martes, 3 de junio de 2014

Peña y Videgaray: marineros de buen tiempo que hunden la nave

Peña y Videgaray: marineros de buen tiempo que hunden la nave

 
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I. Hay muy serias dudas de que hasta en buen tiempo, Peña y Videgaray sean marineros capaces; pero, concedamos que si entraron al relevo al frente de la nave estatal –según la metáfora de Juan Bodino en los Seis libros de la República– es porque presumieron de saber agarrar el timón (figura de Aristocles, alias Platón, el metafísico antidemocrático en la Atenas de Pericles). Con actos que se han convertido en delitos electorales en la nueva legislación y ayudado por Televisa, Monex, Soriana, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el entonces Instituto Federal Electoral (ahora Instituto Nacional Electoral), Peña hizo hasta lo imposible para apoderarse de la conducción del Estado desde el Poder Ejecutivo federal. Donde él y Videgaray, formado en las teorías de Milton Friedman para aplicarlas al neoliberalismo económico hasta sus últimas consecuencias, a casi 2 años han llevado a la nave, con 115 millones de mexicanos, mar adentro de la crisis económica en términos de recesión –es decir, la paralización de los motores–, y donde, agotado por enfermedades, pobreza y desempleo, el pueblo ha sido obligado a remar sin salvavidas; los cuales sólo llevan Slim, Azcárraga, Salinas Pliego y los millonarios, listos para abordar sus yates.
II. En uno de sus libros, John Maynard Keynes afirmó: “El capitalista moderno es un marino de buen tiempo […] en cuanto estalla la tormenta, abandona los deberes de la navegación e incluso hunde los barcos que podrían llevarlo a mantenerse seguro en su prisa por echar a los vecinos y salvarse él”. Así son los peñistas, a quienes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y el Banco de México ya tomaron del cogote para obligarlos a decir que vamos al hundimiento y “¡sálvese el que pueda!”; anuncio para el que Videgaray ya no dio la cara. Vamos a pique. Algunos opinamos que es venganza de esos dos contra los mexicanos, pues durante casi 2 años retuvieron las inversiones y el gasto (para reponerse y pagarle a Televisa, donde sus empleados aseguran que ya no le deben nada al junior Azcárraga), por lo cual hubo anuncios de miles de millones en inversión que sólo fueron de dientes para fuera.
III. Tampoco los empresarios invirtieron. Y todo el mundo está de acuerdo en que las reformas laboral, educativa, fiscal y bancaria, en lugar de liberar el crecimiento, lo detuvieron. Keynes decía que: “En el largo plazo todos estaremos muertos”; y Peña y Videgaray soltaron el timón, asegurando que en el mediano y largo plazo México saldrá “adelante”. Pero están llevando al país a un punto sin retorno, ya que el daño es irreversible, provocando que la crisis política y económica cierre el circuito con la crisis social para que estallen las revueltas gestadas por pobreza, desempleo, narcotráfico, desapariciones, secuestros y homicidios. La nave estatal va a la deriva porque el peñismo complicó la vida económica con sus perversas reformas y contrarreformas que, en lugar de “mover a México” con su Pacto por México, nos llevó a una paralización económica cuyos costos está pagando la población. Eso sí: estos marineros de buen tiempo serán los primeros en abandonar la nave estatal… A menos que el motín a bordo de 80 millones de pobres los lleve a juicio político.

*Periodista

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