar las manifestaciones opositoras y aseguraron que estos actúan con el consentimiento de la PNB y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada). Estos señalamientos fueron negados por las autoridades que, por su parte, acusan a los opositores de ser los responsables de la violencia y de organizar a su vez grupos armados contra sus propios manifestantes.
Por otro lado, Maduro, en desacuerdo con la difusión de numerosas muertes neonatales y otras estadísticas de fuerte crecimiento de enfermedades epidemiológicas, dispuso la destitución de la ministra de Salud, Antonieta Caporale.