sábado, 27 de septiembre de 2014

Tuvimos que tirar sus cadáveres en altamar'

Tuvimos que tirar sus cadáveres en altamar'

De 32 cubanos que salieron de su país con el propósito de llegar a EU y tener una vida mejor, lograron sobrevivir sólo 15; fueron rescatados en Quintana Roo

Por:   Agencias

sábado, 27 de septiembre del 2014

Mérida, Yuc.- Tensos, pero a la vez ilusionados, 32 cubanos se embarcaron el 7 de agosto en una endeble barcaza que ellos fabricaron; después de una travesía de 25 días, marcada por la angustia y la muerte de 17 de sus compañeros, llegaron a México.
Salieron de Manzanillo, en Cuba, con la intención de llegar a Miami, Florida, donde algunos aseguran que tienen familia.
Días después de zarpar de la isla, la embarcación se averió y comenzó a tirar combustible, por lo que quedaron a la deriva, en medio del mal clima.
“Bebíamos nuestros orines, comíamos pescados crudos que capturamos cuando nos lanzábamos al mar; no había de otra”, narró Alaín Armando Izquierdo Barrios, uno de los sobrevivientes, quien relató que “fue muy duro... horrible... éramos 32 y fueron muriendo otros 15 compañeros; tuvimos que tirar sus cadáveres en altamar.
“No había nada más qué hacer, no podíamos tener los cadáveres con nosotros... Estábamos buscando salvarnos —justificó— y mientras lo hacíamos, habían gritos, llantos, impotencia, rabia en algunos...”.
Al cuarto día, recuerda, se les acabó el agua y la comida; aún estaban cerca de Cuba cuando pidieron auxilio, pero barcos de esa nación se negaron a ayudarlos.
De los 32 cubanos, 17 lograron llegar a la isla de Holbox, en Quintana Roo, el 31 de agosto, luego de que un barco emitió una alerta y elementos de la Marina Armada de México, con sede en Puerto Progreso, fueron a su rescate.
Llegaron al puerto yucateco el pasado 1 de septiembre; dos sobrevivientes se encontraban graves de salud y fueron hospitalizados, en donde fallecieron dos días después.
“La pesadilla por fin terminó, pero difícilmente podremos olvidarnos de todo lo que nos pasó, fueros días y noches terribles, desesperantes; aún no puedo creer que sigamos vivos”, dijo Alain, de 32 años de edad, con el rostro desencajado.
Aseguró que estuvo a punto de fallecer: un día, mientras se mojaba el rostro con agua del mar para reanimarse, su cuello se atoró con una soga y estuvo a punto de asfixiarse.
Reveló que durante el trayecto, en algunas ocasiones tiburones rondaron la balsa, pero —presumió— “nunca les tuvimos miedo”.
Otro de sus compañeros, Yanui Lao Jiménez, de 31 años de edad, declaró que decidieron salir de la isla ante el hartazgo de lo que llamó “dictadura en la isla”.
El Instituto Nacional de Migración (INM) envió a los cubanos rescatados a Chetumal, donde permanecieron durante 10 días.
Después de ese lapso, recibieron un permiso especial de estadía en México por 30 días.
Durante ese tiempo deberán regularizar su situación para no ser deportados o recibir alguna sanción en nuestro País, informó Oswaldo Ortiz Matú, delegado del INM en el estado de Yucatán.
Pasean en Mérida
El pasado martes por la noche regresaron a Mérida 10 de las personas rescatadas en un autobús de ADO. Su proyecto era pasear durante unos días por Yucatán y luego retomar su intento para llegar hasta EU, declararon al arribar a esta ciudad.
Los cubanos no fueron deportados, como marca el procedimiento migratorio en México, porque el Gobierno de Cuba no los reconoció formalmente como ciudadanos de ese país, de acuerdo con Oswaldo Ortiz Matú.
A la fosa común
Los dos cadáveres no han sido reclamados por el Gobierno de Cuba, confirmó el delegado del INM.
Al no existir la petición de repatriar los restos de las dos personas que murieron en el hospital, sus cuerpos serán sepultados en una fosa común en Yucatán.
Se trata de Héctor Alejandro Bazán de la Paz, de 16 años de edad, quien murió por deshidratación, así como Carlos Manuel Prado, de 30 años, quien falleció víctima de un edema pulmonar.
Otros casos
Apenas el pasado 17 de julio, el INM de Veracruz dio a conocer que un barco comercial, con bandera de Gibraltar, rescató a 13 cubanos de un naufragio en altamar.
El 6 de mayo, el INM salvó a nueve cubanos que naufragaron frente al puerto El Cuyo, en Tizimín, Yucatán; los extranjeros, llevaban 14 días en altamar y presentaban quemaduras de primer y segundo grado, así como signos de deshidratación. (El Universal)
‘EL CHUPA’ NO QUIERE RECORDAR EL NAUFRAGIO
Raymundo Royín Noyola, sobreviviente de un naufragio de 8 días, se recupera en su casa en la colonia popular La Quebradora, y aunque vivió para contarlo, requiere atención médica especializada para recuperarse.
En entrevista telefónica, “El Chupa” pidió que lo dejaran recuperarse. “Ahorita no quiero decir más, revivir eso, no me gusta”. Se siente confundido; por una parte, muy feliz y con mucha suerte, porque logró vivir con poca comida: una tortuga pequeña y la sangre de cuatro gaviotas que atrapó cuando iba en la hielera que le salvó la vida.
Por otra lado, se recrimina: “pudiste hacer más por don Mario”, el pescador con quien zarpó el 14 de septiembre y quien murió días después de que quedaron a la deriva ante el alto oleaje provocado por el huracán Polo.
Bertha Rodríguez, su prima lejana y “patrona”, dueña de la lancha Tiburonero III en la que se fue con Mario Morales Monge a pescar tiburón y cazón, comentó:
“La Marina sólo le dio los primeros auxilios, pero él necesita atención médica especializada porque tiene una herida en la rodilla izquierda. El alcalde, Luis Walton Aburto, lo va apoyar con lo del Seguro Popular y algunas cosas, pero necesita solidaridad”.
Raymundo es un hombre de 47 años de edad que vive de lo que pesca. Estuvo casado y tiene hijos, dijo Bertha Rodríguez, pero, aseguró, no lo han ido a ver.
“Él vive con su hermana Naty; ayer su mamá vino de Playa Ventura para verlo, pero ellos pagan las medicinas de farmacias similares, porque no tienen dinero”.
Los familiares comparten un sentimiento contra quienes buscan  a “El Chupa”: “Cuando quieren entrevistarlo no le llevan ni una manzana. Él necesita mucho dinero, es pescador. Nadie se imagina lo que se arriesgan en el mar”.
DESTACAN
Los cubanos no fueron deportados, como marca el procedimiento migratorio en México, porque el Gobierno de Cuba no los reconoció formalmente como ciudadanos de ese país.

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