lunes, 14 de marzo de 2016

Se cumplen 30 años del referéndum sobre la OTAN. España, peón del Imperio (parte 2 de 2).


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Se cumplen 30 años del referéndum sobre la OTAN. España, peón del Imperio (parte 2 de 2).







Si en 1981, Felipe González afirmaba que la OTAN era un aparato militar al servicio de EE.UU., expresando su deseo de que España saliese de la misma, en poco tiempo mostró un giro radical de postura. En la primera parte planteaba la posible influencia ejercida por el SPD alemán y la Internacional Socialista. Y también destacaba que ya en las elecciones del 82, el mensaje del PSOE "OTAN, de entrada No", no dejaba de ser ambiguo, porque no era un "no" claro a la OTAN, sino una oposición a que la integración se realizase sin referéndum previo. También vimos, en la primera parte, cómo el PSOE fue reforzando el giro atlantista hasta neutralizar la oposición interna en el partido. Los pocos reticentes que quedaron, se vieron amenazados con su expulsión; José María Benegas fue el encargado de tomar nota de todos aquellos militantes que públicamente se declarasen contrarios a la OTAN, para su expulsión fulminante del partido (1).
Un escollo para el PSOE: la opinión pública era contraria a la OTAN.

Evidentemente el PSOE se encontró con la patata caliente de tener que alterar en poco tiempo el estado de la opinión pública, mayoritariamente anti-OTAN. A pesar del famoso Decálogo que mencionamos en la primera parte, y a pesar de que éste se integró como resolución en el XXX Congreso del PSOE, los españoles contrarios a lo no integración en la OTAN seguían siendo mayoría, incluso entre muchos votantes socialistas.

La encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas, anteriormente IOP o Instituto de la Opinión Pública) en octubre de 1978, mostraba que el porcentaje de partidarios de la OTAN estaba en torno al 15%, aumentando a partir de ahí: 26% en julio de 1979, 30% en julio de 1981 y 43% en septiembre del mismo año 1981 (2), un dato este último que posiblemente estuviese muy cocinado, ya que resulta poco creíble un crecimiento tan sustancial en apenas tiempo.  

García Montero escribía en El País el 3-2-2007, que a finales de 1985, a tres meses del referéndum, únicamente el 19% de los españoles estaba a favor de que España permaneciese en la OTANNo he conseguido encontrar la fuente en la que se basaba García Montero, pero posiblemente no era un porcentaje tan bajo como el escritor decía, ya que contradice los datos que conocemos.

En cualquier caso, es evidente que la oposición a la OTAN era mayoritaria. Pero el resultado final de la consulta arrojó un 52% de votos favorables. ¿Cómo fue posible semejante metamorfosis en la opinión pública en tan poco tiempo? Para entender este hecho debemos centrarnos en dos dimensiones:
  • A) La campaña de propaganda desplegada.
  • B) El diseño exitoso del referéndum desde la ingeniería sociológica.
A su vez, esta campaña propagandística hay que verla desde diferentes ángulos:
  • El papel de los medios
  • El argumentario utilizado que tomó forma de chantaje social
  • EL refuerzo aportado por el apoyo de personas destacadas, en favor del sí.
Pese a todo, la incertidumbre se mantuvo hasta el último momento. Con el referéndum a la vista, en febrero de 1986, la encuesta del CIS revelaba que el 32% estaba a favor de la permanencia, el 32% en contra y un 36% no contestaba (2)El último sondeo de El País, a una semana del referéndum, pronosticaba el triunfo del NO con un resultado entre el 52% y el 56%, frente a un 40%-46% a favor del SÍ. La abstención final (40,58%) fue muy superior a la pronosticada en este último sondeo realizado por El País, que la situaba entre el 30% y el 35%, siendo posible que ahí estuviese la clave del triunfo del SÍ.
El referéndum y el chantaje social. 

Sobre el papel de los medios, hemos de tener en cuenta que tuvo lugar una de las más intensas y extensas campañas mediáticas conocidas. Especialmente la TV y la Radio públicas se volcaron en favor del SÍ, adoptando una posición parcial (3).  Pero nos interesa sobre todo prestar atención al tipo de mensajes y argumentos que fueron publicitados, algunos de los cuales fueron un verdadero chantaje social.

