martes, 7 de febrero de 2017

Fuego y Terrorismo en Chile


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Fuego y Terrorismo en Chile

Prender fuego iglesias y bosques es el modus operandi de las guerrillas en el sur.

Por MARY ANASTASIA O’GRADY
5 de febrero de 2017 6:02 p.m. ET
Más de un millón de hectáreas en el centro y sur de Chile se han incendiado desde julio de 2016, con casi el 70% de la destrucción ocurrida el mes pasado. El área afectada es más grande que el estado de Rhode Island. Al menos 11 personas han muerto y más de 1.000 viviendas han sido destruidas.
Los incendios forestales durante el caluroso y seco verano chileno no son infrecuentes. Pero la ideología anti-mercado del presidente socialista Michelle Bachelet puede estar exacerbando la situación.
Un ejemplo: cuando la esposa chilena del nieto de Sam Walton, heredero de una fortuna, ofreció alquilar un superpetrolero 747-400 equipado para combatir incendios, el gobierno puso obstáculos. Eso retrasó, por un par de preciosos días, la llegada del avión, que resultó ser enormemente eficaz. Sin embargo, cuando Rusia se ofreció a enviar aviones más pequeños, no hubo ningún retraso y la Sra. Bachelet celebró en Twitter.
El culto cercano a la presidencia de Fidel Castro y su visión comunista para América Latina es legendario. Pero su decisión de poner su política sobre el bienestar de los campesinos chilenos en esta crisis es un escándalo.
Algunos incendios han sido intencionadamente establecidos y esto ha elevado las preocupaciones en las zonas rurales de Chile por el aumento de la violencia organizada contra civiles y la propiedad privada por parte de extremistas de izquierda con el objetivo de derrocar a la democracia. Bachelet fue advertida de la amenaza durante su primer mandato (2006-10), al igual que el ex presidente Sebastián Piñera (2010-14). Ninguno de los dos actuó.
La presidenta Bachelet se refiere a la violencia como un “conflicto rural”. Pero es el terrorismo, y la falta de voluntad de su gobierno para hacerle frente es permitir su propagación.
Las causas de los incendios -más de 100 en enero- están bajo investigación. Mis fuentes en Chile dicen que gran parte de la destrucción probablemente se atribuirá a accidentes agravados por la basura, los fuertes vientos y la sequía.
Pero el gobierno ha admitido que hay evidencia de incendio provocado en algunos casos y ha arrestado a 43 personas como parte de su investigación. El subsecretario del Interior Mahmud Aleuy dijo el 30 de enero que “no hay patrón” que conduce a “conclusiones definitivas”, y que “algunos de los detenidos han sido personas de la calle, otros tienen graves problemas mentales”.
Aún así, el 29 de enero, el ministro del Interior, Mario Fernández, dijo que el gobierno no ha descartado el terrorismo en algunos casos. Tal vez eso es porque ha habido informes que no jibe con la “sin hogar” narrativa. El mes pasado, en la parroquia de Arauco, en la región del Bío Bío, la policía informó que recibió un disparo cuando los ocupantes de un automóvil sospechoso que habían estado persiguiendo huyeron a pie. Dentro del vehículo abandonado encontraron combustible y encendedores.
Tanto el jefe de bomberos como el superintendente de bomberos de la parroquia de Empedrado en El Maule informaron que en las primeras horas del 26 de enero se oyeron unos 20 disparos fuera de la casa de bomberos. El jefe de bomberos dijo que un vehículo cercano se quedó con agujeros de bala. Le preocupaba que sus bomberos voluntarios no volvieran al trabajo.
Un reportaje del 30 de enero en el sitio de noticias en línea biobiochile.cl declaró: “Los vecinos y las autoridades temen que los incendios forestales puedan ser ataques terroristas”. La historia informó que los habitantes de Constitución, también en El Maule, sus hogares.
Es bien conocida la presencia de grupos extremistas de izquierda -que afirman representar a los indígenas mapuches- en la región sur de La Araucanía. En los últimos años se han expandido hacia Los Ríos y el Bío Bío. El establecimiento de iglesias, bosques, camiones y otros bienes que incendian y matan a la gente en emboscadas y ataques de francotiradores es su modus operandi, y operan a ambos lados de la frontera con Argentina.
En 2015, el abogado chileno Felipe Silva dijo a la revista chilena Qué Pasa que en 2009, durante el primer mandato presidencial de la Sra. Bachelet, el gobierno recibió un reporte del entonces ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos que vinculaba a los llamados grupos mapuches con las Fuerzas Armadas Revolucionarias De Colombia, conocido como las FARC, y el Partido Comunista de Chile.
El señor Silva me dijo en una entrevista telefónica el jueves que lo sabía porque recuperó un informe similar de Colombia para la oposición chilena ese mismo año.
En una carta enviada a la Sra. Bachelet en abril de 2016, la presidenta de la asociación de compañías de camiones del sur alegó que había hecho un acuerdo dentro de su coalición gobernante -que incluye al Partido Comunista Chileno- para no aplicar la ley antiterrorista chilena contra la guerrilla. Esto, dijo la carta, está poniendo “unos violentos pocos por encima de la inmensa mayoría de chilenos” y le imploró que reconsiderara.
Los terroristas usan la cara de los mapuches nativos como excusa para su violencia. Sin embargo, no representan a la población, que respaldó fuertemente al general Augusto Pinochet y sigue votando abrumadoramente conservador. La mayoría de los mapuches son pacíficos, pequeños terratenientes que intentan ganarse la vida. Su juicio por fuego, terrorismo, no parece molestar al gobierno chileno.
Fuente:https://www.wsj.com/articles/fire-and-terrorism-in-chile-1486335739

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