jueves, 10 de abril de 2014

El gobierno secreto del IV Reich

Altos jerarcas y espías nazis dirigieron un ejército mundial paralelo bajo la protección de la CIA

Por Miguel Pedrero
Última actualización 26/03/2014@19:04:08 GMT+1
Investigaciones judiciales, revelaciones periodísticas y confesiones de primeros ministros y jefes de servicios secretos destaparon el mayor secreto de las últimas décadas: la existencia de un superejército y un gobierno mundial paralelos, dirigidos por antiguos nazis y fascistas, en cuya cúspide se encontraba el servicio secreto de EE UU. Golpes de estado, atentados terroristas y asesinatos políticos, aparentemente sin conexión entre sí, en realidad respondían a una estrategia común coordinada por la CIA. 
El 27 de octubre de 1990, el entonces primer ministro de Italia, Giulio Andreotti, realizó un comunicado oficial que removió las estructuras políticas de Occidente. «Después de la Segunda Guerra Mundial, el miedo al expansionismo soviético y la inferioridad de las fuerzas de la OTAN con relación al Kominform (Pacto de Varsovia), condujeron a las naciones de Europa Occidental a idear nuevas formas de defensa no convencionales, creando en sus territorios una red oculta de resistencia destinada a actuar en caso de ocupación enemiga. Su misión: recoger información, cometer operaciones de sabotaje, propaganda y actos de guerrilla. A raíz de los recientes y significativos sucesos que han transformado Europa del Este (como la caída del muro de Berlín), el Gobierno se ha impuesto reconsiderar todas las disposiciones en materia de guerra no ortodoxa…».
En realidad, Andreotti se estaba refiriendo a los stay-behind, una serie de ejércitos paralelos existentes en el seno de Europa Occidental, creados y coordinados por la CIA en el más absoluto de los secretos. Eso sí, el primer ministro pasó por alto que los líderes de estas organizaciones eran antiguos militares nazis, muchos de ellos con horribles crímenes de guerra a sus espaldas, los cuales habían sido protegidos por la CIA y otros servicios secretos occidentales. Tampoco dijo una palabra sobre los asesinatos políticos, atentados y operaciones de desestabilización que estos exnazis llevaron a cabo en la Vieja Europa, siempre bajo el control de la inteligencia estadounidense.
 LA ESTRATEGIA DEL TERROR
Tras la II Guerra Mundial, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, sus siglas en inglés) estadounidense, antecesora de la CIA, y la Agencia para la Coordinación de Objetivos de Inteligencia (JIOA, sus siglas en inglés) de EE UU, pusieron en marcha una magna operación, bautizada como Proyecto Pisapapeles, para borrar el pasado nazi de militares, científicos y agentes secretos del III Reich, con el objetivo de incorporarlos a las filas de Occidente para hacer frente a la amenaza de la URSS. Muchos de ellos pasaron a dirigir y engrosar las filas de los stay-behind, y otros tantos fueron trasladados a Latinoamérica para colaborar con las dictaduras fascistas sostenidas por EE UU. Estos antiguos militares del III Reich pusieron en marcha una serie de redes de espionaje y escuadrones de la muerte, que acabaron incorporándose a la llamada Operación Cóndor, una estrategia conjunta de los servicios secretos de las dictaduras latinoamericanas, entre finales de los 60 y principios de los 90, cuyo fin era eliminar a líderes izquierdistas, sindicalistas, periodistas y políticos que no comulgaban con esos gobiernos totalitarios.
La Operación Cóndor, como no podía ser de otro modo, estaba coordinada por la CIA. Gracias al Proyecto Pisapapeles, los mejores científicos del III Reich se convirtieron en ciudadanos estadounidenses sin atisbo de su pasado nazi… (Continúa en AÑO/CERO 285).

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