miércoles, 23 de marzo de 2016

Se incrementan denuncias de abuso sexual en contra de menores


revoluciontrespuntocero.com

Se incrementan denuncias de abuso sexual en contra de menores en escuelas; Estado Mexicano sin cumplir recomendaciones

Emma Martínez
Se incrementan denuncias de abuso sexual en contra de menores en escuelas; Estado Mexicano sin cumplir recomendaciones
(23 de marzo, 2016. RevoluciónTRESPUNTOCERO).- Hace aproximadamente dos años, la conserje de un colegio Montessori, ubicado en la ciudad de México, se percató que uno de los profesores y esposo de la directora, Carlos Erdmann Carrillo, sentaba en sus piernas a una menor de 10 años, a la persona esa acción no le pareció correcta, por lo que dio aviso a uno de los familiares de la menor que también trabaja en el centro educativo, finalmente la madre de la niña se enteró de lo acontecido.
Lo anterior fue calificado como un posible abuso, por lo que la madre habló con la menor y le pidió le explicara si esa situación la había padecido anteriormente, a lo que le respondió que desde hacía ocho años dicho maestro, “la abrazaba y la cubría con una chamarra para abusar de ella o lo hacía por debajo de la mesa”.
Ante la confesión de la menor, la madre habló del tema con otros padres y fue como se logró descubrir que otras dos menores más habían padecido la misma situación. Lo que llevó al enfrentamiento de padres de familia con la directora de la escuela, Martha Aurora García.
En aquella ocasión (2014), García no se notó sorprendida ante los hechos que las madres le narraron y al mismo tiempo por los cuales le reclamaron, desde aquel momento y hasta la fecha, ella minimizó la situación y jamás aceptó que su esposo haya cometido algún tipo de acto ilícito en contra de las niñas.
Los tres casos fueron denunciados en octubre del 2014, dando como resultado el surgimiento de la averiguación previa FDF/F-6/T1/764/14-10 por el delito de abuso sexual. Sin embargo a partir de finales de 2015 las madres comenzaron nuevamente a denunciar los hechos, pero con el agregado que “el proceso ha sido muy tardado y lento”, a decir por la madre de una de las víctimas.
Se ha denunciado que no han recibido el apoyo y la información clara y precisa para poder hablar del tema y de las posibles vías de sanción, puesto que Carlos Erdmann Carrillo hasta el momento sigue prófugo de la justicia, y es que aun cuando el Colegio Montessori cerró para ellas esto no ha sido suficiente, principalmente por las secuelas psicológicas que hoy aún tienen sus hijas, a lo cual se suma el desinterés de las autoridades para actuar.
Sobre el tema de abuso sexual en centros escolares, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer que existe un repunte de denuncias recibidas por abuso sexual en escuelas, especialmente contra niñas, durante los últimos  tres años.
“El abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes en planteles educativos no es exclusivo de un nivel escolar y se presenta lo mismo en escuelas públicas que privadas, mediante distintas modalidades que abarcan, entre otras, violación, tocamientos, lenguaje impropio e insinuaciones”, destacó la CNDH.
Las cifras aportadas por el órgano demuestran el incremento, pues  hubo cuatro quejas en 2006; 10 en 2007;  4 en 2008; 17 en 2009; 14 en 2010; 24 en 2011; 12 en 2012; 51 en 2013, y 87 entre 2014 y 2015, por lo que se emitieron 16 recomendaciones específicas en ese mismo periodo y la Recomendación General 21, sobre la prevención, atención y sanción de casos de violencia sexual en contra de las niñas y los niños en centros educativos, la cual fue dirigida a la Secretaría de Educación Pública y a los gobiernos de las entidades federativas del país.
“La violencia como expresión de relación social está creciendo en nuestro país, como un acto de poder, la cual tiene muchas expresiones, algunas son la física, la armada y la sexual. En todas estas lo que se deja en evidencia es un ejercicio de imposición de alguien que establece una visión del mundo a otros.
El caso concreto de la violencia sexual tenemos, lamentablemente, también un incremento en nuestro país, los infantes no están ajenos a este tipo de violencia, principalmente las niñas; mucho de lo que está sucediendo en este momento es producto de la cosificación y la hiper-sexualización de ellas, ya sea por medio de concursos de belleza o la manera en que son vestidas a su corta edad, sin dejar pasar que son quienes prestan mayor atención a telenovelas, que influyen en su pensamiento, una realidad ya demostrada por investigaciones, que dan cuenta de esta realidad, pero esto no ha sido motivo para que se tomen acciones para frenar esta situación”, afirma a Revolución TRESPUNTOCERO el licenciado Juan Martín Pérez García, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
A su vez explica que estos casos de acoso entre pares, agresiones físicas o violencia sexual, es necesario saber que se da en el ámbito de la comunidad escolar no solamente en el establecimiento educativo (escuela), sino la comunidad que integran los profesores, las autoridades, sus familias y la comunidad que rodea el centro educativo (vecinos). De tal manera que cuando existen contextos comunitarios de violencia, al interior de la escuela se reproduce ese comportamiento, pero también fuera de esta.
