© Yves Herman / Reuters
Primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk.
La respuesta de los medios occidentales a la renuncia del primer ministro ucraniano, Yatsenyuk, es risible. Se supone que debemos estar sorprendidos por la "revelación" de que el gobierno de Ucrania es "sorprendentemente" corrupto y que la desaparición de Yatz es un "
movimiento sorpresa
", a pesar de que Yatz era el líder de poco más que una "junta" y que el mismo Yatz
anunció públicamente que saldría del gobierno hace más de 2 semanas
. Mientras que Victoria Nuland se está volviendo loca debido a la corrupción de Ucrania y los oligarcas y cleptócratas que gobiernan desde las sombras, se le olvida que hace 2 años fueron ella y sus amigos quienes crearon el grotesco espectáculo de monstruos que constituye el gobierno de Ucrania.
En el último par de semanas han sucedido tres cosas muy reveladoras que conciernen a Ucrania. Número 1: el alboroto sobre los Papeles de Panamá y el hecho de que Poroshenko fuera nombrado en los mismos. Número 2: la renuncia "sorprendente" de Yatsenyuk, y número 3: la "impactante" votación por el no en el referéndum holandés sobre la conveniencia de establecer vínculos más cercanos entre la UE y Ucrania. Lo que cada uno de estos eventos tiene en común es la llamada independencia de Ucrania de la Unión Soviética en 1991, cuando el país tomó un giro equivocado hacia la calle del neoliberalismo y terminó en un agujero económico y cultural del que no puede escapar.
La "independencia" de Ucrania
Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania tomó una decisión audaz y votó por la independencia de la URSS. Dirigida por un movimiento nacionalista conocido como Rukh, Ucrania hizo muy felices a hombres geopolíticos estadounidenses locos, como Paul Wolfowitz, cuando cortaron los lazos con los soviéticos y adoptaron una trayectoria el oeste de dominación del tipo "mercado libre". Por supuesto que fueron tentados por las promesas vacías del "libre mercado" y la "marea que levantaría todos los botes". Jon Gundersen, el Cónsul General en Kiev en aquel momento, relata el espíritu de ese tiempo de esta manera:
De hecho, tengo una carta de Paul Wolfowitz, quien fue en su momento el secretario adjunto de Defensa para la política de seguridad internacional. Estaba usando nuestros cables en contra de algunos en el [Departamento de] Estado que dirían: "Bueno, tenemos que trabajar con los soviéticos y Gorbachov. No presionemos demasiado". Las ideas del Pentágono, en la Oficina del Secretario de Defensa, fueron impulsadas por objetivos militares, no políticos. La idea era que si Ucrania se vuelve independiente, las fuerzas soviéticas tendrían que retirarse a mil millas de la OTAN y ya no serían una amenaza estratégica. Y entonces lo vieron desde una perspectiva militar; estaban menos involucrados con el control de armas u otras consideraciones. Había algunos en S/P, el Consejo de Planificación Política del Estado, que estuvieron de acuerdo. Sin embargo, la mayor parte en el [Departamento de] Estado y el NSC [Consejo Nacional de Seguridad] querían seguir con la política actual hacia la Unión Soviética. Por lo que entendemos que había algunas discusiones realmente difíciles en Washington acerca de "¿A dónde va Ucrania?". Llegó a un punto en que el presidente Bush vino a Ucrania...
Uno de los resultados de las reuniones de Bush fue que los soviéticos se estaban volviendo cada vez más suspicaces con respecto a los ucranianos y hacia dónde iban. Así que enviaron a [político soviético Gennady] Yanáyev (uno de los líderes del golpe posterior para quitar a Gorbachov del poder) para espiar en las conversaciones entre Bush y Kravchuk.
Kravchuk y Bush querían tener una reunión personal, por lo que me dijeron que "hable con Yanáyev, para que nosotros podamos tener una conversación privada". Tengo una foto en la que Yanáyev aparece muy preocupado sentado allí con Bush y Kravchuk. Luego Bush y Kravchuk desaparecieron. Creo que fue uno de los eventos clave que provocaron que los golpistas actuaran. Creo que Yanáyev informó a sus compañeros en el Kremlin, pero no a Gorbachov, que: "Ucrania se hará independiente, tenemos que hacer algo al respecto". El golpe de Estado [ruso] sucedió un mes y medio después.
