domingo, 20 de noviembre de 2016

The New York Times: Facebook y el virus digital de las noticias falsas


The New York Times: Facebook y el virus digital de las noticias falsas





Mentiroso. Imagen: Merto-Willey/ The New York Times

Compartimos con nuestros lectores el editorial publicado este domingo por The New York Times sobre el debate del papel que tuvieron las plataformas de las redes sociales, en particular Facebook, en la difusión de noticias falsas que apuntalaron la campaña del presidente electo Donald Trump:

Este año, el adagio de que “la falsedad vuela y la verdad viene cojeando detrás” no sirve para describir el problema. Esa idea supone que la verdad finalmente la alcanza. Pero no existe mucha evidencia de que esto ocurra para los millones de personas impactadas por las noticias falsas -como que el Papa Francisco respalda a Donald Trump o el que Sr. Trump ganó a Hillary Clinton en el voto popular- que se han extendido en las plataformas de redes sociales.

La mayoría de las noticias falsas son producidas por estafadores que buscan ganar dinero rápido. La gran mayoría de ellos toman posiciones de extrema derecha. Pero una gran parte de la responsabilidad de este flagelo recae en las compañías de Internet como Facebook y Google, que han hecho posible que las noticias falsas se compartan casi al instante con millones de usuarios y han sido lentos para bloquearlos desde sus sitios.

Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de Facebook, ha descartado la noción de que la falsa noticia prevalece en su plataforma o que influye en la elección. Pero de acuerdo con un análisis de BuzzFeed News, durante los últimos tres meses de la campaña presidencial, las 20 noticias falsas más importantes en Facebook generaron más participación -fueron compartidas, recibieron “me gustas” y comentarios- que las 20 historias principales en sitios web de noticias reales.


BuzzFeed News.

Estos engaños no son sólo rebotaron entre los teóricos de la conspiración con ideas similares; candidatos y funcionarios electos también los comparten. El senador Ben Sasse, republicano de Nebraska, el jueves twitteó acerca de las personas que han sido pagadas para participar en los disturbios contra el Sr. Trump – una noticia falsa. Un hombre que escribió noticias falsas dijo al Washington Post que los partidarios de Trump y los funcionarios de campaña a menudo compartieron sus mensajes falsos contra Clinton sin molestarse en confirmar los hechos y que él cree que su trabajo pudo haber ayudado a elegir al candidato republicano.


Why don’t we have more reporting on paid rioting?

Who pays for it?
How much?
Why?
Through what orgs?
Who are the “workers”?
Who recruits?

— Ben Sasse (@BenSasse) 17 de noviembre de 2016

En el extranjero, la difusión de noticias falsas en Facebook, que llega a 1.800 millones de personas en todo el mundo, ha sido un problema de larga data. En países como Myanmar, contenidos engañosos en Internet han contribuido a la violencia étnica. Y ha influido en las elecciones en Indonesia, Filipinas y otros lugares. Los sitios de medios sociales también se han utilizado para difundir información errónea sobre el referéndum para el acuerdo de paz en Colombia y sobre el Ebola en África Occidental.

Facebook dice que está trabajando en eliminar esos bulos. Aseguró el lunes pasado que ya no colocaría los anuncios de Facebook en sitios de noticias falsos, una medida que podría costar a Facebook y a esos falsos sitios de noticias una fuente lucrativa de ingresos. Anteriormente, el mismo día, Google dijo va a impedir que esos sitios usen su red de colocación de anuncios. Estos pasos ayudarían, pero Facebook, en particular, debe a sus usuarios, y a la democracia en sí, mucho más.

Facebook ha demostrado que puede bloquear eficazmente de su plataforma contenidos como los artículos clickbait (cebos sensacionalistas) y los spam, ajustando sus algoritmos, que determinan qué enlaces, fotos y anuncios los usuarios ven en sus feeds de noticias. Nadie fuera de la empresa sabe exactamente cómo funciona su software y por qué es posible que vea mensajes compartidos por algunos de sus amigos con frecuencia y otros rara vez. Recientemente, la compañía reconoció que había permitido a las empresas apuntar o excluir a destinatarios de anuncios sobre vivienda, empleo y crédito basados en su origen étnico, en aparente violación de las leyes contra la discriminación. Ha dicho que detendrá esa práctica.

Los administradores de Facebook están constantemente cambiando y refinando los algoritmos, lo que significa que el sistema es maleable y sujeto al juicio humano. Este verano, Facebook decidió mostrar más mensajes de amigos y familiares en los canales de noticias de los usuarios y reducir historias de las organizaciones de noticias, porque, dijo, que eso es lo que los usuarios querían. Si puede hacerlo, seguramente sus programadores pueden entrenar el software para detectar historias falsas y burlar a la gente que produce esta basura.

El bloqueo de la información errónea ayudará a proteger la marca y la credibilidad de la empresa. Algunas plataformas han sufrido cuando no han logrado resolver las preocupaciones de los usuarios. Los usuarios de Twitter, por ejemplo, se han alejado de esa plataforma a causa del abuso de trolling (uso de identidades falsas para atacar a otros), mensajes amenazantes y discursos de odio, que la compañía no ha podido controlar.

El propio Zuckerberg ha hablado extensamente sobre cómo los medios de comunicación social pueden ayudar a mejorar la sociedad. En una carta a los inversores de 2012, dijo que podría “traer un diálogo más honesto y transparente en torno al gobierno que podría conducir a un empoderamiento más directo de las personas, más responsabilidad de los funcionarios y mejores soluciones a algunos de los mayores problemas de nuestro tiempo”.

Nada de eso ocurrirá si sigue dejando que los mentirosos y estafadores saqueen su plataforma.

(Tomado de The New York Times: Facebook and the Digital Virus Called Fake News. Versión de Cubadebate)

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