La lucha contra el narcotráfico ha llevado a los comandantes de EE.UU. a México, pero la apertura de los recursos energéticos del país a inversores extranjeras podría justificar el aumento de la presencia secreta de EE.UU., sobre todo si el país norteamericano logra presentar a los cárteles como 'narcoterroristas', afirman los expertos.
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México posee grandes recursos energéticos que atraen a las compañías. Los datos de la Encuesta Geológica de Estados Unidos de 2012 sobre las reservas no exploradas demuestran que el país dispone de unos 65.000 millones de barriles de petróleo, 35,4 billones de metros cúbicos de gas natural y cerca de 7.200 millones de barriles de gas líquido natural. Según estima el portal Whowhatwhy, estos recursos suponen un valor de 6,6 billones de dólares.

Es por razones de seguridad que el ejército mexicano escolta a los contratistas de Weatherford International, una empresa petrolera de Texas. Pero las mismas razones de seguridad sirven de pretexto para aumentar la presencia de las fuerzas militares estadounidenses en el territorio de otro Estado soberano.

Hay pruebas de que los miembros del Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos participaron en operaciones uniformados como marines mexicanos. Además, el sitio cita a un comunicado privado filtrado por Wikileaks en que se indica que las fuerzas especiales de EE.UU. realizaron operaciones militares conjuntas con sus colegas mexicanos en 2011.

Con el oro negro como motor geopolítico y Estados Unidos al lado, México tiene todos los números para convertirse en un lugar donde la intervención estadounidense enmarcada en términos de la guerra contra las drogas avanza cada vez más con el pretexto más fácil de vender a la opinión pública: la lucha antiterrorista. Por ahora solo hace falta que los políticos estadounidenses comiencen a emplear el término 'narcoterrorista' para referirse a los cárteles, fusionando de esta manera la guerra contra las drogas con la guerra contra el terror.