martes, 14 de marzo de 2017

ERDOGAN ATIZA EL NACIONALISMO TURCO MEDIANTE UNA FALSA CRISIS CON HOLANDA PARA PERPETUARSE EN EL PODER

ERDOGAN ATIZA EL NACIONALISMO TURCO MEDIANTE UNA FALSA CRISIS CON HOLANDA PARA PERPETUARSE EN EL PODER






Manifestantes pro-Erdogan ante el consulado de Turquía en Rotterdam

Asistimos estos días a una crisis diplomática entre Holanda y Turquía que viene a enturbiar el panorama de las inminentes elecciones en el país europeo, a la vez que muestra una vez más el talante cesarista, autocrático y demagógico de un Erdogan al que solo falta proclamar "El Islam soy yo".



Exaltación patriótica ente el consulado holandés en Ankara
El origen de la crisis está en la negativa holandesa a permitir en su suelo la propaganda turca en favor del plebiscito previsto para el mes de abril por el que Turquía dejaría atrás la república parlamentaria que su Constitución establece para consolidar un régimen presidencialista que reforzaría los poderes del actual jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan. Otros países, como Alemania y Austria, también han bloqueado los intentos del gobierno de Erdogan por celebrar mitines para los ciudadanos turcos residentes en su territorio.

Holanda, que acoge a 400.000 inmigrantes turcos, daba el sábado un paso más al impedir el aterrizaje en Amsterdam del vuelo que transportaba al ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, quien tenía intención de celebrar un mitín en Rotterdam, ciudad cuyo alcalde -musulmán, por cierto- había denegado el permiso para dicho acto. La ministra de Familia y Política Social de Turquía, Fatma Betul Sayan Kaya, que se encontraba en Alemania al iniciarse la crisis, se desplazó a Rotterdam, donde la policía le impidió acceder al consulado de su país y acabó siendo deportada por las autoridades neerlandesas.



La reacción de las autoridades turcas ha ido desde la adopción de contramedidas "simétricas", como impedir el acceso a la embajada y al consulado holandés en Ankara y hacer llegar al embajador en dicha ciudad -de vacaciones en el momento en que estalla el conflicto diplomático- el deseo de que por el momento no retorne a sus funciones, hasta las amenazas verbales de "represalias duras en extremo" (sin especificar cuáles).



"¡Viva nuestro amo! ¡Vivan las caenas!" Muy visto, pero con-
tinúa siendo efectivo.
La política de Erdogan de reprimir a los opositores cada vez con menos disimulo aprovechando su "23-F" particular del pasado julio, a la vez que se postula como gran líder islámico, en vez de encender las alarmas entre los países de la UE parece funcionar con ciertos "opinadores" acomplejados que lo último que querrían es ser tachados de islamófobos. El juego del "etiquetado" funciona muy bien al oeste de Estambul: ¿recriminas mi "autogolpe" depurativo? Es porque eres ISLAMÓFOBO. ¿Niegas que todo lo malo que pasa en Turquía es culpa de la oposición? Entonces eres un ISLAMÓFOBO. Silencio a los medios de comunicación y periodistas en contra mía, ¿te opones? Eres un ISLAMÓFOBO.

Mientras que Francia se ha plegado a los deseos de Erdogan de presionar en la calle a los inmigrantes turcos para que respalden el suicidio de las libertades en su país de origen, el hastag #FascistNetherlands (#PaísesBajosFascistas) se multiplica en las redes en contra de que Holanda ejerza su soberanía, creando una corriente que puede restar apoyo al partido anti-UE de Geert Wilders.



¿Una tormenta en un vaso de agua que pasará? ¿O se trata de algo más?

De momento el sentimiento de agresión por parte de Holanda ha sido un regalo electoral para un Erdogan que no las tenía todas consigo y que, de pronto, se encuentra con que incluso el líder de la oposición turca, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, cierre filas con él en defensa del orgullo nacional.

Nada tan eficaz como envolverse en la bandera.

(posesodegerasa)

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