Sin duda, se estaban llevando a cabo muchas maquinaciones oscuras, cada uno empujando a Ucrania fuera de los brazos de Rusia. Radio Free Europe jugó un papel importante, difundiendo el falso sueño americano de la felicidad y la prosperidad para todos, que en realidad siempre fue la enorme riqueza para unos pocos corruptos. 13 años más tarde, George H. W. Bush le diría a una audiencia que la independencia de Ucrania había "marcado un nuevo capítulo esperanzador para la humanidad." Es útil recordar que un psicópata define "esperanzador" de manera muy diferente a como lo hace un ser humano normal.
Resultó que el nuevo capítulo esperanzador lo era sólo para los psicópatas, mientras que una pesadilla sin fin saludó a la gente común de Ucrania, y un drenaje continuo de los recursos de Rusia. Con la economía en caída libre, Ucrania en la década de los 90 experimentaría la hiperinflación, una recesión de 8 años de duración, y una disminución de la producción igualada solamente por un país "devastado por la guerra". La economía de Ucrania estuvo ligada históricamente a las industrias soviéticas, especialmente las industrias militares, lo que representaba el negocio del 25% de las empresas ucranianas. Con el colapso soviético todas estas industrias se habían ido. Los salarios fueron destruidos. Los sustentos de vida se perdieron.
El resultado fue una pobreza masiva y un aumento de la delincuencia. La tasa de homicidios se duplicó, y la vida era "aterradora" para el ciudadano promedio. Al igual que en Rusia, compañías enteras fueron vendidas a través de la utilización de cupones entregados a los empleados, los cuales podrían, en teoría, intercambiar por una acción en la corporación. Como fue el caso en Rusia, la mayoría de las personas comunes fueron forzadas a vender sus cupones para obtener comida a personas codiciosas sin escrúpulos que luego se convertirían en los "oligarcas" en posesión de las empresas del estado y por lo tanto con acceso a la influencia política necesaria para enriquecerse aún más a sí mismos:
De hecho, durante los inicios y mediados de los 90, las tasas de inflación y la destrucción de los ahorros condujeron a un aumento de la pobreza. Dado que las personas necesitaban dinero en efectivo para comprar comida y pagar la vivienda, muchos decidieron que era más beneficioso vender sus certificados de privatización a empresas e inversionistas que los compraban por 2 - 8 grivnas (aproximadamente US $ 1 a US $ 4 en ese momento), menos de su valor nominal de UAH 10. Después de haber adquirido un número significativo de certificados, estos inversionistas participaron directamente en concursos y subastas. Al igual que en la experiencia rusa, sólo un puñado de ucranianos se convirtieron en propietarios reales.
De 1992 a 2002, se privatizaron más de 100.000 empresas ucranianas. ¿Cuál fue el resultado? Una sociedad degradada y reconstruida sobre la base de la corrupción y la codicia puras. A diferencia de Ucrania, Putin logró controlar a los oligarcas que habían amasado grandes fortunas políticas y económicas en el mismo período. En Ucrania, sin embargo, no hubo Putin, y gracias a los EE.UU. cualquier influencia que Putin pudiera haber tenido sobre Ucrania se ha perdido como resultado del golpe de estado encabezado por Estados Unidos en febrero de 2014. En su lugar, Ucrania ha sido sometida a una "revolución de color" tras otra, lo que los mantiene desestabilizados y por lo tanto fácilmente controlados por los chiflados imperialistas occidentales. Gracias a décadas de privatización, a partir de 2008 los 50 oligarcas ucranianos más ricos poseían el equivalente al 85% del PIB de Ucrania. ¿Qué le parece eso como muestra del modelado de la sociedad ucraniana sobre una plantilla occidental? Desde la década de 1990, los políticos y periodistas occidentales han lamentado la corrupción de Ucrania - de hecho al leer los informes recientes y compararlos con los primeros, encontramos poca diferencia en el estilo o el contenido de la escritura. Es como si Occidente se hubiera vuelto tan perezoso que hubiera reciclado informes completos y cambiado algunos nombres, de Kravchuk a Poroshenko. Pero, de nuevo, probablemente es porque nada ha cambiado, como parte del plan. Un vistazo a la agenda de Yatz para el 2014 en Ucrania convencerá al lector de ello:
"La próxima semana, el gobierno de Ucrania discutirá un programa que considerará un proyecto de ley sobre la lista de entidades gubernamentales que no están sujetas a la privatización. Después de esto, vamos a anunciar la privatización más ambiciosa en 20 años," - dijo según ITAR-TASS. El mayor productor de alcohol en Ucrania - la empresa "Ukrspirit" será entregada al sector privado, junto con una serie de otras empresas estatales, "que son fuentes de corrupción, no del desarrollo de Ucrania". El ministro de Energía, Yuri Prodan (que irónicamente significa "vendido" en ucraniano) anunció la privatización de todos los recursos energéticos con la excepción de algunas tuberías y oficinas del ministerio. Posteriormente, el gobierno agregó que el plan incluía la privatización de su participación del 50% en Ukrnet (la petrolera estatal) y el 75% de participación en Turboatom (central hidroeléctrica). También se incluyó la fábrica del puerto de Odessa, junto con varias minas.
