domingo, 1 de diciembre de 2013

Primer aniversario del #1DMx


Primer aniversario del #1DMx

Este domingo se cumple un año de las protestas contra la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como presidente de la República, cuando las policías federal y capitalina respondieron con brutalidad contra los manifestantes y hubo decenas de detenciones arbitrarias.
Hasta ese momento, las manifestaciones contra el candidato priísta habían tenido un carácter pacífico. A pesar de eso, desde una semana antes del primero de diciembre, se estableció un cerco policiaco-militar del Palacio Legislativo de San Lázaro, coordinado por el Estado Mayor Presidencial: rodearon con vallas metálicas y cortaron la circulación por numerosas vías alrededor del recinto; también cerraron dos estaciones de Metro
El día primero, miles de uniformados fueron desplegados.
Este fue el contexto en el cual inició la jornada de la toma de posesión.
Los manifestantes comenzaron a llegar a las inmediaciones de San Lázaro desde muy temprano en la mañana. Había una presencia muy variada de organizaciones y movimientos sociales: maestros de la CNTE, miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), integrantes de #YoSoy132 y un grupo de anarquistas, entre muchos otros.
Los primeros enfrentamientos comenzaron poco antes de las siete de la mañana, con unos pocos del lado de los manifestantes lanzando objetos a la policía detrás de las vallas que resguardaban el Palacio Legislativo de San Lázaro. A lo largo de toda la jornada, la gran mayoría de los manifestantes protestó de manera pacífica. Fue una minoría la que se enfrentó a los agentes, rompió ventanales de hoteles y tiendas, y destruyó teléfonos públicos, paradas de camiones y más inmobiliario urbano, sobre todo a lo largo de avenida Reforma y la Alameda Central.
De regreso a San Lázaro: en las primeras horas, agentes de la Policía Federal hirieron de gravedad a dos manifestantes, Uriel Sandoval y Juan Francisco Kuykendall, el primero perdió el ojo derecho y el segundo parte del cerebro, por lo que ha seguido delicado todo este año, entrando y saliendo del hospital. Sandoval fue alcanzado por una bala de goma y Kuykendall por un proyectil de gas lacrimógeno disparada de una corta distancia, desde atrás de la valla metálica, como muestra este video.
La protesta en las inmediaciones del cerco a San Lázaro se llevó a cabo en medio de mucha confusión y nubes de gas lacrimógeno y pimienta. Algunos contingentes, como el del FPDT, intentaban disuadir a quienes continuaban enfrentando a la policía.
Se documentó la presencia de infiltrados entre los manifestantes.
El reportero Emir Olivares reportó que sujetos vestidos de civil que estuvieron con la Policía Federal también se encontraban esa madrugada en el Monumento a la Revolución, previo a que partiera un contingente de #YoSoy132.
Finalmente, algunos de los contingentes se dirigieron al centro histórico. Hubo quienes se fueron hacia Palacio Nacional, pero ya para entonces las calles aledañas al zócalo estaban cercadas por la policía capitalina.
Sobre el eje Lázaro Cárdenas y la Alameda Central ocurrieron los más fuertes enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Un pequeño grupo de jóvenes lanzó objetos incendiados hacia la policía, inició un pequeño incendio frente al Sanborns de la Alameda y rompió ventanales. La policía respondió con violencia, lanzó piedras y comenzó a detener a gente indiscriminadamente, sobre todo a quienes intentaban registrar los hechos o defender a quienes eran detenidos.
Ese día 103 personas fueron arrestadas; se trataron, en su gran mayoría, de detenciones arbitrarias (ver video). Setenta fueron consignadas, y la mayoría salió libre días después. Quedaron 14 personas en prisión, las cuales salieron el 27 de diciembre, sin embargo continuaron bajo proceso judicial.
Los 14 pudieron salir de la cárcel en gran medida gracias a la movilización que se llevó a cabo para ese fin, que incluyó exigir la derogación del Artículo 362 del código penal local, que penaliza los ataques a la paz pública. Fue gracias a la modificación de esta ley que lograron ser liberados.
Un policía capitalino ofreció su testimonio a nuestro columnista Julio Hernández López. El agente le dijo “que varios de los destructores del Centro Histórico llevaban un guante negro con los dedos cortos y algunos no sabían ni pintar el símbolo de los anarquistas, que las cámaras del Centro de Control y Comando (C2) se han quedado inexplicamente inutilizadas para saber qué paso ese día” .
Ver primera y segunda parte de la entrevista de Hernández López con el policía.
2 de octubre
A partir de ese día, las manifestaciones han estado acompañadas de un excesivo despliegue policial y bajo la siempre latente posibilidad de que haya actos violentos.
Esto ocurrió el 2 de octubre: una multitudinaria marcha para conmemorar el 45 aniversario de la masacre de Tlatelolco, transcurrió casi en su totalidad de modo pacífico, desde la Plaza de las Tres Culturas hasta el Ángel de la Independencia. Sin embargo, la policía de nuevo tuvo una respuesta desmedida contra un pequeño grupo de manifestantes violentos a la altura de avenida Juárez. Ver video de la marcha y de la respuesta policial.
Los motivos y las incógnitas
Lo que quedó perdido, entre las noticias policiales del primero de diciembre de 2012, fueron los motivos de las protestas contra Peña Nieto. Estaban ahí para protestar contra la asunción de un presidente que cuando fue gobernador mexiquense ordenó la represión en mayo de 2006 contra los habitantes del pueblo de Atenco y quienes lo respaldaban. Estaban ahí para manifestarse contra el retorno del PRI y contra la corrupción. Había quienes enarbolaban un rechazo más generalizado, al modelo neoliberal y a la clase política que sienten que no los representa.
En la editorial de este diario, del 2 de diciembre, se lee: “Las lamentables confrontaciones de ayer (…) tienen como telón de fondo un encono social que ha sido privado de cualquier cauce legal de expresión”.
Más adelante se lee: “Ni las bombas molotov ni la brutalidad policial benefician a ninguno de los protagonistas abiertos y asumidos de la escena política ni al país en general y es por ello necesario despejar los muchos puntos oscuros que arrojan las lamentables confrontaciones ocurridas ayer”.
Un año después, siguen sin despejarse muchos de esos puntos oscuros.

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