viernes, 13 de junio de 2014

La policía brasileña se enfrenta a los manifestantes a pocas horas del Mundial



La policía brasileña se enfrenta a los manifestantes a pocas horas del Mundial


2014-06-12





PEDRO MARCONDES, El país

El Mundial está a punto de empezar. Pero las protestas que desde hace un año han acompañado su organización no remiten. Se suceden las manifestaciones y las huelgas, repartidas en varios sectores y en varias ciudades brasileñas. En São Paulo, tomada por policía y el Ejército, agentes antidisturbios disolvieron este jueves con gases lacrimógenos una protesta de una decena de personas que se quejaban de los gastos del Campeonato de Mundial de Fútbol, cuyo partido inaugural se celebra hoy. Los manifestantes se reunieron próximos a la Radial Leste, uno de los accesos al estadio Itaquerão, donde a las 17.00 (cinco horas más en la España peninsular) tiene previsto celebrarse el encuentro entre Brasil y Croacia.

La policía los disolvió y los manifestantes retrocedieron varios metros, donde acabaron uniéndose a un grupo de trabajadores del metro de São Paulo, concentrados también en la zona para protestar contra el Gobierno del Estado y reclamar que sean readmitidos los 42 despedidos durante una huelga reciente, desconvocada el lunes, que ha paralizado durante casi cinco días la ciudad. Comenzaron las carreras, los disturbios; jóvenes encapuchados empezaron a derribar señales de tráfico y a quemar contenedores. Los trabajadores del metro se esmeraron en no querer mezclarse con esos jóvenes más violentos, que lanzaban piedras hacia donde estaban los agentes.

La policía, mientras tanto, contenía las protestas y trataba de cercar a los manifestantes de modo que no se aproximasen de los alrededores ni de los accesos del estadio. Todo esto sucedía en la zona leste de la ciudad. En el resto, todo eran viandantes con la camiseta amarilla, hinchas emocionados y sonrientes y turistas dirigiéndose al estadio.

Mientras, en Río se produjo una huelga de trabajadores del aeropuerto que afectó a una de las carreteras que enlazaban con los terminales, y en Natal, al noreste del país, también sede del Mundial, se anunciaba una huelga de conductores de autobuses.

Las imágenes en las cadenas de televisión brasileñas mostraban bomberos tratando de apagar los contenedores, policías ataviados como robocops cargando contra los manifestantes y nubes de periodistas con cascos zigzagueando entre unos y otros. Una vecina de la zona admitió: “Que pena: mi barrio está en guerra”. La edición digital de la Folha de São Paulo hablaba de cinco heridos, de los cuales tres eran periodistas, dos de CNN y uno de un medio brasileño, y dos manifestantes.

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