viernes, 24 de octubre de 2014

La corrupción en México, un problema de todos

La corrupción en México, un problema de todos

@DuniaLudlow jue 23 oct 2014 12:20
Independientemente de las estrategias electorales de ciertos partidos, estamos ante una oportunidad histórica.

Todos los días escuchamos noticias y comentarios sobre la corrupción en México, por lo que muchos ciudadanos se expresan de forma negativa de las autoridades e instituciones de nuestro país ante esta problemática que, me parece, no ha sido justamente dimensionada.
Por lo importancia del tema a tratar, considero necesario empezar por definir qué es la corrupción. Para Transparency International, una ONG de presencia global que promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción política, ésta significa el abuso con fines de lucro personal de un poder delegado.
 Si tomamos literalmente esta definición, resulta fácil e inmediato responsabilizar a la clase política, pues no podemos pasar por alto que estamos ante una manifestación de debilidad institucional, moral y legal. Sin embargo, cuando un tercero intenta influir en el proceso de toma de decisiones sin que ello le corresponda, está también incurriendo en actos de corrupción.
¿A qué me refiero con esto? A que no sólo es corrupto el político que se vende a intereses particulares o al crimen organizado; o el juez que acepta un incentivo económico para modificar una resolución, por poner algunos ejemplos. También es corrupto aquel individuo que, para evitar una multa, da una mordida, lo mismo que quien viola derechos de manera flagrante e impunemente.
Sí, la corrupción es un problema de todos. Es institucional, debido a que nuestras reglas suelen ser ambiguas en la exigencia de transparencia y rendición de cuentas, de lo que se deriva  la impunidad, ya que las consecuencias jurídicas son prácticamente nulas. Pero es también cultural, pues estamos tan acostumbrados a ella que pensamos que no vale la pena combatirla.
¿Sabían que la corrupción en México nos cuesta aproximadamente 1.5 billones de pesos al año? Esto representa cerca del 9% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que es equivalente, por decir algo, a casi 45 veces el presupuesto que recibe la UNAM.
 La cuestión es que, para poder enfrentarla y porqué no, combatirla, resulta indispensable empezar por reconocer que no sólo es un problema multifactorial; es necesario, además, asumir responsabilidades y plantear acciones integrales que incluyan la participación ciudadana.
En días pasados, el líder nacional del Partido Acción Nacional (PAN), presentó una propuesta para crear un Sistema Nacional Anticorrupción basado en seis ejes que pretenden, en conjunto, rescatar a la Secretaría de la Función Pública y fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación.
Si bien la clase política del país celebró el comunicado y se mostró en su mayoría dispuesta a apoyar la iniciativa del dirigente blanquiazul, cabe destacar que ésta no es más que un giro a la ya existente propuesta anticorrupción planteada por el equipo de transición del Presidente Enrique Peña Nieto, y que ha estado siendo analizada en la Cámara de Diputados desde entonces.
El problema aquí es que la corrupción se encuentra en niveles insostenibles no sólo por los aspectos antes mencionados, sino porque se ha vuelto parte de las negociaciones políticas, a costa de la ciudadanía.
Y que mejor forma de aclarar este panorama que el Índice de Percepción sobre Corrupción, publicado por la organización Transparencia Internacional, estudio en el que 177 naciones han sido analizadas este 2014. En dicho informe, nuestro país aparece en el lugar 106 con una calificación reprobatoria de 3.3,  en una escala del 1 al 10. Éste, sin duda, es el argumento principal del líder panista en su propuesta. Pero seamos honestos, en el año 2000, México se ubicó en el lugar 59, por las razones que ya todos conocemos.
 Lo cierto es que, independientemente de las estrategias electorales de ciertos partidos, estamos ante una oportunidad histórica. Es un hecho que la participación ciudadana es cada vez mayor y la transición de gobernabilidad a gobernanza abre nuevas posibilidades en la inclusión integral para el combate a la corrupción.
Por ello, dejémonos de demagogias y promesas, el cambio depende de todos: el gobierno, las autoridades y la clase política, por un lado, haciendo lo que le corresponde, que es el impulso de mecanismos efectivos en torno a este mal que nos aqueja como nación. Nosotros, los ciudadanos, evitando conductas que creemos facilitan nuestra vida, cuando en realidad la infectan y contaminan.
Asumamos nuestra responsabilidad y preparémonos para ser cada día mejores personas y, por ende, mejores ciudadanos, en un país que nos necesita más que nunca.
Aprovecho este espacio para invitarlos a participar en el curso Construcción de Ciudadanía que el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político, A.C. celebrará el día 30 de octubre del presente año en el Club de Banqueros de México, a partir de las 14:30 horas. Soy una ciudadana que cree firmemente en que los problemas comunes debemos resolverlos en conjunto, ahí radica la verdadera transformación. Si compartes esta convicción no dejes de asistir. Confirma tu asistencia en el correo electrónico cursos@icadep.org.mx Te esperamos.

*Dunia Ludlow se desempeña actualmente como Secretaria General del Instituto de Capacitación y Desarrollo, A.C. (ICADEP) del Partido Revolucionario Institucional. Es Maestra en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, España.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario