viernes, 23 de octubre de 2015

La izquierda bajo sospecha. Fracaso y vía muerta del reformismo.

La izquierda bajo sospecha. Fracaso y vía muerta del reformismo.





Autor y obra: Gilbert Garcin (www.gilbert-garcin.com), Le Moulin de l'oubli (1999)





“Nos hemos quedado solos en el campo de la socialdemocracia”, sostuvo el secretario general de Podemos, que acusó al PSOE de haber “abandonado” ese espacio y se mostró “orgulloso” de presentar unas líneas programáticas “que ocupan el espacio que casi todos han abandonado: el del sentido común”.
(De infolibre.es)


Nada sorprende en las palabras de Pablo Iglesias. Quien no lo haya visto desde el minuto 1 de Podemos, es que estaba ciego. Tampoco está de más recordar que si Izquierda Unida no va a las elecciones con Podemos, es porque Pablo Iglesias le ha dado calabazas una y otra vez al pagafantas, aunque en algunas comunidades IU si irá con Podemos (y ya puestos, que alguien explique porqué no también con el PSOE). No olvidemos tampoco que Garzón en más de una ocasión afirmó que no hay diferencias programáticas entre IU y Podemos (por cierto, ¿alguien ha visto programas?). Aunque a muchos les molestará lo que voy a decir, al final lo que se ha cocinado aquí es una empanada socialdemócrata.




La transición de fase en el modo de producción capitalista y el papel de la socialdemocacia


El modo de producción capitalista lleva tiempo experimentando una transición entre fases, en la que el proceso de acumulación del capital exige desmontar el viejo modelo del estado del bienestar, construido como narcótico para los trabajadores del "primer mundo" (como antes se llamaba) sobre la explotación de los recursos y de los trabajadores del "tercer mundo" (como antes se llamaba: en realidad si hablamos de centro y periferia sería más adecuado). El suministro de tal narcótico estaba en función de la existencia del bloque socialista, como muro de contención contra la propagación del Socialismo.


Si el proceso de acumulación de capital se detiene, el capitalismo entra en colapso. Vendría a ser como un castillo de naipes que se desploma. Y una vez que desaparece el bloque socialista y además se muestra la inestabilidad y fiabilidad relativa de las burbujas económicas, el desguace del estado del bienestar se impone como requisito para que el sistema siga funcionando, ya que tal desguace garantiza un expansivo proceso de acumulación por desposesión (Harvey).


Tal es la transición de la que no se habla. En este contexto, políticamente resulta necesario el control de la izquierda anticapitalista y, sobre todo, del potencial crecimiento que podría darse por el descontento social.


La socialdemocracia ha desempeñado históricamente un papel de comadrona de los partos difíciles del capitalismo, un rol en la domesticación del descontento social. Para que la transición de la que hablamos pueda tener lugar sin oposición de la clase trabajadora, el sistema requiere de una socialdemocracia fuerte. La estabilidad del sistema impone el refuerzo y blindaje de esta proxeneta de la clase trabajadora que es la socialdemocracia. Lo ocurrido en España es un excelente ejemplo. Primero se lanza un producto político, el partido Podemos, como si fuese una nueva una marca de detergente, destinado a fortalecer el polo socialdemócrata/socioliberal del sistema político. Acto seguido se consigue que Izquierda Unida abandone su giro a la izquierda y se ponga a seguir la estela podemita, una estela socialdemócrata (en el mejor de los casos) o socioliberal. Y al mismo tiempo el PSOE recarga las pilas con un candidato que enciende la libido política de banqueros y empresarios. Al final, de lo que va todo esto es de la recomposición del espacio socialdemócrata/socioliberal, como elemento fundamental para que el capitalismo pueda transicionar de fase sin oposición de la clase trabajadora.




La izquierda bajo sospecha


Que la oposición socialismo contra capitalismo se vaya apagando cada vez más en el seno del discurso de la izquierda, me provoca un profundo pesimismo. Hasta parece que provoca alergia hablar de "capitalismo" y no digamos ya decir en voz alta: somos socialistas, comunistas, y luchamos por una sociedad socialista. Quizás haya llegado el momento de que sometamos a la izquierda a un juicio sumario.


