lunes, 17 de octubre de 2016

Banco Expropiado "La Canica": Una antigua sucursal de Bankia en Lavapiés, ocupada por proyectos de economía social. Victoria!

Banco Expropiado "La Canica": Una antigua sucursal de Bankia en Lavapiés, ocupada por proyectos de economía social. Victoria!




Una okupación es una Victoria!, de un banco cuenta por dos, y si encima los proyectos son de una red de intercambios como es la Moneda Social de La Canica, autogestionados y solidarios, su valor es símplemente incalculable. 

Un fuerte abrazo, a los compañeros de La Canica, y mucho ánimo para seguir adelante. Estaremos atentos para apoyaros en lo que humildemente podamos.

Otra economía es posible, y empieza hoy y en nuestra casa!

Salud!
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Una antigua sucursal de Bankia en Lavapiés, ocupada por proyectos de economía social | Periódico Diagonal 14.10.2016
El Banco Expropiado La Canica albergará la red de intercambio del mismo nombre y la Red Solidaria de Economía de Barrio.


Calle Huerta del Bayo, número 2 (Madrid). Esta sucursal de Bankia en Lavapiés ha sido una de las oficinas bancarias que ha sufrido más acciones de las Asambleas de Vivienda. En ella, desde 2012 los activistas consiguieron paralizar decenas de desahucios y conseguir otros tantos alquileres sociales. Un par de años después, Bankia decidió cerrar las puertas de esta oficina.
La pasada semana, el local que albergaba esta oficina de Bankia ha vuelto a abrir sus puertas, pero convertido en el espacio liberado Banco Expropiado La Canica. Es “un espacio que albergaba hasta hace no mucho una sucursal de Bankia y que vecinas y habitantes de diversos barrios utilizan hoy para avanzar en el, digámoslo así, turbulento proceso autogestionario que vive la ciudad en los últimos años y empezar a coordinar distintos proyectos y herramientas sofisticadas que, sin ser muy conocidas, hemos sabido construir durante todo este tiempo”, explica el comunicado lanzado desde el nuevo espacio liberado de Lavapiés.
“Es interesante poder volver a esta oficina y abrir otro ciclo de movilizaciones precisamente desde un lugar en el que se ha luchado tanto por el acceso vivienda”, explica un participante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) Centro Madrid.
La oficina de Huerta del Bayo fue escenario de decenas de acciones que la asamblea de vivienda del barrio puso en marcha para paralizar el desahucio de Abdul, entre otros muchos. También fue una de las oficinas que más vivió la campaña ‘Bankia es nuestra’, puesta en marcha en 2013. Las continuas protestas en la oficina consiguieron que sus directores fueran trasladados de sucursal y el último año que se mantuvo abierta fue sin dirección, según explica el participante de PAH Centro Madrid. 
Uno de los proyectos que albergará el Banco Expropiado La Canica es precisamente La Canica, una red de intercambio puesta en marcha en distintos barrios de Madrid que utiliza una moneda social alternativa, llamada también ‘canica’, con la que se promueve la creación de cooperativas y medios de producción colectivos.
“Si La Canica y el Banco Expropiado tienen sentido es, por tanto, porque –pese a que haya, es cierto, menos manis componemos un enorme mundo común cuyos recursos o cuya economía cabe pensar como propia”, señala el comunicado. “Porque los millones de encuentros que se han sucedido desde 2011 han tenido un sentido”, continúa.
Otro de los proyectos que se alojarán en la oficina de Huerta del Bayo es la Red Solidaria de Economía de Barrio, que utilizará el espacio para realizar sus compras colectivas. La Red, que nació en mayo de 2015, agrupa a comerciantes y vecinos del barrio con el objetivo de evitar las grandes empresas en beneficio del pequeño comercio.

Leer más: Comenzar a andar con unas monedas para el cambio se ubica en la antigua
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Comunicado de La Canica
¿Qué es el Banco Expropiado La Canica? | LA CANICA12.10.2016

El Banco Expropiado La Canica es un espacio situado en Lavapiés, Madrid, en el número 2 de la calle Huerta del Bayo. Un espacio que albergaba hasta hace no mucho una sucursal de Bankia y que vecinas y habitantes de diversos barrios utilizan hoy para avanzar en el, digámoslo así, turbulento proceso autogestionario que vive la ciudad en los últimos años y empezar a coordinar distintos proyectos y herramientas sofisticadas que, sin ser muy conocidas, hemos sabido construir durante todo este tiempo.
Una de ellas es La Canica, una red de intercambio consolidada desde hace algún tiempo en diversos barrios, que se ha dotado de una moneda social alternativa al euro y que está promoviendo ya, con cierto éxito, la formación de cooperativas y la colectivización de recursos y medios de producción. Es, en ese sentido, una herramienta que está siendo muy útil para la organización directa y común de nuestras vidas, permitiendo que circulen bienes entre nosotras reduciendo nuestra dependencia del euro y del trabajo asalariado (quien lo probó lo sabe). No es, en cualquier caso, sino una herramienta más dentro de las muchas que apuntalan ya una economía propia. Madrid cuenta con grupos de consumo cada vez más coordinados, redes de productoras que se apoyan mutuamente y vecinas que refuerzan el comercio solidario de barrio como brillante apuesta de recomposición de la vida social del territorio. El Banco Expropiado se presenta, por tanto, como un espacio de cruce de tan buenas iniciativas con el propósito, ambicioso pero nada loco, de que el movimiento popular, organizado, desobediente y amoroso, se dote a sí mismo de cuantos recursos necesite para su vida en común.
Si La Canica y el Banco Expropiado tienen sentido es, por tanto, porque –pese a que haya, es cierto, menos manis– componemos un enorme mundo común cuyos recursos o cuya economía cabe pensar como propia. Vale decir: porque los millones de encuentros que se han sucedido desde 2011 han tenido un sentido, porque existe un afecto común, porque nuestras habilidades organizativas siguen intactas y porque tenemos comprobado que podemos llegar lejísimos. Porque, en fin, el tejido asambleario y autoorganizado sólo puede pensarse como irreversible y permanentemente interconectado. La asamblea de vivienda de Lavapiés, sin ir más lejos, dejó fritos a un par de directores de esta misma sucursal, paró un buen número de desahucios de hipotecas asociadas a ella y firmó varios alquileres sociales en el pulido suelo que hoy pisamos. PAHs y asambleas de vivienda han (¡hemos!) colaborado en una espantada bancaria y, sobre todo, hemos apuntalado su descrédito social. Ampliar nuestra cosecha expropiando un par de bancos en cada barrio puede ser, desde luego, una buena manera de disfrutar nuestras victorias.
Y desde aquí enviamos cien besos a las compañeras de la Bankarrota en Moratalaz, y por supuesto otros cien a las del Banc Expropiat en Gràcia, quienes supieron generar un terremoto feliz cuyos efectos resuenan hoy en el Banco Expropiado La Canica.
Veamos dónde resuenan mañana.
bancoexpropiado.lacanica@gmail.com

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