El momento en que los físicos podrían descubrir si de verdad existe una potencial nueva partícula subatómica se está acercando. Los primeros indicios de la posible existencia de una nueva partícula surgieron en diciembre del año pasado en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), agitando a la comunidad científica y generando cientos de intentos de explicar la existencia del fenómeno.
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"Si es real, es grande. Es muy diferente de lo que ha sido la física de partículas de los últimos 30 años", señala David Kaplan, físico teórico de la Universidad John Hopkins (EE.UU.), citado por la revista
'Science News'
. Se cree que la nueva partícula se divide en dos fotones, pero su verdadera naturaleza sigue siendo un misterio, dado que sus propiedades no coinciden con las expectativas de los científicos.
Según una de las teorías más verosímiles, publicadas en la revista 'Physical Review Letters' que destacó cuatro trabajos que podrían ayudar a explicar los datos obtenidos en caso de la confirmación de la existencia del fenómeno, la partícula está compuesta por componentes más pequeños, al igual que los protones y neutrones están hechos de quarks. Se estima que la nueva partícula consistiría de partículas semejantes a los quarks, unidas por un tipo de fuerza hasta ahora desconocido.
La partícula también podría ser parecida al bosón de Higgs, descubierto en 2012, pero 6 veces más masiva. Según otras teorías, se podría tratar de la gravitación que transmite la fuerza de la gravedad. El problema principal de elaborar una teoría o un modelo que explique el origen de la partícula consiste en que hasta el momento se ha presentado solamente en un tipo de desintegración, produciendo dos fotones.
Los experimentos en el Gran Colisionador de Hadrones con el fin de obtener más datos sobre detalles adicionales se renovarán pronto y los científicos esperan para el verano obtener respuestas que puedan resolver el misterio.