domingo, 12 de febrero de 2017

Trump, Rusia, y Novorrusia


Trump, Rusia, y Novorrusia



Nicholas Nicholaides


No debemos engañarnos a nosotros mismos y creer que el nuevo presidente estadounidense será un amigo real de Rusia. Él trabajará para “hacer a EEUU grande de nuevo”, y eso contradice cualquier deseo de mejorar sustancialmente las relaciones con Rusia. Solo miren las elecciones de Trump para secretarios y consejeros, y lo que están diciendo, hasta ahora, al respecto de Rusia.

No, el único camino para que Rusia se libre del nuevo presidente de los EEUU es permaneciendo firme y mostrando que será demasiado costoso para cualquiera que intente amenazar los intereses de seguridad rusos: Siria, Serbia, Bielorrusia, Kazajistán, y más importante, la antigua Ucrania, al menos en Novorrusia y Malorrusia. Es muy posible que los EEUU intenten hacer que Rusia elija entre mejores relaciones con occidente o estrechos lazos con China. La alianza entre Rusia y China es una asociación estratégica. Está fundada sobre intereses de seguridad comunes y un enemigo común. Los EEUU bajo Trump, probablemente intentarán romper esta asociación al ofrecer a Rusia el levantamiento de las sanciones y puede que también aceptando la reunificación de Crimea. Pero esta no es una “gran oferta de buena voluntad” por Trump (si llega alguna vez), porque Rusia ya tiene Crimea sin la necesidad de alguna “aprobación” estadounidense, y porque las sanciones se han sido realmente beneficiosas para Rusia al forzarla a desarrollar recursos / alternativas nacionales y volverse más independiente respecto a occidente. Por supuesto, se vuelve más interesante para Rusia si Trump ofrece aceptar a la antigua Ucrania como parte de la esfera rusa de influencia, pero el muy probablemente no hará eso (al menos no sin algún “precio” a cambio).

Trump probablemente “atacará” China por razones económicas y por medios económicos/políticos, así que necesita a Rusia para ser al menos neutral cuando eso ocurra. Para traer de vuelta los trabajos a los EEUU, Trump ha de lidiar con el “problema chino” en un modo u otro, y esto abre una oportunidad para Rusia, una oportunidad que debería explotarse, pero no hasta el punto de traicionar la asociación estratégica con China.

Así que Rusia debe evadirse al máximo de Trump sin dar ningún respaldo real a un movimiento estadounidense contra su socio estratégico. Al mismo tiempo, debemos recordar que el apoyo chino para Rusia, aunque es importante, ha sido considerablemente de lo que podría haber sido. Los chinos siempre han mirado prioritariamente por sus intereses, lo cual es natural, y Rusia debe hacer lo mismo.

Por supuesto, la política internacional y las relaciones internacionales deberían estar construidas sobre la mutua confianza, respecto, y comprensión, pero esto no es así, y nunca lo ha sido así. Están construidas sobre la fuerza, el engaño, y las amenazas – esta es nuestra realidad.

La trifulca EEUU / China es económica en primer lugar, y geopolítica / militar en el segundo. Ahí es donde yace la oportunidad de Rusia: El primer punto no afecta a Rusia o a las relaciones Rusia-China, así que Rusia puede ser “neutral” sin “abandonar” a China. China necesitará de los recursos energéticos rusos incluso si algunos trabajos vuelven de China a los EEUU (y EEUU no puede traer de vuelta demasiados trabajos porque las empresas estadounidenses no pagan los sueldos más elevados demandados en casa). El segundo punto (geopolítico) es más importante tanto para Rusia como para China: Las relaciones EEUU-Taiwán y el mar del sur de China son vitales para China, pero no para Trump, así que Rusia puede apoyar a China ahí (a cambio del apoyo chino en relación a Novorrusia y Malorrusia), sin preocupar demasiado a Trump.

Taiwán es un tema que tiene un gran valor simbólico para China y es muy sensible para ellos, justo como Novorrusia debería ser para Rusia.

Para Rusia, sin embargo, Taiwán no tiene importancia. Para EEUU, Taiwán del mismo modo tiene una importancia que es solamente simbólica, como una herramienta para presionar a China. Lo mismo es cierto para el mar del sur de China. Rusia, como la gran potencia menos involucrada directamente en esta región, puede actuar verdaderamente como un mediador allí. De este modo, Rusia puede conseguir el apoyo chino y las concesiones estadounidenses donde realmente le preocupa: En Novorrusia y Malorrusia, sin traicionar a China y sin “desalentar” a los EEUU de su nueva “actitud” hacia Rusia. Esto requerirá una buena “ley de equilibrio” político, que creo que el presidente Putin puede lanzar.

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