viernes, 28 de junio de 2013

Histórico avance migratorio en EU; avalan reforma en Senado

Histórico avance migratorio en EU; avalan reforma en Senado

La iniciativa que podrá beneficiar a 11 millones de indocumentados también deberá ser aprobada por representantes

28/06/2013 06:13 José Carreño figueras/ Enviado
Histórico avance migratorio en EU; avalan reforma en Senado

WASHINGTON, 28 de junio.— Considerado como un paso histórico en Estados Unidos, el Senado de ese país aprobó por 68 votos contra 32 una propuesta bipartidista de reforma migratoria que podrá beneficiar a 11 millones de indocumentados.
Esa iniciativa, que ahora deberá avalar la Cámara de Representantes, también permitirá el endurecimiento de la seguridad en la frontera con México.
La legislación fue aprobada con el voto de los 54 demócratas que constituyen la mayoría en la Cámara Alta y el respaldo de 14 republicanos.
El plan también incluye la posibilidad de que los indocumentados beneficiados obtengan permisos de trabajo y puedan viajar sin temor a ser deportados.
En un comunicado, la Cancillería expresó el beneplácito del gobierno de México por el avance de esa iniciativa de reforma.
La ley migratoria de EU gana la batalla del Senado
Pasará a la Cámara de Representantes, donde se prevé que la propuesta  enfrente un camino más accidentado.
El Senado estadunidense aprobó por 68 votos contra 32 una propuesta de reforma0 migratoria que ya se califica como “histórica” aunque enfrenta todavía un muy tortuoso camino para convertirse en ley y puede transformarse en un monstruo que, como el de Frankenstein, se vuelque contra sus creadores.
La legislación fue aprobada con el voto de los 54 demócratas que constituyen la mayoría en la Cámara alta y el respaldo de 14 republicanos que rompieron filas, tanto por convicción sobre la importancia de las medida, como por considerar que su partido no puede ni debe continuar enemistándose con la minoría hispana.
La votación no llegó a los 70 sufragios ansiados por los promotores de la ley, pero fue lo suficientemente amplia como para que los partidarios de la legislación consideren que es un mensaje “fuerte” para la Cámara de Representantes, donde se prevé que la propuesta reforma migratoria enfrente un camino más accidentado.
De hecho, medios derechistas vinculados con los republicanos, como la National Review, consignaron de inmediato que portavoces de la mayoría en la Cámara baja descartaron la posibilidad de que la propuesta del Senado sea aprobada por ellos. “El Senado es, en este momento, irrelevante”, dijo el diputado Ted Poe, republicano de Texas que lidera un “consejo” sobre migración que antes encabezó Tom Tancredo.
Pero la reacción de la derecha republicana era esperada y no logró sofocar el entusiasmo del momento.
El voto fue durante una sesión en la que, por rara excepción, el líder de la mayoría, el demócrata Harry Reid, pidió que los asistentes permanecieran sentados y que fue presidida por el vicepresidente Joe Biden, que es presidente de la Cámara alta.
Al momento de que Biden anunciara el resultado del voto, grupos latinos en la galería, especialmente de los llamados “soñadores”, iniciaron un cántico con el lema impreso en sus camisetas azules: “Yes we can” (Sí se puede), el mismo que acompaña desde su principio al movimiento que llevó al actual compromiso.
El cántico fue rápidamente acallado en acatamiento a las reglas de la Cámara, pero la permanencia de los espectadores y la erupción fuera de los recintos congresionales fueron una perfecta alegoría para un movimiento que ha superado obstáculos que parecían insalvables.
El voto de ayer fue la culminación de un proceso que comenzó a su vez con una promesa del presidente Barack Obama, incumplida en su primer periodo y refrendada en su campaña de reelección del año pasado y que le valió, no sólo el 76 por ciento del voto hispano, sino la posibilidad de crear una coalición permanente de minorías étnicas o grupos marginados por los republicanos para el partido demócrata.
La propuesta aprobada fue obra de un grupo de trabajo que conjuntó a cuatro demócratas (Charles Schummer, de  Nueva York; Bob Menéndez, de Nueva Jersey; Richard Durbin, de Illinois, y Michael Bennett, de Colorado) y cuatro republicanos (John McCain, de Arizona; Lindsey Graham, de Carolina del Sur; Marco Rubio, de Florida, y Jeff Flake, de Arizona).
La propuesta de ley tiene más de mil 100 páginas, incluso más de 120 de una medida para “aseguramiento” de la frontera que sus propios autores consideraron como “exagerada”, pero sirvió como cobertura política para asegurar el apoyo de varios senadores republicanos. Con todo, puede no ser suficiente para lograr el respaldo de diputados ultraderechistas republicanos en la Cámara baja.
Schummer hizo hincapié en la solidez demostrada por los 14 republicanos que votaron por la legislación, al recordar que el tema es uno de los más divisivos actualmente en la sociedad estadunidense y eso se refleja en un Congreso brutalmente dividido.
McCain, uno de los copatrocinadores republicanos, bromeó por su parte al recordar que “sabía que algún día saldría de la cárcel”. McCain pasó varios años como prisionero de Guerra en Vietnam del Norte.
“El proyecto de ley bipartidista que fue aprobado hoy (ayer) fue un acuerdo de concesión. Por definición, nadie obtuvo todo lo que quería. Ni los demócratas ni los republicanos, ni yo”, señaló Obama en una declaración divulgada por la Casa Blanca.
