lunes, 2 de junio de 2014

Abdica Juan Carlos de Borbón al trono de España

Abdica Juan Carlos de Borbón al trono de España

lun, 02 jun 2014 07:20
Madrid. El rey Juan Carlos de Borbón, jefe del Estado español desde 1976 tras ser designado por el dictador Francisco Franco, anunció su abdicación de la Corona, lo que abre de forma inmediata la sucesión en favor de su hijo “varón” primogénito, Felipe. El monarca español fue el responsable de garantizar el complejo proceso de la transición a la democracia tras la larga y severa dictadura fascista, si bien en los últimos años su imagen y la figura de la Corona se había visto muy desgastada por los numerosos casos de corrupción, abuso de poder, nepotismo y malversación de fondos públicos que afectan a la institución.
La única fuerza política que exigió de inmediato la celebración de un referéndum para que la sociedad elija entre Monarquía y República fue Izquierda Unida (IU), si bien es un escenario remoto.
El rey Juan Carlos señaló durante su mensaje a la nación, tras 39 años de reinado: “He querido ser rey de todos los españoles”, pero advirtió que “una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el
mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco. Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica. El príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación".
La sucesión de la Corona -que tiene entre sus competencias la máxima jefatura del Estado- está garantizado en la Constitución española de 1978 y su cobertura legal está establecida en los artículos 1, 2 y 58. Lo que confirmaría que lejos de la celebración de un referéndum o de una consulta popular para elegir al nuevo monarca o, en su defecto, desterrar este régimen por una República, la sucesión de la Corona se hará según lo
establecido. Es decir que España pasará de estar gobernado por Juan Carlos I de Borbón a Felipe VI de Borbón.
El rey Juan Carlos nació el 5 de enero de 1938 en Roma, donde se encontraba su familia tras el estallido de la Guerra Civil. Vivió fuera de España la mayor tiempo de infancia y juventud, al ser desterrados por el dictador Franco tras su llegada al poder. En los últimos años de la dictadura franquista, Juan Carlos de Borbón fue el elegido por el propio dictador para sucederle en el cargo de la jefatura del Estado, como así hizo. Fue entonces cuando comenzó el periodo de reinado del rey Juan Carlos, que fue avalado como monarca en el referéndum para aprobar la Constitución de 1978, en el que además se votó de forma mayoritaria el cambio a un sistema de monarquía parlamentaria, en el que se admitió la figura del rey y se estableció el derecho de sucesión en el hijo varón primogénito de los monarcas.
El primero en anunciar la abdicación fue el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, quien convocó a la prensa de urgencia para dar una “declaración institucional”, en la que, como es habitual, no admitió preguntas, y confirmó lo que ya se venía especulando durante la mañana. Después diversos líderes políticos reconocieron que la operación para llevar a cabo la abdicación se empezó a diseñar desde enero pasado, cuando se informó a representantes del gobierno y del principal partido de la oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
La carta de abdicación era breve y escueta, fechado en el Palacio de la Zarzuela y con los símbolos de la Corona decía: “A los efectos constitucionales procedentes, adjunto el escrito que leo, firmo y entrego al Señor Presidente del Gobierno en este acto, mediante el cual le comunico mi decisión de abdicar la Corona de España”. Que acompañó con su rúbrica.
El propio Rajoy ya advirtió que todo esta previsto para la sucesión de la Corona en manos del príncipe Felipe, que a su juicio representa una “sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la altura de las expectativas”.
El proceso de sucesión, establecido por la Constitución española y que no supondrá en ningún caso la celebración de un referéndum, establece que el presidente del gobierno convoca a las juntas de voceros del Congreso de los Diputados y del Senado, en el que informa oficialmente de la abdicación, a la que se le da validez jurídica. Entonces se publicará en el Boletín Oficial del Estado y se hará efectiva la abdicación en favor
del príncipe Felipe, que pasará ser nombrado como rey Felipe VI.
El deterioro de la imagen del rey Juan Carlos y del conjunto de la Corona española se agudizó hace dos años y medio, a raíz de un viaje del monarca a Botsuana en el que se destaparon varios escándalos que indignaron a la
sociedad; desde sus viajes de placer para realizar cacerías de animales exóticos mientras el país vivía una de las crisis económicas y sociales más severas de las últimas décadas hasta la supuesta relación que tenía con mujer de origen alemán, la princesa Corinna, que hacía las veces de su “amiga íntima” y de “comisionista” de los negocios que se firmaban en las giras al exterior del monarca.
Pero también la Corona española se deterioró a pasos agigantadas ante otros escándalos, como la trama de corrupción, desvío de fondos públicos, nepotismo y abuso de poder que afectó a su yerno, Iñaki Urdangarin, casado con la Infanta Cristina, que está imputado en un gravísimo sumario que le podría llevar a ser encarcelado hasta diez años. A lo que hay que sumar el clamor, cada vez más intenso, por la llegada de una nueva República, que sería la tercera en la historia del país. O, al menos, la celebración de un referéndum que permita a la sociedad expresarse sobre la continuidad del actual régimen de monarquía parlamentaria y que sustente, al menos en votos, el futuro reinado de “Felipe VI”.
La reacción de las plataformas ciudadanos que luchan contra los recortes y los efectos de la crisis en los servicios públicos anunciaron una concentración en las plazas de las principales ciudades del país para
reclamar una consulta democrática. Y advierten que se movilizarán hasta conseguir su objetivo.

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