miércoles, 24 de julio de 2013

El tercer mundo es invisible

El tercer mundo es invisible

El tercer mundo es invisible

En el marco de la XVIII Feria Internacional del Libro de Lima, inaugurada en esta ciudad el 19 de julio pasado, el escritor puertorriqueño Eduardo Lalo, reciente ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, ofreció una rueda de prensa en la que explicó uno de los recursos de la nueva política colonial que las grandes potencias aplican en varias partes del mundo.

Además del papel que desempeñan los medios de comunicación masiva que difunden una “modernidad” en el marco del proceso de globalización con el objetivo de destruir la identidad y cultura de los pueblos, abordado en La identidad cultural como arma de independencia, Lalo habló detalladamente de otra herramienta de dominación, que denominó como “la invisibilidad” de los países del tercer mundo en el mundo occidental.
Y lo hizo partiendo del ambiente que reina en San Juan, capital de Puerto Rico, representado en sus obras, que exploran aterradores aspectos de la condición humana, puesto que la literatura no solamente está asociada con el éxito de las personas sino también con su dolor, derrotas, fracasos, pérdidas entre otros.
Durante su exposición se percibió el desencanto sobre la sociedad puertorriqueña, sobre cómo su gente ve el mundo, sobre la frivolidad y el espectáculo que representan los moles y la comida chatarra, o sea una crítica al dolor de un país.
“San Juan es una condición, hay que entender que la situación de Puerto Rico es particular porque vivió la globalización antes incluso de que el término existiera y que existieran las formas de resistencia a este fenómeno de nuestro tiempo”, dijo Lalo.
Destacó que las fuerzas económicas que convergieron en San Juan destruyeron dramáticamente esta ciudad, pero pese a ello el pueblo puertorriqueño no renuncia a su propia identidad, por lo que se considera pueblo de la cultura de la resistencia y subsistencia.
“El área metropolitana de San Juan es la típica ciudad latinoamericana como Lima, que es enorme, que envuelve mucho de lo que es específicamente San Juan como espacio político, pues es dos veces del tamaño de París, lo único que es una ciudad ‘desierta’, es una ciudad vacía, hay gente pero está en los interiores, los espacios públicos han sido abandonados debido a la influencia de esta proto-globalizac ión que alteró la vida en la ciudad, la convirtió en una privatización del espacio. Esto es un fenómeno muy común en el mundo que cada vez está afectando más a todas las sociedades”, precisó el escritor latinoamericano.
“Escribo para reivindicar nuestro derecho a la tragedia, y esto, por lo menos para mí, es la literatura. Los griegos son también puertorriqueños, los puertorriqueños son también griegos, es decir toda esa tradición trágica que es un género en el que la condición humana está metida con una intensidad a veces casi inaguantable, es una dignificación del dolor”, apuntaló Lalo, destacando que la invisibilidad es la condición más generalizada de la humanidad.
Estamos aquí en América Latina, continuó el escritor puertorriqueño, una región que para Occidente es la visibilidad máxima de carácter periférico y después están todos los grados de periferia e invisibilidad, porque a lo mejor Perú no está en el tope pero tampoco está en el último lugar.
“Uno podría venir del Caribe o Centroamérica y tener mucho menos visibilidad. Pero también se da invisibilidad dentro de los mismos países. Por ejemplo (…) más del sesenta por ciento del Perú es Amazonas, pero dile eso a un turista estadounidense o a cualquier otro turista que llegue a este país, (no lo creerán) pues, para ellos Perú es el Machu Picchu y nada más”, apuntaló, subrayando que en este caso concreto hay dos formas de invisibilidad.
Como otro caso de invisibilidad citó el hecho de que el pintor puertorriqueño Francisco Manuel Oller y Cestero, que viajó a París poco después de la mitad del siglo XIX, época del nacimiento del impresionismo, no haya sido reconocido mundialmente.
“Oller no aparece en ninguna historia oficial, ni siquiera es mencionado en la historia del arte. No solo fue un pintor importante que tiene toda una obra impresionista que se conserva parcialmente, sino también es él quien llevó a casa de Camille Pissarro a Paul Cézanne, hecho consignado en el diario del mismo Pissarro, y tras este encuentro nace el arte moderno”, recordó.
Otro caso fue el de los inmigrantes puertorriqueños. El escritor latinoamericano criticó que en el Museo de la Inmigración de Ellis Island no haya una sola mención a un puertorriqueño, pese a que Puerto Rico es uno de los pocos países del mundo que tiene más de la mitad de su población fuera del país y la mayoría radica en EEUU.
“¿Esto quiere decir que el dolor de un puertorriqueño, que salía del campo en los años cuarentas y cincuentas, de un campesino que salía de una finca de la cordillera central puertorriqueña, que tomaba un vapor o un avión de carga para llegar a Nueva York a trabajar en una fábrica y ser explotado vilmente y sufrir todo tipo de crímenes, vale menos que la de un polaco, que la de un alemán, un italiano, sueco, irlandés o mexicano?”, se preguntó.
Como podemos observar, la invisibilidad es un elemento del neocolonialismo, en la que está oculta esa ley colonial mediante la cual se coloca a una nación en el lugar que el discurso del poderoso establece para poder paulatina y sutilmente colonizar sus territorios.
rz/as
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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