viernes, 26 de julio de 2013

Armas climáticas: ¿mito o realidad?

Armas climáticas: ¿mito o realidad?

Американские военные хотят подчинить гром и молнию

Los servicios secretos de EEUU muestran un acentuado interés por controlar el clima. La CIA encargó realizar el correspondiente estudio a la Academia nacional de ciencias, lo cual generó sospechas de que este país tiene planes de desarrollar armas climáticas ofensivas.

Para estos fines, la CIA asignó seiscientos treinta mil dólares y un plazo de veintiun meses, durante los cuales científicos deben evaluar las posibilidades del hombre para influir sobre el clima y las amenazas que ello pueda implicar para la seguridad nacional.
El perfil del estudio de por sí no debería preocupar, pero su financiación con cargo a los recursos de la CIA da motivos para suponer que en realidad, EEUU busca el objetivo de idear armas climáticas.
Esta suposición es bastante difícil de analizar. La mayoría de los expertos entrevistados por La Voz de Rusia, renuncian hacer comentarios sobre este tema, pero nadie ha negado que los militares a escala planetaria desde hace tiempo aspiran tener este tipo de arma. Comenta la situación el director del Instituto de análisis político y militar, Alexánder Sharavin:
–Creo que hace más de cincuenta años los mayores Estados del mundo empezaron a realizar investigaciones en materia de armas climáticas. Algunos registraron mayores avances, otros menores. Se conocen los casos de control del clima. El quid del problema no estriba en la posibilidad de controlar el clima, sino en los eventuales efectos que tal control pueda acarrear. Lo más difícil es pronosticar el resultado. Por lo tanto, a mi modo de ver, las actuales investigaciones no buscan desarrollar un arma climática. De ahí que las sumas asignadas por la Administración de EEUU sean bastante modestas. Son centenares de miles de dólares, evidentemente insuficientes para idear un arma conceptualmente nueva.
Mientras tanto, durante la guerra de Vietnam EEUU recurrió a las técnicas de modificación del clima con fines militares. Aquella operación tuvo el nombre en clave Popeye (Espinaca): durante la temporada de lluvias, aviones estadounidenses dispersaron yoduro de plata, lo que trajo como consecuencia la triplicación de las precipitaciones y el aumento de la temporada de lluvias en un 50 %. Como resultado, los senderos y caminos silvestres por los que a los guerrilleros recibían armas y municiones, pasaron a ser todo un fango.
Pero pronto se aclaró que tales métodos de conducción de la guerra eran muy costosos, mientras sus efectos duraban muy poco. De todas formas, hasta hoy muchos están convencidos de que EEUU es capaz de emplear las técnicas de modificación ambiental con fines hostiles. En septiembre pasado, sin ir más lejos, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad manifestó que los enemigos provocaban sequía en la República Islámica. Anteriormente, el difunto líder de Venezuela, Hugo Chávez, había acusado a EEUU de estar implicado en los terremotos ocurridos en China y Haití en 2010.
Algunos expertos rusos mencionaban la Estación HAARP (EEUU) como causante del calor anómalo en el verano de 2010, recuerda el director del Centro de Programas Climáticos, dependiente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Alexéi Kokorin:
–Hablando en rigor, la estación HAARP emplazada en Alaska es un enorme horno microondas. Y cuando en julio de 2010 en Moscú hizo un tremendo calor, algunos atribuían este fenómeno a las emisiones de HAARP. Partiendo de sus parámetros técnicos, tal estación es capaz de abrir un hueco en las nubes incluso a gran distancia. Otra cosa es que en julio de 2010 no se registraron emisiones algunas de HAARP.
La estación HAARP no es un proyecto único en su género. Dispositivos similares de investigación ionosférica funcionan también en otros países, por ejemplo, en la provincia de Nizhni Nóvgorod (parte europea de Rusia), para ser más concretos. La única diferencia reside en que una parte de datos obtenidos por HAARP se consideran clasificados, mientras el propio proyecto es financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de EEUU, circunstancia que, por lo visto, contribuyó a demonizar la imagen de dicha instalación. Sea como fuere, hace poco la estación HAARP fue cerrada debido a la escasez de finanzas.
ach/lj/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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