El punto de partida fue el reconocimiento público, por parte de Felipe González, del "error" de haberse opuesto a la OTAN, algo que nunca se había visto en un gobernante. Había que rendir cuentas de porqué se incurría en el donde dije digo, digo Diego. Y el PSOE lo hizo de la forma más sencilla y contundente posible: admitiendo públicamente su error y asumiendo el papel de Pablo de Tarso cayendo del caballo. En la entrevista de Juan Luis Cebrián a Felipe González en El País, el 17 de noviembre de 1985, González declaraba:
"Me tomé dos años, 1983 y 1984, y después de dos años de conocer la Alianza, de estudiar los problemas por dentro, propuse una política de defensa, el llamado decálogo. Creo que los intereses de España se defienden mejor permaneciendo en la Alianza. Nuestra anterior valoracíón sobre la Alianza y sobre su funcionamiento no era correcta."
En esta extensa entrevista que el director de El País realizó en aquel momento a Felipe González, aparece ya el argumentario principal que el PSOE y los medios desplegarán en la campaña de propaganda. Decía González en un párrafo en el que pone de manifiesto su arte como encantador de serpientes: 
"(...) En la Alianza Atlántica, de verdad, están los países que tienen mayor ejercicio de la soberanía popular del mundo, mayor nivel de desarrollo económico, de democracia, de libertades y de respeto a los derechos humanos, y mayor nivel de paz. (...) Tiene importancia desde el punto de vista de la estabilidad interna y desde el punto de vista de nuestra relación con Europa. No hay ningún país europeo de los que pertenecen a la Alianza Atlántica que pudiera comprender que una España integrada en el destino de Europa fuera una España no integrada también en materia de seguridad. Para ellos es exactamente igual que su destino en materia de libertades."
Fijémonos en la semántica de estas palabras:
  • "Alianza Atlántica". El término OTAN pasó a ser tabú y en su lugar insistentemente se hablaba de "Alianza Atlántica", que tenía una connotación menos negativa. Luego hablaremos de esto.
  • Asociación semántica. OTAN = "soberanía popular", "desarrollo económico", "democracia", "libertad", "derechos humanos", "paz". Felipe González fue sin duda el mayor demagogo del último cuarto del siglo XX, capaz de verbalizar lo negativo en positivo, de presentar a la opinión pública un plato de heces como si fuese un exquisito y nutritivo manjar. Manejó el arte de la manipulación y de la demagogia como ningún otro. ¿Quién podría estar en contra de la soberanía popular, la libertad, la democracia, el desarrollo económico, etc.? Pues la OTAN significaba todo eso, fue el mensaje que se vendió con éxito suficientepara ganar el referéndum.
  • "Estabilidad interna". Implícitamente era una alusión a que las Fuerzas Armadas aceptarían definitivamente el cambio político. En la primera parte ya vimos como este argumento era utilizado también ampliamente por Narcís Serra, Ministro de Defensa, y que no deja de tener un valor de chantaje político.
  • "Relación con Europa". Es el mensaje contundente que hizo de columna vertebral de la estrategia a favor del sí: no habrá Europa sin estar en la OTAN. En un período de nuestra Historia, en el que la mayoría de la sociedad esperaba la integración en el "paraíso" europeo como una meta irrenunciable, vincular tal integración a la OTAN resultó un argumento poderoso por su eficacia social. Fue el gran chantaje del PSOE en aquel momento: 'si queremos Europa, hay que estar en la OTAN'.

En esta entrevista de Cebrián, le pregunta éste a González: "¿Cuáles son los riesgos para España si abandona la Alianza?". Responde González:
"España se descuelga de un capítulo que para ellos [los países europeos] es fundamental. Esto se demostrará en la reunión de diciembre de los países de la Comunidad cuando traten de definir una políticá exterior común. Para ellos, la política exterior es tambien política de seguridad."
Es decir, nuevamente se incide en la vinculación Europa-OTAN. La integración en la CEE se utilizó como chantaje, como moneda de cambio, para defender la integración en la OTAN.