No hace mucho publicaba en este blog la traducción del artículo del griego Antonis, "¿Qué es "la Izquierda"? Diez observaciones". Es cierto que se le pueden objetar algunas cosas al argumentario y que quizás sería necesario introducir matices. Pero el hilo conductor del artículo me parece de vital importancia, ya que coloca muchos puntos sobre las íes y permite comprender el páramo político en el que vive el anticapitalismo. Reproduzco las ideas más importantes y sugiero una lectura atenta:
Económicamente hablando, "la Izquierda" significa la reivindicación de "una distribución más justa de la riqueza", o del "producto social". Nunca significa lucha para cambiar el modo de producción, nunca el cambio de las relaciones de producción, nunca la socialización de los medios de producción. Ya en 1875, Karl Marx mostraba en su Crítica al Programa de Gotha, cuan contradictorio es el propio concepto de una "justa distribución" de la riqueza dentro del capitalismo. El cultivo de la ilusión de que las propuestas de "la Izquierda" eran algo más que esta vaga reivindicación de una "distribución más justa" fue consecuencia de la coexistencia forzosa de socialdemócratas y comunistas (...). Esta coexistencia fue utilizada para promover confusión y generar placebos agradables para un movimiento desarmado y derrotado.
Ya que la suprema reivindicación de "la Izquierda" es "una distribución más justa" de la riqueza capitalista acumulada, la "Izquierda", por definición está del lado de la Reforma contra la Revolución.
Puesto que la crisis financiera del capitalismo reduce extremadamente los márgenes para satisfacer la demanda de la "distribución más justa", "la Izquierda" no puede tener contenido económico diferente al de los partidos burgueses en tales períodos. Solo puede adquirir tal contenido en períodos de desarrollo económico de las tasas de acumulación capitalista, siempre bajo la condición previa de haber tenido la perspicacia de desarrollar medios de ejercer presión, de tal modo que pueda presentarse como una "proveedora" para la clase trabajadora y como una "negociadora" en interés de ésta. Pero la desaparición del socialismo real ha puesto en evidencia que tales medios no existen, tanto durante las crisis financieras como durante los períodos de desarrollo capitalista. Consecuentemente, no se puede esperar que "la Izquierda" llegue a formular en sus programas un contenido económico que la diferencie de cualquier formación política burguesa en el futuro próximo.
La primera esfera fundamental dentro de la que "la Izquierda" obtuvo un contenido fue la estética, en todas sus formas. Por esta razón, hoy es más facil localizar "la Izquierda" en el cine, poesía, plástica, retórica,.. que en un programa económico que sea diferente de la generalidad de los programas económicos burgueses. Después del decenio de 1960, "la Izquierda" se tornó predominantemente una categoría estética, una propuesta para una estética.
La segunda esfera fundamental en la cual "la Izquierda" obtuvo un contenido, durante el mismo período y mientras estaba siendo diseminada en el terreno de la estética, fueron los "derechos sociales" concebidos como derechos individuales basados en la "diferencia". Estos, inevitablemente, son derechos que presuponen una norma que simultaneamente cuestionan. Todos los movimientos sociales de "la Izquierda" creados desde el decenio de 1950 están determinados por esta contradicción, entre el no-cuestionamiento de la existencia de una norma -la aceptación del modo de producción capitalista- y su cuestionamiento a nivel ideológico y retórico, entre el rechazo de la normatividad como tal y el esfuerzo por hacerla mas "inclusiva" de lo que lo fuera en el pasado.
En períodos de recesión, las victorias de los "nuevos movimientos sociales" no solo desaparecen sino que se revelan como espejismos. Como no es posible desviación alguna de las necesidades de acumulación capitalista, los "derechos sociales" o son vaciados de sustancia, o son absolutamente "seguros" para el sistema social, aún en períodos de represión social. Este es el momento en que el matrimonio "gay" puede ser percibido como una revindicación mucho menos radical que el derecho a una vivienda o a cuidados médicos porque estos últimos tienen un coste para el capital mientras que aquél solo exige un "ajuste ideológico" en el estado burgués.
"La Izquierda" es el aspecto social y orgánico de "La Gran Ilusión" de un importante sector de los estratos medios y bajos. Estos estratos extrajeron conclusiones erradas en cuanto a la naturaleza del sistema capitalista al limitar sus observaciones al período en el cual los ritmos de desarrollo económico y la presión hecha posible por el socialismo real permitió que la revindicación de una "distribución más justa del producto social" tuviera algunas limitadas consecuencias prácticas para la calidad de la vida cotidiana en las sociedades occidentales. Hoy la única utilidad de "la Izquierda" es fomentar la confusión respecto a la naturaleza real de una categoría que históricamente es mucho más importante y sustantiva -la Socialdemocracia- y apoyarla en la reproducción de las élites intelectuales y tecnocráticas que la utilizan para ganar legitimidad popular, llevándola por tanto a su, cada vez mayor, deslegitimación a los ojos de los estratos populares, con todas las graves consecuencias políticas que esto puede tener para la conversión de éstas a la Reacción. (...) El único propósito de tal debate es la perpetuación de la parálisis política y de la impotencia de los estratos sociales mas bajos.

* * *


Si eres de los que piensan que el 20D va a cambiar algo, más allá del maquillaje, sugiero que te vayas mentalizando para una profunda decepción. Quizás debieras plantearte qué es el capitalismo y empezar a comprender que la única alternativa es el Socialismo.


Por mi parte, poco espero del 20D. Me vienen a la cabeza unas palabras de Margaret Thatcher, tras perder las elecciones del 97 (citadas por Javier Gallego en su artículo "Cambio o cambiazo"):
“No importa, ya hemos ganado, la oposición es como nosotros”


Aguardo desde la apatía electoral el 20D. Entre tanto seguiré apoyando la construcción del Espacio de Encuentro Comunista, que por cierto el próximo día 31 tendrá una nueva jornada en la que se debatirá el modelo organizativo. Informaré de ello en otra entrada del blog.


@VigneVT
Blog del viejo topo






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