Lo que Yatsenyuk está proponiendo "para combatir la corrupción" es la causa de la pérdida del 60% de la capacidad industrial de Ucrania desde la caída de la URSS. Habiendo poseído alguna vez una de las principales economías del mundo, Ucrania se ha reducido a una nación con cantidades asombrosas de desempleo y pobreza.
1,5 millones de ciudadanos de Donbass se mueren de hambre gracias al régimen de Kiev, el cual viola el alto el fuego de Minsk de manera regular, creando angustia constante para hombres, mujeres y niños. Los ucranianos están experimentando una tasa de desempleo más alta que en cualquier momento (hasta el 50% en algunas regiones) en su historia como nación independiente. Los que tienen un puesto de trabajo sólo pueden esperar ganar 100 euros al mes. Las matanzas de civiles inocentes por parte de la junta de Kiev continúan siendo silenciadas por los medios occidentales, ya que, cualquier cosa que no puede ser atribuida falsamente a Rusia, simplemente no existe, al parecer. ¿Acaso es de extrañar entonces que los ucranianos odien a Yatsenyuk y todo lo que representa? ¿Es de extrañar que Donbass y Luhansk están luchando con uñas y dientes para escapar de las garras de esta patocracia inspirada por Estados Unidos? ¿Es de extrañar que se haya "revelado" que Poroshenko es tan corruptos como sus amos occidentales? Occidente manipula a Ucrania cada vez que quiere, de cualquier forma que lo desee, con el fin de avivar las llamas a lo largo de la frontera de Rusia y mantener al país en sus garras.
Cualquier ucraniano que aún mantiene la esperanza de que Occidente quiera ayudarles necesita que le examinen la cabeza. Ni los estadounidenses ni los europeos se preocupan en absoluto por la gente común de Ucrania. Los agentes del poder de la UE quieren dominarlos política, económica y legalmente con el fin de explotarlos como mano de obra barata, mientras que EE.UU. los ve como un arma dirigida a Rusia. El reciente referéndum holandés sobre el acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania es sólo un ejemplo de esto. Los organizadores del referéndum dejaron claro que Ucrania era útil sólo como una cuña política para tratar de forzar una "salida" holandesa de la UE:
"En realidad, no nos preocupamos por Ucrania, deben entender", dijo Arjan van Dixhoorn, uno de los organizadores, y la presidenta de la asociación Burgercomité-UE. Según ella, el referéndum del 6 de abril tiene por objeto crear tensiones entre Holanda y la Unión Europea. "Un referéndum sobre una Nexit [salida de Holanda de la UE] era imposible hasta ahora. Es por eso que estamos utilizando todas las posibilidades para ejercer presión sobre las relaciones entre Holanda y la UE", dijo al diario holandés NRC.
Los ucranianos tienen una opción. O bien despiertan y se dan cuenta de que la intención real de sus "amigos" occidentales es la de explotar hasta el último hombre, mujer y niño y que estarían mucho mejor en una alianza con su vecino histórico, Rusia; o siguen creyendo en las mentiras occidentales sobre la "libertad y la democracia" y la retórica histérica anti-rusa, y pagan las consecuencias de tal idiotez obstinada.