lunes, 15 de julio de 2013

La "guerra química" en Siria

La "guerra química" en Siria

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Rusia presentó ante los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU pruebas irrefutables del uso de armas químicas por parte de los rebeldes de la oposición siria.

Lo informaron el titular del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el representante permanente de nuestro país ante Naciones Unidas, Vitali Churkin. El informe correspondiente fue entregado a los representantes oficiales del gobierno estadounidense. De ese modo, uno de los temas más agudos del conflicto civil en Siria puede ser cerrado, si para ello los líderes occidentales tienen voluntad política.
Pero, ese asunto no es tan fácil. En Washington aseguran estar estudiando la información proporcionada por los expertos rusos, sin embargo, siguen reprochando a Moscú el supuesto bloqueo de la investigación de las circunstancias del uso de armas químicas en Siria. Parece ser que los partidarios de medidas duras contra el régimen de Bashar Asad no tienen intenciones de entregar esa partida sin pelear.
En respuesta a numerosas acusaciones sin pruebas por parte de los líderes occidentales contra el actual gobierno sirio de usar armas mortíferas, Rusia propuso hablar con el lenguaje de los hechos. Según lo dicho por Vitali Churkin, los peritos establecieron inequívocamente que el 19 de marzo los rebeldes usaron en Alepo la substancia tóxica sarín, lo que causó la muerte de casi treinta personas. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, habló detalladamente sobre los resultados de la investigación:
—Nuestros expertos recogieron las muestras y las estudiaron in situ en los laboratorios certificados por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y llegaron a la conclusión de que el proyectil y el gas sarín que contenía son de fabricación casera. Ahí hay conclusiones absolutamente precisas, inequívocas, referentes a que las características tanto del proyectil, como del propio sarín no corresponden a los patrones que se utilizan en la producción industrial. Según nuestros datos adicionales, el proyectil y esa substancia fueron fabricados en febrero de 2013, en el territorio sirio que en ese entonces se encontraba controlado por el Ejército Libre de Siria, por uno de los grupos afiliados a ese Ejército.
Dicha información no será del agrado de todos, y en primer lugar de aquellos quienes están interesados en convencer al mundo de lo contrario. Y esos no son pocos. Por ejemplo, los cabilderos políticos y militares en algunas naciones occidentales y orientales, que están interesados en impulsar la decisión sobre los suministros de armas a la oposición siria. Y no solo se trata de una cuestión geopolítica, sino también financiera. A la luz del reciente veto del Parlamento estadounidense de la iniciativa correspondiente del presidente Barack Obama ya apareció la declaración del portavoz del Pentágono, George Little. El funcionario dice que EEUU sigue buscando las posibilidades para otorgar ayuda militar a los rebeldes sirios. El convencer a la comunidad internacional de las “brutalidades” de Bashar Asad les conviene también a quienes buscan “molestar” a Moscú afirmando que Rusia protege al régimen criminal. La oposición siria asimismo está muy interesada en ocultar sus acciones culpando de ellas a sus oponentes. Es otro argumento a favor de la necesidad de otorgar ayuda militar extranjera a “los luchadores por la libertad”.
Mientras tanto la lógica más elemental indica que al único “jugador” de ese prolongado drama al que no le conviene el uso de las armas químicas por las tropas gubernamentales es al propio Bashar Asad. Las unidades del ejército consiguen evidentes victorias y los golpes puntuales con clases de armas prohibidas, cuyas secuelas son prácticamente imposibles de ocultar, habrían puesto fin a su carrera política y arruinado todas las iniciativas internacionales de paz. Pero, Asad no es un suicida.
Cabe señalar que en estos días apareció una declaración bastante inesperada desde Londres. En el informe publicado por la Comisión de Inteligencia y Seguridad de la Gran Bretaña se menciona que en el caso de ser derrocado el régimen de Bashar Asad, las reservas de armas químicas ubicadas en el territorio del país pueden caer en manos de los rebeldes y los terroristas, lo que puede causar consecuencias desastrosas. Al mismo tiempo la prensa suiza ha publicado información que refuta las declaraciones del titular del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien acusó a Damasco de usar sustancias prohibidas. De ese modo, con un enfoque de buena fe ante los hechos y el anhelo de ser objetivos, las intrigas políticas en torno al sarín y otras substancias tóxicas, deben por fin dar lugar a las iniciativas constructivas. Sin embargo, por ahora hay poco de ese deseo entre aquellos quienes aspiran a toda costa quitarle a Siria a su gobierno legítimo y acabar por sumir al país en el caos. Y en el juego geopolítico grande y no del todo honesto los partidarios de las duras medidas de fuerza siguen tomando en cuenta los intereses del pueblo sirio al último.
vg/as

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