miércoles, 28 de mayo de 2014

El Subcomandante Marcos anuncia su retiro y se cambia de nombre



El Subcomandante Marcos anuncia su retiro y se cambia de nombre



2014-05-27




Dudley Althaus, The Wall Street Journal

CIUDAD DE MÉXICO—Parece que los viejos revolucionarios no necesitan morir hoy en día en México. Simplemente pueden cambiar su nombre y desaparecer.

El hombre que, hasta su anuncio el domingo, se llamaba a sí mismo Subcomandante Marcos, el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que sacudió México hace dos décadas, ahora insiste en ser llamado Subcomandante Galeano. También anunció su retiro de sus funciones diarias como líder rebelde y vocero.

"Hemos decidido que Marcos deje de existir hoy", dijo en un comunicado el hombre que hace 19 años fue identificado como el profesor de sociología Rafael Sebastián Guillén, de 56 años. "Quienes amaron y odiaron al SupMarcos ahora saben que han odiado y amado a un holograma".

La carta del domingo tenía como objetivo desmentir los rumores de que Marcos —o Galeano o Guillén— estaba muerto, por morir o comiendo pasta en Italia.

"El último gran truco del holograma fue simular enfermedad terminal, e incluso todas las muertes que ha padecido", escribió Guillén en su largo mensaje.

Marcos había servido como el rostro público del movimiento zapatista, cuyo breve levantamiento armado en el estado de Chiapas, en el sur del país, estalló el 1 de enero de 1994. Marcos fue el encargado de llevar el mensaje de los rebeldes indígenas mayas al resto de México.

Su aparición el domingo en un acto político en un pueblo agrícola de Chiapas, con su tradicional pipa y pasamontañas, fue la primera de Marcos en varios años. Pese al paso de los años, el movimiento zapatista ha mantenido el apoyo de la izquierda en México y en el exterior, particularmente en Italia, gracias a la personalidad y reflexiones de Marcos.

Los zapatistas, que demandaban derechos civiles para la minoría indígena de México y más ayuda para los pobres de zonas rurales, lanzaron su rebelión en el día en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o Nafta. El grupo y sus seguidores argumentaron que el Nafta, que levantó la mayoría de las barreras comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá, perjudicaría la economía rural con la importación de granos más baratos.

Los rebeldes también pidieron el fin del "mal gobierno" y el poder autoritario del Partido Revolucionario Institucional, o PRI, que ha gobernado México durante la mayor parte del último siglo.

Pese a varios años de preparación de Marcos y otros intelectuales de izquierda, los rebeldes fueron derrotados y contenidos rápidamente por las tropas mexicanas en un enfrentamiento que duró apenas unos días. Hasta 400 personas, en su mayoría indígenas mayas, perdieron la vida.

Los rebeldes se retiraron a sus comunidades agrícolas dentro de la Selva Lacandona, donde aún permanecen los más resueltos. Los pueblos controlados por los zapatistas todavía se niegan a entrar en contacto con el gobierno o con comunidades mayas vecinas que no respaldan su causa.

Pese al fracaso militar el levantamiento sorprendió a muchos mexicanos, lo que ha contribuido a la lenta apertura de la política mexicana que culminó en la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 2000.

Desde entonces, el Nafta ha acelerado la industrialización de México, transformando ciudades en el centro y norte del país en centros manufactureros. No obstante, casi la mitad de la población sigue en la pobreza, según cifras del censo del gobierno. Millones de familias campesinas han dejado su tierra, migrando a las ciudades mexicanas o a EE.UU.

Después de 12 años como el partido opositor, el PRI volvió al poder hace dos años con la victoria de Enrique Peña Nieto. La hermana de Guillén, Mercedes del Carmen Guillén, se desempeña como subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la secretaría de Gobernación de Peña Nieto.

Asimismo, una década de violencia de carteles que ha dejado cerca de 90.000 muertos o desaparecidos ha opacado el levantamiento zapatista.

En su comunicado final como Marcos, Guillén se burló de los que consideren que la causa fue un fracaso.

"Dicen por ahí que no hemos logrado nada para nosotros", escribió en la carta que firmó como Galeano. Luego continuó: "Si me permiten un consejo: deberían cultivar un poco el sentido del humor, no sólo por salud mental y física, también porque sin sentido del humor no van a entender al zapatismo. Y el que no entiende, juzga; y el que juzga, condena".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario