domingo, 15 de noviembre de 2015

Siria: hacia una salida honorable para todos

sinpermiso.info

Siria: hacia una salida honorable para todos

 

Todo el mundo está de acuerdo en que Siria necesita un alto el fuego y una solución política. Demasiadas personas han sido desplazadas; demasiada destrucción del país. Siria está, en muchos sentidos, rota. La guerra no ha llevado a ninguna parte y ninguno de los actores puede reclamar de manera creíble la victoria, o tener la esperanza de una victoria final. Todo el mundo ha sido derrotado en Siria.
En 1965, Patrick Seale, un periodista irlandés, escribió en su La lucha por Siria, que el país se había convertido en "un espejo de los intereses rivales a escala internacional." Las potencias regionales han competido por este gran premio. El alzamiento de 2011 rápidamente se transformó en un campo de batalla de los intereses regionales: con Qatar, Turquía, Arabia Saudi y los EE.UU. alentando el fortalecimiento de sus propios peones, e Irán y Rusia apoyando al gobierno de Assad. La intervención militar de Rusia hace unas semanas fue planificada no tanto para atacar objetivos del Estado islámico como para presionar a los peones aliados a Qatar, Turquía, Arabia Saudi y al-Qaeda a lo largo del eje occidental de Siria. La cooperación con los EE.UU. para evitar cualquier accidente aéreo y la coordinación de los ataques  y bombardeos con Irak y Jordania sugieren aquiescencia con el proyecto ruso. Los aviones y las fuerzas de tierra rusos bloquean la posibilidad de un cambio de régimen, respaldado por Occidente, en Siria. Ha obligado, por lo tanto, a las potencias regionales a reconsiderar su objetivo de cambio de régimen. El viaje de Bashar al-Assad a Moscú a finales de octubre es la muestra de que el gobierno sirio ya no teme un colapso a corto plazo. Las instituciones del Estado y la coalición que las apoya confían en permanecer intactas.
Las reuniones de Viena de los poderes regionales con los EE.UU. y Rusia el 23 y el 30 de octubre han abierto una nueva página diplomática. En 2012, estos poderes regionales habían creado un Grupo de Contacto Siria, que se reunió en El Cairo. No se le permitió ninguna influencia práctica debido a la insistencia de Occidente en el cambio de régimen. Ahora – descartado el cambio de régimen - la diplomacia puede actuar. Aunque el comunicado de la reunión de Viena es anodino, los primeros acuerdos van mucho más lejos. Arabia Saudi fue la menos comprometida en este diálogo, pero no dejó la mesa. Los saudíes ya están sobrecargados en Yemen y no pueden proyectar una agenda más ambiciosa para sus aliados en Siria. Buscan una manera de tomar distancia de esta guerra. Turquía tampoco es capaz de honrar su promesa de eliminar a Assad. Hace diez días, un diplomático turco me dijo que su gobierno estaba ahora dispuesto a considerar un proceso político, porque los rusos han garantizado la salida de Assad en seis meses. Esta garantía es la base del proceso político. La reelección del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Turquía no sugiere un desaire a la oferta rusa. Los turcos tienen demasiado en juego para quedarse fuera de este proceso.
El papel de Assad
Assad ya no es el problema. Las capitales occidentales reconocen ahora que es personalmente débil. Lo que temen es el colapso de las instituciones estatales sirias. Presionar con más fuerza a Assad implica el riesgo de destruir estas instituciones. El proceso de acuerdo político tendrá que tener lugar con él, porque la insistencia en su cese ha alargado el proceso y amenazado las instituciones del Estado. La transición política tendrá que ocurrir con Assad en su puesto, pero con garantías de su salida en un plazo determinado de tiempo, pero secreto. Esta es la posiciónn de los rusos y los iraníes.
Reuters cita al vicecanciller de Irán Amir Abollahian: "Irán no insiste en mantener a Assad en el poder para siempre." Teherán negó inmediatamente esta declaración. Pero en privado los diplomáticos iraníes están de acuerdo en que están menos interesados en el señor Assad per se que en el mantenimiento de la influencia iraní en la región. La eliminación de Saddam Hussein en Irak en 2003, el adversario de Irán, por Estados Unidos permitió a Irán construir vínculos con Asia occidental. Occidente trató de empujar a Irán de vuelta a sus fronteras a través de la Ley de Responsabilidad Siria de 2005 de EE. UU., el bombardeo israelí de 2006 del Líbano (para atacar a Hezbolá) y el régimen de sanciones contra el programa nuclear de Irán. Nada de esto ha tenido éxito. Occidente ha tenido que levantar las sanciones y aceptar que Irán juegue un papel en la región. Eso es lo que los iraníes ven como su victoria. En seis meses, dicen, habrá algún tipo de reajuste político en Siria. Nadie - menos de todos los rusos y los iraníes - quieren definir los términos de la transición. Siguen diciendo que es tarea del pueblo sirio.
