miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sangre inocente para más sangre

Sangre inocente para más sangre

Artículos de Opinión | Umberto Mazzei* |
El día anterior a los atentados en Paris, hubo atentados con docenas de víctimas en Beirut, que la prensa apenas mencionó. Lo poco que dijo, insinuaba un ataque contra Hezbollah, por luchar contra el ISIS y demás socios, en Siria. Antes, también la masacre en Ankara, contra una protesta pro-kurda mereció poca cobertura y se le miró como represalia por la lucha de las milicias kurdas contra el ISIS. Antes aún, ISIS se atribuyó el derribó de un avión ruso, con 224 personas, en el Sinaí, tragedia de la cual el Charlie Hebdo – a 200 metros de Bataclan - hizo chistes.
Los trágicos atentados del ISIS en Paris han tenido la atención de los medios que sin duda merecen, pero se evita aludir a los bombardeos franceses en Libia, Irak y Siria o la intervención francesa en Mali y África Central. Silencio mediático sobre el apoyo militar diplomático y financiero del gobierno francés a la lucha armada islamista contra el gobierno laico de Siria (http://es.awdnews.com/política/quand-hollande-avoue-explicitement-avoir-armé-l-etat-islamique) y silencio hermético sobre los grandes negocios de armamento francés con Arabia Saudita y Qatar, reconocidos patrocinadores del ISIS.
Es llamativo como cuando se trata de ataques ISIS o demás terroristas islámicos, nadie culpa de los fracasos a los jefes políticos y administrativos. Nunca son destituidos y mucho menos dimiten. Es surrealista ver como siguen en sus puestos los jefes de la inteligencia y la seguridad policial y militar en el gobierno del Sr. Hollande. ¿Es que Francia no está directamente empeñada en acciones bélicas contra terroristas en varios frentes? ¿Es que no es aliada y hace negocios con países involucrados en las guerras del Medio Oriente? Los responsables de su seguridad doméstica debieran estar alertos y no han cumplido con su deber. Los jefes del aparato policial y militar francés han demostrado ineptitud y descuido en el cumplimiento de su deber.
La misma ineptitud parece aquejar también a los Estados Unidos, cuando se trata de su política militar anti- jihad. La sub-secretaria de Defensa Christine Wormuth y el General Lloyd Austin III, jefe de la campaña contra el grupo que opera como ISIS, admitieron ante el Comité de Servicios armados del Senado que habían gastado US$ 500 millones para producir 4 soldados. Con tantos millones cualquier país entrena y equipa dos divisiones. En realidad se entrenó a 100 o 120, pero que al infiltrarlos en Siria desde Turquía, se pasaron con armas y equipaje a Al-Nusra y al ISIS, que al final son lo mismo. En un país normal, el despilfarro de 500 millones hubiera causado la renuncia del Ministro de la Defensa, pero Ash Carter sigue allí. También debieran echarlo porque durante 14 meses de ataques aéreos de la US Air Force – sin autorización del gobierno sirio - los terroristas avanzaron. Lo que si destrozó fue la infraestructura civil de Siria, lo que obligó a emigrar a la ola de refugiados que baña de angustia las playas europeas. Pero Estados Unidos es el país indispensable y excepcional, que nunca se equivoca. Carter seguirá, con la Sra. Wormuth y el General Austin III. Me pregunto como saben que les quedan esos 4 fieles y carísimos guerreros, tal vez porque siguen cobrando en la nómina.
Es curioso que a ninguno del Senado se le ocurrió objetar que entrenar, equipar y pagar soldados para infiltrarlos con fines bélicos en un país soberano, es contrario al derecho internacional y a la carta de las Naciones Unidas (Art. 2, párrafo 4; Art. 39.). También contradice la carta de la ONU declarar que el presidente legítimo de un país –en este caso Siria- deba renunciar e irse porque así lo dice la supuesta «comunidad internacional», léase OTAN.
Estados Unidos debe reconocer la realidad y renunciar a cambiar el gobierno de Siria o seguir fomentando guerras civiles, porque su situación económica no da para eso. Cometió toda clase de crímenes en países musulmanes, con gran gasto y sin otro resultado que el caos y hacer ganar billones, del erario público, a la industria de la guerra.
Recientemente -en una entrevista televisada- Dave Walker, quien fuera jefe de la Government Accountability Office (GAO) bajo los Presidentes Bill Clinton y George W. Bush, dijo que cuando se suman todas las obligaciones sin cobertura de los Estados Unidos, la deuda nacional es tres veces mayor que esos 18 billones (trillions) que se dice. Según él, la deuda real de EE UU ronda los $65 billones (trilliones). [Catsimatidis en “The Cats Roundtable” de New York]
La deuda en US$ de los bancos, sólo por emisión de derivatives, según el Banco de Compensación Internacional –BCI- de Basilea, está en torno a 760 billones (trillions). Con un Producto Mundial Bruto de 75 billones en 2014, la entera producción mundial no alcanza para pagar el 10% de esa deuda.