Y asegura que los grandes detonantes de la agresión sexual, suceden por parte de profesores, “lo cual no es nuevo solamente que se ha denunciado aún más en estos últimos años por eso es que pareciera que ahora existe mayor incremento”; y entre pares, “se habla de un mayor registro porque ahora tenemos mayor claridad en la conceptualización, si preguntamos a adultos de 30 o 40 años muchas de las agresiones sexuales que ahora se denuncian, ya antes existían, pero no había mecanismos de denuncia”, afirma Pérez García.
Por su parte la pedagoga Rosa Robles, afirma a este medio que “cada día un mayor número de padres denuncian abuso sexual en escuelas, esto no significa que obtengan justicia, ni siquiera por el hecho que la CNDH aporte cifras alarmantes o emita recomendaciones, esta es una problemática tan grave como el desinterés que las autoridades, en un primer momento educativas, han decidido no voltear a ver y cuando es inevitable y quedan al descubierto, la no información, el retraso de los procesos y la negligencia de las autoridades provocan que nunca exista justicia, estamos en padeciendo un Estado cínico que acepta pero no previene y mucho menos detiene”.
Pérez García explica que “cada caso de violencia sexual es distinto y cuando sucede en el ámbito escolar la responsabilidad central además de ser del agresor o perpetrador, también es de la dependencia educativa y de las autoridades que la conforman, porque ellos deben ser quienes brinden la protección cuando están dentro de sus centros educativos, es importante que nos quede claro, porque de pasar un acto de violencia sexual, es la propia institución quien debería facilitar todo para que las autoridades ministeriales investiguen y sancionen al culpable, ya sea adulto o menor de edad.
Y es que, afirma, si la violencia en general provoca daños, la violencia sexual es de gran impacto psicológico porque cruza con la propia intimidad de la persona, con el estigma social que se relaciona generalmente con las víctimas, por lo que es necesario como prioridad en paralelo, entretejido con el proceso de denuncia y de búsqueda de justicia, el acompañamiento psicológico para que puedan retomar su vida, principalmente los más pequeños.
Por lo que, “el Estado mexicano está obligado desarrollar políticas públicas de cultura de paz, esto ha sido recomendado por el Comité de los Derechos del niño de las Naciones Unidas, de hace cinco años; en marzo de 2011 se recomendó que lo promoviera de manera urgente, además de la resolución de violencia, conflictos a nivel Nacional, que se tuviera una estrategia en toda la República en contra de la violencia a niños y niñas y se contara con sistemas de información eficaz que permitiera conocer el crecimiento, detención o decrecimiento de la problemática.
Nada de esto se ha hecho, lamentablemente, y le corresponde particularmente a la Secretaría Educación Pública  (SEP), tener acciones concretas para primero no permitir que dentro de sus instalaciones ocurran estos hechos, cuando sucedan ser los primeros interesados en que siempre se sancionen a los inculpados, dando todas las facilidades y desarrollando acciones educativas dentro de su curricula, además de las normativas y protocolos internos para prevenir estos hechos”.
El Presidente de Redim, afirma que la violencia sexual cuando sucede en ámbitos de protección como la escuela, genera en los niños la desesperanza, mientras que se impide que se confíen en la autoridad, por lo que, asegura, se lleva a un escenario donde pareciera ser que impera el ‘ojo por ojo’.
“Si la autoridad no asume la responsabilidad de garantizar la seguridad e integridad de los menores, si esta no cumple evitando la impunidad y tampoco sanciona a los responsables de los hechos, el mensaje que se está enviando no solamente es que se puede y se debe repetir, sino que no pasa nada, no existe sanción y por lo tanto libertad de repetición.
Las víctimas vuelven a ser revictimizadas ante la imposibilidad de acceder a la justicia, por eso las autoridades educativas deben ser las primeras interesadas en que dentro de sus instalaciones no sucedan estos hechos, de tener mayor intereses se van a ir reduciendo paulatinamente, porque de pasar debe haber castigos concretos, detenidos, sanciones, porque lamentablemente ahora mismo no sucede lo que permite la impunidad y las mismas acciones en forma constante”.
Robles enfatiza que “las dimensiones reales de esta problemática son difíciles de cuantificar, porque aunque las denuncias aumentan, siguen habiendo familias que se han quedado calladas a veces por miedo, pero en estos casos principalmente por vergüenza y la negativa de no ser sometidas al escrutinio público. Lo peligroso es que a diario la niñez mexicana está padeciendo violencia sexual y se están quedando callados, porque posiblemente los amenazaron si decía algo.
El fenómeno de la violencia sexual solamente son hallazgos descubiertos, que no significa que no estuvieran ahí, solamente que ahora con internet se puede hacer aún mayor presión y sobre todo romper barreras, sobre las cuales, hasta este momento descansan las autoridades que deberían estar dando justicia a los menores y sus familias”.

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