Elecciones en medio de caos
Cuando Assad regresó de Moscú, anunció elecciones anticipadas como una forma de indicar este calendario de seis meses. La segunda reunión de Viena se hizo eco de esta declaración. La idea de "elecciones" es, por supuesto, meramente simbólica. La mitad de la población de Siria está desplazada, un núcleo de población importante (Alepo) es un campo de batalla y el Estado Islámico controla otra ciudad (Raqqa). Las últimas elecciones en 2014 se llevaron a cabo en las zonas controladas por Damasco y entre los refugiados que estaban dispuestos a votar en las embajadas sirias en el extranjero. El secretario general de NN. UU. Ban Ki-moon, advirtió que las elecciones de 2014 "dañarían el proceso político." En aquel entonces, el proceso político ya estaba en suspenso. La gente que conocí en las calles que habían votado en las elecciones me dijeron que no votaron a favor de Assad, sino de la estabilidad. Querían acabar con la guerra cuanto antes. No se hizo. Sería difícil ver la convocatoria de elecciones como algo más que una indicación de la nueva correlación de fuerzas, con el Presidente señalando una apertura a la oposición.
Pero ¿que queda de la oposición? Este mes de abril, una de las figuras de la oposición - Louay Hussein, que encabeza Construir el Estado Sirio – huyó a España. En al-Hayat, Hussein había argumentado que a vastas áreas del país y a muchas comunidades "probablemente les resultaría difícil volver a formar parte de un Estado central, incluso sin Assad”. Fue una opinión profética. La oposición está tan fragmentada como el país. Profundas divisiones impiden que la "Oposición damasquina" (los que se quedaron en la capital) puedan llegar a cualquier forma de unidad con la oposición externa, en particular con el Consejo Nacional Sirio (CNS), que ha perdido influencia dentro de Siria.
En enero,  el nuevo líder de la oposición externa, Khaled Khoja, dijo al diario libanés An-Nahar que su coalición se había convertido en "marginal". En ese momento, el Sr. Khoja aseguró que no iba a participar en un diálogo apoyado por Moscú. El gobierno de Assad, afirmó, estaría solo en la mesa. Pero el señor Khoja no ha sido capaz de unir a la oposición ni de establecer vínculos reales con los militantes en el terreno. Había puesto sus esperanzas en romper la alianza entre Jabhat al-Nusra y al-Qaeda. Como esto no ha funcionado, tiene pocos resultados que mostrar. Otros acontecimientos han dejado al Sr. Khoja - y a sus patrocinadores turcos y árabes del Golfo - al margen.
El anterior jefe del CNS, Mu'az al-Khatib (ex imán de la mezquita de los Omeyas de Damasco), aunque recomiéndose en Damasco, es más probable que consiga agrupar algún tipo de plataforma de la oposición para un diálogo. Por su lado, al-Khatib posiblemente cuente con el Grupo Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático, de izquierda, liderado por Hassan Abdul Azim. Este mes de enero, cinco frentes laicos, incluyendo el Grupo Nacional de Coordinación, se reunieron en El Cairo para comprometerse con una solución política "alcanzado a través de negociaciones" y una plataforma para "despertar y movilizar a los sirios en la lucha contra las organizaciones terroristas dentro de Siria".
La brecha entre lo que se acordó en esta reunión y lo que propone el señor Assad es ya muy estrecha. En este equipo está el reconocido académico Haytham Maná, que fue número dos de Hassan Abdul Azim. Maná declaró este verano: "Durante cuatro años hemos asesinado cada una de las iniciativas políticas en Siria. Tenemos que volver a una vida política normal. Tenemos que poner fin a esta guerra sucia". Es probable que estas personalidades - y otras que han mantenido un perfil bajo este último año (como el aristocrático desertor Manaf Tlass) - aprovechen esta nueva oportunidad.
Entre las reuniones de Viena,  el ministro de asuntos exteriores de Oman Yusuf bin Alawi visitó Damasco. Omán fue el escenario secreto de las negociaciones entre Estados Unidos e Irán. En agosto, el ministro de relaciones exteriores de Siria, Walid Muallem, visitó Muscat. Es la devolución de la visita. Los diplomáticos de Omán están probablemente llevando mensajes a Damasco de los Estados Unidos y, tal vez, de Arabia Saudí. A menudo, en estos asuntos, el verdadero trabajo se hace con un guiño y un movimiento de cabeza. Por amor a Siria, con el Estado Islámico a las puertas de Homs, espero que no sean gestos vacíos.

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