miércoles, 22 de julio de 2015

La gente más peligrosa del Mundo

La gente más peligrosa del Mundo

 

 

Si uno tuviera que definir quiénes son individuos más peligrosos para el común entendimiento, la paz colectiva y la supervivencia de la especie, por los estragos causados a lo largo de los siglos, yo diría que son las personas que quieren mejorar las cosas. ¿Esos? La peste. Poseen elevada autoestima, gran confianza en sí mismos…, ya puedes esconderte bajo tierra, que te caerá encima una bomba de siete toneladas llamada libertad, o cualquier otra abstracción asquerosa.

Efectivamente, una persona tímida, insegura, que va a ponerse un condón, mira a la pareja, y piensa “mejor doble por si acaso”, ese no da problemas. Pero alguien que se aspire a que el Reino funcione, los pobres estén bien representados, y su legado se transmita… Buuu… Ese, puede organizar la de San Quintín. Ese cabrón, convencido de que lo que hace es lo correcto, es capaz de llevarte al puto infierno para alcanzar el paraíso. ¿Qué hacer entonces? Miremos nuestro entorno.

Tenemos, por ejemplo, Grecia. Vaya por delante que yo no considero a Tsipras un traidor. No. Es que, a ver, una traición se produce cuando no te la esperas. Estás tan tranquilo encorvado, limpiando con la espátula la mierda reseca del retrete, y va tu cuñado por la espalda, y ¡ñaca! Te la clava por detrás. Vale. Esa es una traición. Te quedas perplejo, es algo nuevo… Pero que alguien de izquierdas llegue al Gobierno y la cague en la negociación, eso no es una traición. Eso es la moda.

Es que los dueños de este país, y de quienes lo habitan, no son los políticos. Son los millonarios. ¿Qué tú con tu papeleta cada cuatro años decides? Amos anda, no me jodas. En las elecciones lo que hay es unas cuantas bandas de trepas, que les meten la máquina de la verdad, y el pobre trasto explota. 

Pero tú quieres que esto vaya a mejor. Vale. Este es el camino: si eres una persona peligrosa que quiere arreglar el mundo…, dedica toda tu inteligencia, toda tu voluntad y toda tu pasión, a hacerte millonario. Gana miles de millones traficando con armas, transportando drogas, ejecutando desahucios, construyendo nucleares, levantando casinos y puticlubs… Oye, que no digo que no sea interesante ser alcalde, pero que es mucho mejor tener mil millones, porque así tienes al alcalde, al club de fútbol, al cura de la parroquia, a los sindicatos, a la policía local, al juez de paz, y de paso te puedes bañar –si quieres– en leche de gallina. 

Si eres una persona peligrosa con voluntad, autoestima, pensamiento positivo y todo eso, por el amor de dios, no te metas en una ONG a enseñar catalán a emigrantes con subvención de la Diputación. Ese no es tu destino. Dedícate a los negocios y no seas un pringao, que Rockefeller me decía que si solo piensas en dinero, acabas ganando dinero. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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