El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, hizo unas declaraciones dos días antes del referéndum durante una visita a Vitoria, recogidas por El País y los demás medios. En ellas de forma tajante insistía en este condicionante Europa-OTAN:
"el Mercado Común europeo se habrá acabado para nosotros si gana el no en el referéndum". 
El PSOE echaba toda la carne sobre el asador...

El PSOE no solo machacó con las "bondades" que suponía la integración en la OTAN (mensaje en positivo), sino que supo crear un sentimiento de miedo ante la posibilidad de que España abandonase la OTAN (mensaje en negativo), dibujando un lúgubre futuro que nos esperaba si dejábamos la organización militar: quedaríamos completamente aislados del mundo "desarrollado" (léase Europa occidental), nos quedaríamos descolgados del avance tecnológico y nos veríamos envueltos en un retraso que afectaría gravemente a nuestras vidas...


Adivina dónde está la bolita: el referéndum, ¿vinculante o no vinculante? 

¿Qué hubiera pasado de haber triunfado el NO? Es difícil de saber, pero es más que seguro que España no hubiera abandonado la OTAN y que para ello se hubiese apelado a cualquier argumento falaz, como por ejemplo el que de manera preventiva había señalado ya Felipe González antes del referéndum en relación con la tasa de participación. En la OTAN se entra, pero no se sale. El PSOE desde luego jugó una vez más a trilero político.

El referéndum era no vinculante y no podía ser de otra forma al ser una consulta sobre política internacional. Esto de por sí era ya un colchón de seguridad para el atlantismo.

Por otro lado, el famoso tándem González-Guerra jugaba a decir blanco y negro según la ocasión. Mientras Alfonso Guerra insistía en que el resultado sería vinculante para el Gobierno (El País, 5 de junio de 1985), Felipe González se refugiaba en el "depende". ¿Depende de qué? ¿Qué haría que el Gobierno aceptase o no el resultado, para Felipe González? Muy sencillo: el nivel de participación. Un año antes, González había manifestado:
"si no se llega a un tope de participación que se considere conveniente y vence el no, el Gobierno, al no sentirse vinculado, seguirá en la OTAN" (El País, 14 de mayo de 1985, citado por Jesús Prieto en su artículo). 
Para dotar de pleno valor a esta declaración hay que tener en cuenta que aunque las encuestas auguraban el triunfo del NO, todas ellas aseguraban una altísima tasa de abstención (como realmente sucedió al final), lo que hacía que el gobierno del PSOE tuviese ese comodín en la manga.

Por todo ello, soy de los que piensan que el "NO" no nos habría sacado de la OTAN.


La falacia de la no integración en la estructura militar de la OTAN

La OTAN es una organización militar, con lo cual de entrada estar dentro y decir que se está fuera de la "estructura militar", no deja de ser un tecnicismo para engañar a la opinión pública. De hecho un país puede tomar parte en acciones militares de la OTAN y no formar parte de la llamada "estructura militar", como de hecho pasó con España tal como luego veremos.

Sin embargo, fue una de las claves del triunfo del gobierno de González en el referéndum, una jugada dialéctica propia de un trilero político. Con la falacia de la no integración en la "estructura militar", parecía como si no fuésemos a formar parte de una organización militar. Y el caso es que le dio resultado.

¿A qué se refiere la estructura militar? Se refiere al Consejo del Atlántico Norte que asesora a la OTAN en materia militar, del cual depende la dirección militar de la OTAN, que es el Comité Militar. Dicho Consejo está presidido por el Secretario General de la OTAN. Además de la "estructura militar", está la estructura política o "civil" como se la denomina a veces, en torno también a la Secretaría General de la OTAN, en tanto que es el más alto representante de la dirección política de la OTAN. No estar en el Consejo del Atlántico Norte no es impedimento para participar en los muchos comités existentes dentro de la OTAN.