La desocupación en EE UU, cuando se toma en cuenta la totalidad de desocupados -no solo los inscritos el último año buscando empleo- está cerca del 23% de la población en edad laboral. Según las estadísticas americanas, la mitad de los jóvenes de 25 años está obligada a vivir con sus padres. El número de americanos en edad de trabajar que no trabajan es de 101 millones, según datos del US Bureau of Statistics. Esos $500 millones estarían mejor invertidos en crear oportunidades de trabajo y reparar la decaída infraestructura física y social de EE UU, que en combatir al ISIS & Cº. Dejen que Siria, Irak, Irán y Rusia acaben con ISIS, Al Qaida, Al Nusra y el resto de salafistas, que en sólo un mes lograron más que «la coalición anti-ISIS de 40 países» en dos años.
Es que ISIS es un agente de Estados Unidos?
La pregunta que queda en el aire es si realmente EEUU pretende acabar con el ISIS, que es descendiente directo de la Al-Qaida terrorista que usó en Afganistán, Bosnia, Kosovo y tal vez otros lugares.
Es llamativo que Daesh o ISIS o Estado Islámico se equipase -sin aviso ni resistencia- con el armamento y equipo pesado totalmente norteamericano de dos divisiones iraquíes estacionadas cerca de Mosul.
Es curioso que el transporte de combatientes del Estado Islámico se realice con millares de pick ups de marca Toyota, hechas en Japón y llevadas hasta Siria o Iraq, armadas con ametralladoras de alto calibre o morteros, sin que la red de servicios de inteligencia de la OTAN se enterase de nada.
Es difícil de explicar que el ISIS esté equipado con equipos anti-tanques TOW, que son de la última generación de armas norteamericanas contra blindados y que EE UU vendió a Arabia Saudita, patrocinador eminente del wahabismo, que es la religión oficial de ISIS.
Es notable que sometido a 14 meses de bombardeos, el ISIS haya continuado a avanzar, coordinado con equipos de comunicación militar modernos que no crecen en las arenas del desierto. Un indicio sospechoso es que se suspendieran los vuelos de la coalición anti ISIS, justo cuando fuerzas de ISIS y Al-Nusra se desplazaban para un ataque simultáneo a la ruta que lleva pertrechos a la ciudad de Alepo. Ciudad cuya central eléctrica fue destruida unos días antes por la aviación norteamericana.
Oficiales del ejército iraquí denunciaron el suministro de pertrechos y armamento a las tropas del ISIS por la aviación norteamericana. También denunciaron ataques aéreos –equivocados- contra tropas iraquíes durante el asedio contra el ISIS en Ramadi.
Putin mostró ante el G-20, reunido en Turquía, fotos de líneas interminables de camiones cisterna de ISIS llevando petróleo a Turquía. La primera incógnita es cómo llegaron allí miles de camiones cisterna. Ante la velada amenaza de que los aviones rusos acabarán el problema, los aviones de EE UU realizaron ayer un ataque y destruyó 116 camiones. El gobierno norteamericano reconoció estar enterado de ese comercio rodante del ISIS, pero pretextó no haberlos atacado para evitar víctimas civiles (sic). ¿Es que son civiles quienes manejan los vehículos de ISIS? Luego sucedió algo inaudito: al verse obligados a atacar la columna petrolera, la rociaron de panfletos advirtiendo que atacarían: guerra avisada no mata soldado.
En mi opinión, el interés primordial de Estados Unidos en Siria no es atacar al ISIS, sino cambiar el gobierno de Damasco y fragmentar a Siria, según el sanguinario modelo tribal y caótico sembrado en Libia.
¿Una guerra caliente?
Obama ya anunció el envío de tropas especiales de tierra a Siria. Primero está la cuestión de la constitucionalidad de ese envío. Es un acto de guerra en territorio sirio, sin previa declaración de guerra, ni la indispensable autorización del congreso norteamericano.
Es una decisión ilegítima según el derecho internacional y según la carta de la ONU. Mandar tropas a Siria sin autorización del gobierno sirio, es un acto de agresión militar.
Puede que el objetivo sea limitar la operación de la aviación siria y rusa que apoya la ofensiva terrestre del ejército árabe sirio y las milicias locales contra los fanáticos islamistas. Estados Unidos y sus aliados saben que Siria y Rusia no quieren escalar esa lucha hacia una confrontación internacional, más de cuanto ya lo es. La muerte de soldados americanos en el curso de una operación pudiera ser utilizada por la NATO como pretexto para intervenir abiertamente. No es la primera vez que Washington victimiza a sus hombres para obtener el apoyo popular con que iniciar una guerra. Es un viejo truco usado por gobiernos de psicópatas ambiciosos. Desde El Álamo en Tejas, desde el acorazado Maine en La Habana.
Ginebra, 17/11/2015
* Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales Sismondi, en Ginebra. www.ireisismondi.org; www.ventanaglobal.info

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