jueves, 23 de febrero de 2017

La pandemia más grande del mundo

La pandemia más grande del mundo

Jorge  Zavaleta Alegre.- Pandemia, es el nombre  de un café  en la ciudad universitaria  de Pittsburgh. También  existen  en otras partes del mundo, porque a estos  lugares concurren jóvenes, quienes, entre música y charlas, comparten el lugar,  sabiendo que es una ironía contra los “antídotos”  que inventa el mercado para soslayar  realidades más complejas y evidentes. Pocos se acuerdan del ébola.




"Mantengo los dedos permanentemente cruzados para que no nos llegue una gran epidemia como la gripe en los próximos diez años", declaró  a la prensa Bill Gates, fundador de la empresa Microsoft.

Conocido como benefactor de programas para la erradicación de enfermedades se muestra preocupado porque actualmente somos un tanto vulnerables a que una infección mortal se propague muy rápidamente.

El riesgo se debe principalmente al uso excesivo de antibióticos que ha generado bacterias resistentes a esos fármacos y, según Gates, se necesita un esfuerzo mundial coordinado para desarrollar nuevos métodos y nuevos fármacos para reducir esa amenaza.

Si el propietario de una de las  más  grandes empresas  de internet, con justa razón, considera que es indispensable destinar  recursos para crear un antídoto contra las súper - bacterias, las investigaciones sociales del siglo XXI inciden que la peor bacteria que ya azota el mundo es la corrupción, terrible pandemia que mata a los más pobres del mundo.

Esa pandemia que anuncia Gate, por ejemplo,  está ya encarnada en un país sudamericano que se llama Perú, donde el 95 por ciento del Producto Bruto Interno, que debería corresponder  a sus  33 millones de habitantes, solo está en manos de un 5 por ciento de la población nacional.   En ese territorio sudamericano crece en progresión geométrica, el latrocinio de la caja fiscal,  el contrabando, el narcotráfico  y los sobrecostos de inversiones. La  Justicia no existe. Los presidentes  asaltan el fisco  con miles de contratos  a suma  alzada.

Y las grandes mayorías   no tienen atención  a la salud, ni colegios, ni carreteras.  En pleno  siglo  XXI  hay niños que aún se mueren por el frío de las punas  y por males estomacales y bronquiales. Se  acuerdan de  Haití con el terremoto de mediados  de los noventa, que destruyó solo la parte donde viven los más pobres. Pues  ellos siguen viviendo igual, como si el sismo hubiera sido  ayer. En los bancos de Puerto Príncipe, empresarios peruanos de la construcción dejaron depositados las sobreutilidades para evadir impuestos.

Todos los días, la población de  América Latina recibe miles de noticias de la generosa Sra. Corrupción. Su Contraloría General alertó este 20 de Febrero, más megaproyectos  que comprometen los fondos públicos. Odebrechet es la empresa  que encabeza ahora la corrupción. Fujimori, García,  Toledo,  Humala familias y allegados, son los responsables. Solo  Fujimori está entre rejas. Mientras  la pandemia continúa. Los  sustractores andan libres,  los procesos  judiciales son lentos, muy lentos.

Volviendo a la propuesta de Gate, los  Estados deben destinar  fondos para contrarrestar los efectos  de la pandemia. Realmente  la  humanidad necesita  esa ayuda pero mucho más en educación, salud  y justicia.

Expertos de la salud identifican a India como uno de los principales focos de la creciente resistencia a los antibióticos. Allí, el uso de estos medicamentos es descontrolado, aún en bebés prematuros. Lo   real  es que también los antídotos contra las pandemias  dan lugar a negociados con los laboratorios que los fabrican.   Recordemos que entes como la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue muy criticada por su reacción a la epidemia del ébola.

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