La diferencia entre "estructura militar" y"civil" dentro de la OTAN, fue un tecnicismo creado cuando Francia en 1966 se desvinculó de la estructura de mandos integrados de la OTAN, que fue algo muy distinto a salir de la OTAN. En vísperas del referéndum, Andrés Ortega lo explicaba en un artículo interesante, titulado "No hay distinción entre estructura civil y estructura militar" (El País, 17-2-86):
"La propuesta del Gobierno que se votará el próximo 12 de marzo afirma que "la participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada". Sin embargo, el Tratado de Washington, que dio lugar a la OTAN, no hace ningún distingo entre estructura civil y estructura militar, aunque sí se puede encontrar en la OTAN una cadena de mandos que se asemejase a lo que el Gobierno llama "estructura militar integrada". Fue la decisión de Francia de separarse militarmente de la Alianza, en 1966, la que introdujo estos distingos. Desde entonces, en los manuales de la OTAN se hace la distinción entre estructura civil y estructura militar, si bien se incluye en ésta el Comité Militar, en el que -todo lo hace suponer- el Gobierno piensa que debe permanecer España. Pero, ante todo, la Alianza Atlántica es una alianza militar, en la que Francia no ha dejado nunca de colaborar estrechamente, a pesar de su teórica retirada."
La falacia que suponía la no integración en la estructura militar que el PSOE defendió, enseguida quedó a la luz, cuando España envió por primera vez tropas para sumarse a la intervención de la OTAN en la ex-Yugoslavia, en 1992 y 1995. Aviones españoles F-18 participaron en la guerra, en Bosnia. Y, por si hubiese alguna duda del engaño del PSOE, en diciembre de 1995 Javier Solana era nombrado Secretario General de la OTAN, cargo que preside el máximo órgano de la estructura militar de la organización, el Consejo del Atlántico Norte.

Demagogia, engaño y sinvergüencería política el hecho de haber utilizado el argumento en el referéndum, por parte del PSOE. Una falsedad que contribuyó al triunfo del SÍ.

El gobierno de Aznar puso fin a esta farsa creada por el PSOE, pidiendo la adhesión formal, en enero de 1999, a la Estructura Militar de Mandos. Fue un formalismo anecdótico respaldado, además, por el propio PSOE en la votación parlamentario que tuvo lugar.


La pregunta y la ingeniería sociológica.



La organización del referéndum sobre la OTAN es a día de hoy un clásico en la literatura de la ciencia Política y de la Sociología. El papel de algunos politólogos y sociólogos vinculados a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, resultó clave. El diseño de la consulta tuvo mucho de "ingeniería sociológica"La eficacia de los términos utilizados para la pregunta, por ejemplo, fue producto del ensayo de las variantes posibles, mediante técnicas de investigación social. Al respecto, años más tarde tuve la ocasión de escuchar a Alfonso Ortí comentar esta cuestión, en un contexto personal. También Jesús Ibáñez se ha referido a ello en un texto clásico que todos los estudiantes de Sociología leen en 1º de carrera ("Perspectivas de la investigación social: el diseño en la perspectiva estructural": ver ref. al final).

Para empezar, el propio término a utilizar fue una cuestión cuidadosamente medida. Decía Ibáñez:
"Pero, sea cualquiera el tipo de propuesta, cada palabra empleada resulta problemática. Si aludimos al tratado: no es lo mismo llamarle NATO, OTAN, Alianza Atlántica (NATO despierta más reticencias que OTAN y OTAN despierta más reticencias que Alianza Atlántica —por eso el Gobierno sólo emplea la última denominación—)."
Es más que seguro que, de haber empleado el término "OTAN" en lugar del término "Alianza Atlántica", el Gobierno hubiese perdido el referéndum. Esto previamente se ensayó con grupos de discusión y sondeos.

En segundo lugar, los tres términos establecidos antes de la pregunta, creaban una predisposición favorable, por mucho que el primero fuese una falacia, el segundo fuese papel mojado y el tercero susceptible de ser muy matizado. Era como si se le estuviese diciendo a una mente sencilla: votar SÍ es votar en contra de la estructura militar de la OTAN (sugiera un voto "antimilitarista"), además nos vamos a librar de armas nucleares en España y además nos vamos a librar de las tropas americanas en nuestro país. Esas tres condiciones que figuraban en la papeleta, obraron un acto de prestidigitación y manipulación, favoreciendo el SÍ.

