Zbigniew Brzezinski, uno de los analistas políticos más influyentes del último medio siglo, murió a los 89 años en Virginia. Su hija Mika Brzezinski confirmó la noticia en Instagram: “Mi padre falleció plácidamente esta noche”.
Nacido en Varsovia en 1928, hizo la vida itinerante del hijo de un diplomático, hasta que la caída de Polonia en manos del comunismo, tras la Segunda Guerra, decidió el padre a no volver a la tierra natal. La familia estaba en Canadá y el joven Zbigniew comenzó sus estudios en Ciencias Políticas y Economía en Montreal, que completó luego en Harvard.
Se instaló en Harvard y luego dirigió el Instituto de Asuntos Comunistas de la Universidad de Columbia. De allí pasó a organizar la Comisión Trilateral, a comienzos de los 70, una iniciativa de David Rockefeller para generar vínculos de cooperación entre Estados Unidos, Europa occidental y Japón. Fue su salto a la política al más alto nivel.
Los años en la Comisión Trilateral fueron la carta de presentación para ser asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter cuando el antiguo gobernador de Georgia llegó a la Casa Blanca en enero de 1977. Atrás quedaba la era de Henry Kissinger en el departamento de Estado, pero Brzezinski se convertiría en un equivalente demócrata del controversial secretario de Estado en su estrategia de realpolitik durante la Guerra Fría.
Como asesor de Carter fue clave en la negociación de paz entre Israel y Egipto, que derivó en los acuerdos de Camp David. También Acompañó a Carter en el acuerdo con Panamá para devolver el canal interoceánico a fin de siglo. La prueba de fuego le costó la presidencia a Carter: la crisis de los rehenes en la embajada norteamericana en Irán. Un cautiverio que se extendió desde noviembre de 1979 hasta el día de la asunción de Ronald Reagan, el 20 de enero de 1981.
En plena crisis, Brzezinski sostuvo la idea de rescatar militarmente a los rehenes. Así se puso en marcha la operación “Garra de Águila”, en abril de 1980, que terminó en un completo desastre y llevó a la renuncia de Cyrus Vance, el secretario de Estado, más proclive a negociar con los iraníes.
Más cerca en el tiempo, y al contrario de Kissinger, se mostró muy crítico de Donald Trump, de quien dijo que su política exterior es incoherente e indefinida. A su juicio, ante la ausencia de una línea directriz por parte del magnate“el mundo ha sido dejado a interpretar las, en ocasiones, declaraciones irresponsables, descoordinadas e ignorantes de su equipo”.