martes, 18 de junio de 2013

República Checa: ¿dimitirá la corrupción?

República Checa: ¿dimitirá la corrupción?

Премьер-министр Чехия Петр Нечас

La conclusión natural del escándalo de corrupción en la República Checa que involucró a exdiputados del Parlamento por el gobernante Partido Democrático Civil, así como al jefe del gabinete del gobierno, fue la dimisión del primer ministro Petr Nečas. El presidente de la república ya aceptó su renuncia.

Recientemente, este importante funcionario checo realizó una visita oficial a Rusia, valorada como altamente fructífera por ambas partes. ¿Qué comentan en Moscú sobre la presente situación, en la que se vio involucrado su reciente huésped? El director del Instituto de Asuntos Económicos y Políticos, Borís Shmeliov, nos comenta:
Esta dimisión nos ha sorprendido a todos, porque teníamos la impresión de que en la República Checa existían profundas tradiciones democráticas, que no debían dejar lugar a semejantes cuadros de corrupción. Es cierto que Bruselas advirtió en varias ocasiones sobre la situación creada, invitó infructuosamente a tomar medidas. La reacción habla por sí sola: el presidente tomó la única solución correcta posible, al destituir al jefe del gabinete que procedió inadecuadamente. En las altas esferas gubernamentales solo hay espacio para individuos de “manos limpias”. Naturalmente, la corrupción existe en todas partes de Europa. Pero la situación de la República Checa se destacó por la dureza de las medidas aplicadas. Ni en Bulgaria, ni en Rumanía, y en Rusia se aplican comúnmente medidas tan drásticas, por lo general, en estas situaciones suelen “tirarle la toalla” a los implicados. Pero en esta ocasión la reacción fue rápida y operativa. Basó una sospecha de corrupción para la dimisión del primer ministro. Esto, dicho sin rodeos, honra a la República Checa, a su estructura política, capaz de depurarse a sí misma. En ello veo una revelación de las normas de la democracia, que castiga severamente a quien se aparta de ellas. Las altas esferas del gobierno, al igual que a esposa de César, deben estar libres de cualquier sospecha…
En Praga las cosas se ven de otra manera. Nos comunicamos con el comentarista de la radio y la televisión checa Libor Dvorzhak:
Confieso sentirme avergonzado por lo que sucede en nuestro país. El propio hecho de que el jefe del gabinete del primer ministro pudiese dar órdenes a los militares y a los servicios especiales resulta increíble. Respecto a la corrupción que implicó a tres exdiputados del Partido Democrático Civil, que recibían comisiones de las compañías estatales por realizar campañas a favor o en contra de determinadas leyes, esto es algo más común. Pero siento vergüenza por Petr Nečas, político experimentado, miembro del PDC desde 1991. ¿Cómo no percibió la realidad política, por qué, al igual que en cualquier país democrático normal, no dimitió inmediatamente, al ver lo que había sucedido en su entorno? Él incluso dijo al principio que no veía razones para su dimisión, que confiaba totalmente en su “mano derecha”, su jefa de despacho? Luego, durante todo el jueves se escondió, estaba inaccesible. Y solo cuatro días después comprendió cómo le correspondía proceder.
−¿Según Usted, cuál es la raíz de este escándalo? Los culpables son funcionarios corruptos aislados o se trata de un sistema implementado para que funcione de ese modo?
Lamentablemente, la culpa la tiene una práctica de corrupción muy difundida en la República Checa, que es vista por todos como algo normal. Durante los debates televisivos de ayer fue expresada la idea respecto a este “acercamiento racional” a la vida política. Y por ello cualquier checo comprende hoy en día: la política, al igual que la propia vida, está literalmente impregnada de corrupción. No puedo imaginar siquiera cómo acabar con ella.
−¿Qué sucederá en lo adelante? ¿Quién conformará el nuevo gobierno?
Lo sabremos bien pronto. Es probable que el PDC se las ingenie para librar con una sola víctima, Petr Nečas, y el ministro de Industria y Comercio, Martin Kuba, ocupará el puesto de primer ministro, en correspondencia con los deseos de la coalición de derecha. La oposición tiene otros planes. Ella exige unas elecciones anticipadas al parlamento. Pero la pregunta más importante es la siguiente: ¿Qué medidas tomará en la actual situación el presidente Miloš Zeman? Durante los cien días de su gobierno, ha demostrado su disposición a asumir más prerrogativas que las otorgadas por la constitución.
−¿Será el nuevo gobierno un garante contra la corrupción?
Me temo que no existe garantía alguna, este mal ha mellado en todos los partidos políticos. Pero, por otro lado, no seamos pesimistas. La policía y el juzgado demostraron un valor verdadero. Supieron mostrar (y esta es una nueva tendencia en nuestra política) su independencia, al lanzarse contra la cúpula de la pirámide del poder de la República Checa.
fs/as/er

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