Escribía José Aumente, días antes del referéndum:
"[la pregunta] ha sido elaborada "científicamente" por los expertos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para, "psicológicamente", inducir al sí del pueblo. Se incluyen tres condiciones que son inverificables y, en el mejor de los casos, absolutamente hipotéticas. Y con algo tan infantil como cambiar OTAN por Alianza Atlántica, lo que recuerda las sustituciones de "obrero" por "productor", como antes se hacía, o de "paro" por "desempleo", como ahora se hace."

Apoyos: movilización en favor del SÍ.

La maquinaria del PSOE es esforzó en movilizar a personas relevantes y públicas de la vida social. Así, por ejemplo, intelectuales y aristas firmaban un manifiesto a favor del SÍ ("Medio centenar de intelectuales y artistas pide en un manifiesto el 'sí' a la Alianza
"
, El País, 18-2-1986), entre los que estaban: Julio Caro Baroja (académico), Eduardo Chillida (escultor), Juan Benet (escritor), Antonio López García (pintor), Carlos Bousoño (académico y poeta), Rafael Sánchez Ferlosio (escritor), Jaime Gil, de Biedma (escritor), Jorge Semprún (escritor), Amancio Prada (músico), Oriol Bohígas (arquitecto), Juan Cueto (escritor), Federico Correa (arquitecto), Víctor Pérez Díaz (catedrático de sociología), Juan Marsé (escritor), Carlos Moya (catedrático de sociología), Luis Goytisolo (escritor), José María Guelbenzu (escritor), José Miguel Ullán (escritor), Assumpta Serna (actriz), Álvaro Pombo (escritor), José Antonio Fernández Ordóñez (ingeniero), Eduardo Úrculo (pintor), José Sámano (productor de cine), Luis Antonio de Villena (escritor), Jaime de Armiñán (director de cine), Adolfo Domínguez (modista), Beatriz de Moura (editora), Sancho Gracia (actor), Blanca Andreu (escritora), Santiago Roldán (catedrático de estructura económica), Marta Cardenas (pintora), Santos Juliá (profesor de historia), Emilio Martínez Lázaro (director de cine), Eduardo Chamorro (escritor), Luis de Pablo (músico), Augusto Martínez Torres (crítico de cine), Francisco Calvo Serraller (profesor de arte), Ricardo Muñoz Suay (escritor), Marta Moriarty (galerista), Ignacio Cardenal (editor), Álvaro Delgado Gal (escritor), Antonio López Lamadrid (editor), Carlos Luis Álvarez (periodista), Pedro Romero de Solís (profesor de universidad), Ignacio Gómez de Liaño (escritor), Javier Pradera (editor), Michi Panero (escritor), Antoni Marí (escritor) y Tomás Llorens (crítico de arte).

El argumento del manifiesto no podía resultar más torticero, ya que venía a decir que votar NO era un voto de castigo al gobierno del PSOE, pasando por alto la cuestión de lo que se estaba votando e identificando el NO con los sectores reaccionarios de la sociedad; insistiendo además que la salida de la OTAN perpetuaría la presencia militar de EE.UU. en España:
"(...) el voto negativo ha sido usurpado ahora por sectores reaccionarios (...). Entre otras cosas, tal desfiguración del referéndum modifica el sentido unívoco del no, defendido hasta el presente de manera exclusiva por los movimientos pacifistas y grupos de izquierda y usurpado ahora por sectores reaccionarios".
Dos años después, en octubre de 1988, el escritor Rafael Sánchez Ferlosio reconocía en Valencia que "perdió el honor e hizo el imbécil para nada", refiriéndose a su apoyo al Gobierno del PSOE en el referéndum sobre la OTAN (El País, 22-10-1988). Sin duda, todos ellos perdieron la dignidad e hicieron el imbécil.

Criticaba José Aumente el manifiesto a favor del SÍ, el 7 de marzo de 1986:
"En el escrito firmado por algunos artistas e intelectuales solicitando el sí en el próximo referéndum, rechazan el no en cuanto puede significar un "voto de castigo" a los dirigentes socialistas, "a despecho de las evidentes contradicciones y culpables errores" de los mismos. Su argumento principal es que no quieren hacerle el juego a la derecha. En definitiva, se trata de la consabida actitud sectaria de cerrar filas -tapándose la nariz o tomando bicarbonato- antes de reconocer una realidad que es incuestionable. Y no se refieren para nada al tema central del referéndum, es decir, a las razones para una integración o no en la OTAN."
El retorcido argumento de los artistas e intelectuales que firmaron el manifiesto, fue utilizado machaconamente por el PSOE. Si votas NO estás votando en contra del gobierno del PSOE y haciendo el juego a los sectores reaccionarios, fue el mensaje que se repitió hasta la saciedad. De manera que al final, en cierto sentido, se produjo un deslizamiento semántico: ya no era cuestión de votar SÍ o NO a la OTAN, sino de votar SÍ o NO al PSOE aunque no se tratase de unas elecciones. El gobierno de González consiguió plantear el referéndum como un asunto de continuidad o no del PSOE, o de regresar a un gobierno de derechas. Hechos como éste son los que han convertido al PSOE en un mago de la manipulación y tergiversación políticas. Imaginaros al votante socialista convencido que, estando en contra de la OTAN, le dicen: si votas NO estás contribuyendo a que el PSOE pierda el gobierno y que vuelva la derecha reconvertida del franquismo... Fue todo un ejercicio de chantaje y vino a sentar escuela, ya que cosas parecidas han caracterizado el modus operandi del PSOE en estos 30 años. Además del manifiesto, conocidos intelectuales y académicos se volcaron en escribir artículos de opinión a favor del SÍ, normalmente colocando el acento en que lo que estaba en juego era algo más que estar o no dentro de la OTAN. Como ejemplo, anteriormente en este blog, hemos reproducido el artículo que Cotarelo escribió en El País la víspera del referéndum.


También contribuyeron a la campaña algunos personajes muy populares. Fue el caso de José María García, el popular periodista deportivo que era líder de audiencia en aquella época (entre los varones, ¿quién no escuchaba a José María García por las noches?). El 6 de marzo, a una semana de las elecciones, curiosamente José María García era entrevistado en un programa de máxima audiencia en TVE, el programa "Jueves a jueves", dirigido por la popular Mercedes Milá. La entrevista fue aprovechada por García para pedir el SÍ en el referéndum (El País, 7-3-86). 



El argumentario demagógico, la inversión semántica malintencionada y llena de manipulación, la falacia convertida en norma... fue lo más habitual en la movilización por el SÍ. Reproduzco un párrafo de Fernando Soto, como botón de muestra, que sin duda es para enmarcar como representación del cinismo elevado a una categoría suprema (publicado en El País, 7-3-1986):
"Los que estamos en España, en la España real y concreta, con sus gozos y sus carencias, a favor de la libertad, de la democracia y por el socialismo, tenemos la obligación de darle muchas vueltas al coco; tenemos el compromiso de despojamos de cuanto falso ideologismo fuimos acumulando como ganga ineludible a lo largo del combate contra la opresión y la injusticia. La cuestión principal radica, a mi entender, en cómo poner a España, y con ello a sus ciudadanos y sus pueblos, en las mejores condiciones posibles tanto para progresar en bienestar y justicia como para jugar un papel positivo en el concierto internacional a favor de la paz, de la distensión y contra todo tipo de imperialismo o hegemonía.(...) Soy de los que se han convencido, aquí y ahora, de que lo mejor para la ciudadanía española, de que el menor costo para el progreso, el bienestar y la paz pasa por la permanencia de España en la Alianza Atlántica"
¿Se puede ser más cínico? Bueno... el PSOE ha sido exactamente eso desde la Transición.

Como anécdota final de este epígrafe, mencionar que Felipe González, días antes del referéndum, pidió a Adolfo Suárez que se manifestase públicamente en favor del SÍ. El CDS de Suárez apoyaba el SÍ, pero su líder mantuvo un intencionado perfil bajo de protagonismo y González quería que se implicase activa y públicamente. Suárez se negó y a los pocos días "recibí una llamada de la Inspección de Hacienda", declaró Suárez ("Suárez afirma que González le pidió apoyo para la permanencia de España en la OTAN", El País, 17-5-1986).


