jueves, 1 de mayo de 2014

El PRI se estremece entre liderazgos y centros de poder

El PRI se estremece entre liderazgos y centros de poder

 

Credito:
Juan María Naveja
Por más que se quiera no puede ser coincidencia. Viejos expedientes sacuden fuertes liderazgos y figuras prominentes en algo que se antoja como una intentona de relevo generacional o el posicionamiento de nuevos grupos de poder. Algunos ejemplos están a la vista otros en incubación o no tan visibles.
En las últimas semanas y por diversos frentes el pasado vuelve a poner en las noticias a figuras de la talla del diputado Manlio Fabio Beltrones, el presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Raúl Padilla López, el ex secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna, y el ex presidente del PRI en el D.F., Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Y en otro terreno la guadaña se pasea por el cuello de los gobernadores Eruviel Ávila y Egidio Torre.
Como se sabe, un poderoso liderazgo cayó con la detención de Elba Esther Gordillo. De los cuatro mencionados en primer término uno sigue en manos de la PGR, a otro le están buscando la manera y los otros dos ven reaparecer en algunos medios viejas historias que los han perseguido por muchos años.
En política no suele haber coincidencias. De pronto vuelven al escenario añejos asuntos que se creían superados: otra vez se habla de los supuestos vínculos de Manlio Fabio con el narcotráfico, sin la menor evidencia lo relacionan con la red de "moches" que aseguran promueve su colega el coordinador parlamentario del PAN, Luis Alberto Villarreal.
A tal grado llegaron las presiones que la semana pasada el presidente Peña Nieto tuvo que hacerle un notorio reconocimiento en una gira por Sonora, el estado que Manlio gobernó. Y cómo no, si de por medio están las reformas impulsadas por el gobierno que en parte se han logrado por los buenos oficios del diputado sonorense.
Pero muchos desde ahora están preocupados por lo que sucederá con Manlio el próximo año que deje de ser diputado, pues no pocos se preguntan qué harán con una figura de ese nivel. ¿Al partido? ¿Al gabinete? ¿Al Servicio Exterior? Porque no parece que la banca sea su destino.
Raúl Padilla López ha controlado la universidad de Guadalajara en los últimos 25 años y desde ahí ha creado un inmenso poder que alcanza los tres poderes, hace unas semanas el periódico Reporte Índigo publicó un viejo archivo de los años 70 y 80 cuando dirigía la Federación de Estudiantes de Guadalajara y el remate vino con la publicación en una revista de espectáculos de unas fotografías en las que aparece al lado de la actriz Itatí Cantoral, a quién la publicación califica de bígama, tema que fue acompañado por notas de diarios locales sobre los apoyos económicos a favor de Itatí que salieron de las arcas de la universidad tapatía.
Por la misma vía de los expedientes desempolvados le cayeron a palos a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, tras la difusión de un reportaje sobre un tema que se conoció hace varios años, tuvo que dejar la presidencia del PRI capitalino.
Por su parte, Jesús Reyna cayó en desgracia por sus aparentes vínculos con los Caballeros Templarios, luego de desempeñarse como secretario de Gobierno y gobernador interino de Michoacán. No era nada nuevo, actores de todos los tamaños lo habían advertido, la respuesta fue nombrarlo gobernador y regresarlo a la secretaría de gobierno.
Las cosas no paran ahí, en el Estado de México pareciera que los pronósticos que aseguraban que Eruviel Ávila no terminaría el sexenio están tocando la puerta, sus defensores afirman que está más seguro que nunca, que goza de la simpatía del presidente; que desde la elección se acordó un relevo.
El hecho es que entre la inseguridad que azota a la entidad y los encontronazos políticos el tema no deja de comentarse, inclusive hasta se han mencionado nombres para relevarlo, en algunos casos pensando en una jugada para la presidencial del 2018.