Postura de los partidos

El PSOE, el CDS (Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez, fundado tras la descomposición de la UCD), PNV y CiU pidieron el voto a favor del SÍ. El PCE lideró el voto en contra y las movilizaciones contra la OTAN. Paradójicamente Alianza Popular (el actual PP) pidió la abstención ya que consideraba que el referéndum era innecesario y no debía celebrarse; en realidad lo que AP buscó fue un voto de castigo al PSOE, sabiendo que con independencia del resultado España no saldría de la OTAN. La integración de España en la OTAN para la AP de Fraga era algo incuestionable que no debía ser objeto de consulta popular, siendo además partidaria de la integración en la Estructura Militar de Mandos.

En relación con los nacionalistas de la derecha vasca y catalana, jugaron a nadar y guardar la ropa. Favorables por tradición al atlantismo, aunque pidieron el SÍ jugaron cierta ambigüedad, dando libertad de voto a sus electores. Sin embargo todavía estaba en mente de todos que CiU le había hecho el favor al PSOE de presentar en el Congreso, en diciembre de 1985, una moción a favor de la permanencia en la OTAN. En cuanto a los vascos del PNV, el lendakari José Antonio Ardanza, pidió el SÍ "porque es lo mejor para los vascos y para el país"(4). No obstante dentro del PNV hubo discordancia: mientras Xabier Arzalluz defendía el SÍ, Carlos Garaikoetxea pedía el NO. 

Después del referéndum

Una de las consecuencias de aquel referéndum fue el debate en la izquierda sobre la necesidad de rentabilizar el NO y cómo hacerlo. De hecho Izquierda Unida surge poco después del referéndum, con una clara intención de rentabilizar la oposición a la OTAN. Pero los puntos de vista fueron también divergentes: mientras que muchos líderes por ejemplo del PCA (Partido Comunista de Andalucía), incluyendo nombres como los de Julio Anguita y Felipe Alcaraz, veían en cada voto negativo del referéndum un voto de la izquierda, Santiago Carrillo desde una posición más realista hacía hincapié en la diversidad ideológica del NO (ver "Carrillo asegura que la mayoría de los'noes' en el referéndum era de derechas", El País, 15-6-1986). Es un tema que daría para tratar en una entrada específica del blog.

El resultado supuso un reforzamiento del felipismo. En apenas tiempo, el PSOE había conseguido modificar el estado de la opinión pública sobre la OTAN, aunque se sirviese de artimañas, de la demagogia y del chantaje social. 

De las tres condiciones establecidas en el referéndum para permanecer en la OTAN, ya vimos que la primera era un tecnicismo tramposo. Pero en relación con la desnuclearización del territorio español, mismo en el año en que se celebró el referéndum, EE.UU. mantuvo almacenadas en la base de Rota 32 cargas nucleares (5). Apenas 8 días después del referéndum, España se integró como miembro pleno del Grupo de Planes Nucleares y, en el mes de mayo, el Gobierno suscribió por vez primera los Comunicados del Comité de Planes de Defensa y del Consejo Atlántico (6). Una prueba más del cinismo y falsedad que caracterizaron a los gobiernos del PSOE. 

La presencia de armamento nuclear en las bases utilizadas por EE.UU., a partir de ahí fue un secreto de estado del que la opinión pública jamás ha sabido. El mismo secretismo sobre todo lo concerniente a los aspectos más espinosos de la relación militar con EE.UU. y la OTAN, condujo ya ese mismo año, en octubre de 1986, a que todos los grupos parlamentarios del Congreso abandonasen como protesta la Comisión de Exteriores, ya que el PSOE se negaba a facilitar documentos oficiales sobre la participación española en la OTAN (7).

En 1992, España participaba por primera vez en una guerra en la que estaba involucrada la OTAN, en la ex-Yugoslavia, enviando aviones de combate. Fue el principio de la participación española en las acciones imperialistas de la OTAN.

La comunión del PSOE con la OTAN alcanzó una expresión simbólica muy significativa cuando en diciembre de 1985, Javier Solana, que había sido uno de los dirigentes anti-OTAN más viscerales, era nombrado Secretario General de la OTAN.