Tamaulipas es otro caso, la grave inseguridad que sufre el estado ha sido acompañada de versiones que aseguran se valoraría la posibilidad de enviarle un comisionado al estilo Michoacán. No son pocos los que advierten que este tradicional bastión priista se encuentra en riesgo para la elección estatal por lo que buscan la manera de recuperar el terreno que viene ganando la oposición.
No cabe duda que hay temas propios de las circunstancias que se viven en el país que obligan a tomar decisiones para superar crisis como la de Michoacán, pero algunos acontecimientos hacen mirar al pasado. Seguramente es una idea equivocada, pero diera la impresión de que está en marcha un plan para terminar con liderazgos que por muchos años han ejercido control de grupos, instituciones y clanes y el camino más fácil es el del desprestigio, porque para ser coincidencias son muchas.
Existen liderazgos nacionales que tienen fortaleza y algunos regionales que controlan casi todo, en el PRI lo saben y se observa que hay quienes buscan una nueva clase o generación que apunte hacia los próximos años, por lo menos los siguientes dos sexenios.
El gobierno de Peña Nieto cada vez se parece más al de Salinas de Gortari. Ojo no me creo que sea el poder tras el trono, pero sí un asesor importante al que escucha el presidente. La experiencia me dice que aún el más débil de los mandatarios, que no es el caso, cuando se sienta en la silla no quiere tutores. Es el caso del presidente pero también de algunos de los suyos como Luis Videgaray, quién dicen cada día hace menos caso a su mentor Pedro Aspe.
El Grupo Atlacomulco ha tenido proyecto y ahora que está en el poder, no lo entregará sin más, así sea liquidando a los compañeros de partido. Van por todo y con todo, el ejemplo está siendo Michoacán, si mantener los controles le exige pasar sobre Reyna y Vallejo, así lo harán. Peña Nieto es pragmático y Castillo quiere el poder en el Estado de México, en la PGR o en lo que venga.
Es verdad, desde el poder se pueden hacer muchas cosas, pero no todas. Manlio se ha entendido con el presidente, hay elementos para creer que incluso tienen una comunicación fluida, pero los laterales son los que no se sienten cómodos, lo ven rejuvenecido y aunque diga que ya se fueron los tiempos en que pudo ser presidente esa ilusión no desaparece, pregunten a Cuauhtémoc Cárdenas si con sus 80 años deja de soñar con Los Pinos.
Raúl Padilla controla los centros de poder más importantes de Jalisco y algunos núcleos de la cultura nacional. En su estado los priistas desde hace tiempo lo quieren retirar. El gobernador Aristóteles Sandoval también viene de las filas de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, pero no se han entendido. El gobernador ha ganado terreno ante el gobierno federal que al principio lo vio pequeño y hasta le mandó un posible relevo; al parecer superó la cuesta.
Cuauhtémoc Gutiérrez tiene al mundo encima, pero hasta hoy no se ha presentado ninguna demanda en su contra por las atrocidades que le achacan; le buscan y le buscan, pero no encuentran soporte legal a las acusaciones. El “Príncipe de la Basura” no está liquidado, el problema para el PRI será si no tiene elementos jurídicos para expulsarlo o peor aún, para evitar su regreso a la presidencia del priismo capitalino.
De lo que no hay duda es que en el PRI no existe la menor intención de volver a entregar el poder, tienen claro que necesitan mantener la mayoría en la Cámara para la próxima legislatura y retener la mayor cantidad de gubernaturas si quieren continuar como la primera fuerza política en el 2018 y para ello harán todo lo necesario.
Salinas de Gortari buscó un relevo ideológico y generacional que fue impedido por los magnicidios, la corrupción y el levantamiento armado. ¿Hasta qué gradó los grupos internos de resistencia lo impidieron? Nunca lo sabremos. ¿Estamos ante un nuevo plan de quiebre en las estructuras del PRI? El tiempo lo dirá, la historia nos dice que caminos similares siguieron Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Pero también que Salinas de Gortari no lo consiguió.
jnaveja@hotmail.com

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