Y Felipe González acaba dándole la razón a Fraga

Fraga pidió la abstención en el referéndum por considerarlo innecesario, como antes dijimos. Es curioso contemplar cómo, con el paso de los años, Felipe González acabó dándole la razón. Veintidós años después del referéndum, declaraba que celebrar el referéndum fue un error porque:
"A los ciudadanos no se les debe consultar si quieren o no estar en un pacto militar, eso se debe llevar en los programas y se decide en las elecciones".
(Pueden escucharse sus declaraciones realizadas por entonces en TVE, en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=22IxFKch4qQ)
El escándalo Filesa y la OTAN


Una de las secuelas que tuvo el referéndum para el PSOE es muy poco conocida, y tuvo que ver con el posterior escándalo de Filesa. El escándalo Filesa, relacionado con la financiación ilegal del PSOE, fue el primero que sacudió a este partido, al menos el primer escándalo de gran magnitud. En el artículo "Filesa fue creada a requerimiento de un banquero para cubrir las donaciones al PSOE", publicado por Carles Pastor en El País el 14-12-1992, escribía éste:

"La creación de Filesa está ligada directamente al referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, celebrado en marzo de 1986, según la historia de esa empresa que ha podido reconstruir este diario de fuentes conocedoras del caso. La campaña a favor del sí efectuada en solitario por el PSOE frente a la oposición de derechas y de izquierdas dejó exhaustas las arcas del partido socialista, que se gastó entre 700 y 900 millones de pesetas. El partido pidió ayuda económica a empresarios y banqueros para enjugar este déficit. Uno de los banqueros a quien se pidió dinero propuso que se creara una empresa que cubriera las donaciones mediante un tráfico mercantil."
Puedes leer el resto del artículo en la hemeroteca de El País pulsando aquí.

A modo de epílogo. Parecidos razonables: PSOE vs Podemos.

El referéndum de la OTAN fue uno de los grandes timos vividos en estos 30 años. Vino a definir el cinismo que caracterizó siempre el modus operandi del PSOE. Cerró definitivamente la posibilidad de salir de la OTAN y consagró a España como un vasallo al servicio del imperialismo euro-estadounidense. 

La vieja socialdemocracia encarnada por el PSOE está ahora debilitada (no tanto como muchos creen). En su lugar ha surgido otra rejuvenecida, representada por el partido Podemos. Y tal como antaño hicieron los jóvenes líderes de la chaqueta de pana reconvirtiéndose al atlantismo, también ahora el podemismo se ha apresurado a aceptar la OTAN. Para ello ha incorporado como peso pesado al general retirado Julio Rodríguez, un hombre con vocación otanista de la confianza de Washington, ex-Jefe del estado Mayor de la Defensa y uno de los responsable del bombardeo de Libia. El experto en temas militares de Podemos declaró:
"La OTAN es necesaria y Podemos respetará los compromisos"
En este 30º aniversario del referéndum sobre la OTAN, bueno es que pensemos en los razonables parecidos entre aquel PSOE y el actual Podemos, ambos partido unidos por una compartida vocación de timadores políticos.




@VigneVT
Blog  del viejo topo

Notas (3) Sobre los medios privados, reproducimos el siguiente párrafo del artículo citado en la nota anterior:
"Acerca de la postura a tomar ante el referéndum se produjo una mayor diversidad, pero también algunas coincidencias sorprendentes. La Vanguardia, que había desaconsejado en un principio la celebración del referéndum y mostrado su disgusto por la convocatoria, dio un giro radical y solicitó encarecidamente el voto afirmativo. Por su parte, El País pasó de una actitud neutra ante este tema a adoptar una posición favorable al sí, afirmando que el voto negativo podría suscitar tensiones institucionales. El diario ABC y la revista Época defendieron la abstención, en tanto que los diarios El Periódico y Ya mantuvieron una postura ambigua o intermedia, aunque de distinta forma. Así Ya pareció inclinarse por el voto afirmativo, aunque hizo un llamamiento a la reflexión sobre el sentido del voto en base a las consecuencias del referéndum. El Periódico mostró una actitud más neutra, exponiendo las razones para el sí y para el no, sin pronunciarse salvo en el carácter vinculante del referéndum."
(4) Ibídem.
(5) Ibídem.
(6) Ibídem.
(7) Ibídem.

Referencias y fuentes.

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