“El proyecto de ley del Senado guarda consistencia con los principios clave para una reforma de sentido común que yo, así como muchos otros, hemos expuesto repetidamente”, agregó.
La ambiciosa legislación pretende reformar por completo el sistema migratorio estadunidense, que amigos y enemigos coinciden en que está “roto”, pero la división se encuentra en las soluciones, con la derecha republicana empeñada en propuestas que van de una solución tipo “pogrom” para expulsar a los residentes indocumentados o, en el mejor de los casos, negarles posibilidades de subsistencia para obligarlos a “autodeportarse”, según descripción del ex candidato presidencial Mitt Romney.
El contraste fue establecido por Marco Rubio, senador republicano conservador de padres cubanos inmigrantes que fue uno de los promotores de la idea, para quien “generaciones de sueños sin cumplir puedan llegar a ocurrir... por eso apoyo esta reforma”.
Para Maribel Hastings, una veterana analista sobre política migratoria, con el voto de ayer “se ganó una  batalla pero no la guerra”, en referencia a lo que se considera muy difícil camino que enfrenta la propuesta en la Cámara de Representantes (diputados), donde la oposición es considerable entre la mayoría republicana.
En el análisis de Hastings, la parte positiva de la legislación es que “mantuvo la integridad de una larga y complicada vía a la legalización y eventual ciudadanía de millones de indocumentados que llenen los requisitos estipulados”.
La propuesta incluye la posibilidad de que los indocumentados que entren al programa obtengan permisos de trabajo, podrán viajar “y vivir sin la amenaza de la deportación a la vuelta de la esquina”. La medida, asimismo, mejora significativamente aspectos del sistema migratorio.
Hastings, analista del grupo America’s Voice, subrayó que algunos grupos tendrán un camino más corto a la ciudadanía que los 13 años establecidos para la mayoría, incluso los llamados “soñadores” (Dreamers) y trabajadores agrícolas. Ambos grupos podrán solicitar la residencia permanente al cabo de cinco años: los primeros si tienen título universitario o sirven en las Fuerzas Armadas, y los segundos si continúan trabajando en la agricultura.
Entre lo negativo, sin embargo, advirtió que asignó “fondos y recursos sin precedentes a la frontera”, al dedicar unos 46 mil millones de dólares para completar 700 millas (mil 120 kilómetros) de barda; elevar casi a 40 mil la cifra de agentes fronterizos y adquirir más equipo y tecnología de vigilancia, incluso más aviones no tripulados y helicópteros.
“Las comunidades fronterizas y grupos pro inmigrantes temen que la escalada amenace los derechos civiles y se preste al uso de perfiles raciales”, subrayó la analista. Las medidas de seguridad se instrumentarán en un lapso de 10 años, durante los que permanecerán como “Inmigrante Provisional Registrado” (RPI, por su sigla en inglés), hasta que puedan solicitar su residencia permanente.
Republicanos hacen sentir su influencia
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John A. Boehner, reiteró ayer que para ser aprobada, cualquier propuesta de ley sobre migración deberá contar con el apoyo de la mayoría de la bancada republicana.
La postura de Boehner es conocida en el “principio Hastert”, llamado así por el ex presidente de la Cámara Denis Hastert, uno de los más partisanos en la historia, para quien ninguna legislación podría ser presentada y aprobada sin el apoyo de “la mayoría de la mayoría”.
El precepto como tal deniega uno de los principios de gobierno estadunidenses: la posibilidad de que legisladores de ambos partidos formen una mayoría aunque no exista el respaldo de la  mayoría de gobierno.
La mayoría republicana consta actualmente de 234 miembros, pero 170 de ellos son parte del llamado “Grupo de Estudios Republicano”, que prácticamente es un “guardián de la pureza ideológica” y de los principios conservadores.
Para mantenerse como presidente de la Cámara, Boehner necesita el respaldo de ese grupo, pero a costa de reducir sus espacios de negociación.
La mayoría de los republicanos de la Cámara han rechazado el proyecto de ley del Senado de proporcionar suficientes medidas de seguridad fronteriza y de ser demasiado generoso con los inmigrantes indocumentados.
De acuerdo con The Washington Post, el diputado republicano Peter Roskam, un coordinador de voto de la mayoría, afirmó ayer que el proyecto del Senado es una “quimera” que no va a llegar a una votación en la Cámara.
México da la bienvenida a aprobación
El gobierno de México se congratuló por la aprobación en el Senado estadunidense ayer de una histórica reforma migratoria que llevaría a la legalización de 11 millones de indocumentados, de los cuales más de la mitad son mexicanos.
México “da la bienvenida al avance que representa la aprobación por el Senado de Estados Unidos de una iniciativa de reforma migratoria integral en  ese país”, dijo en un comunicado la cancillería mexicana.
La reforma aprobada en el Senado será enviada a la Cámara de Representantes y podrían pasar meses antes de que el texto definitivo sea promulgado por el presidente estadunidense Barack Obama.
La cancillería destacó que la importancia de la eventual legislación radica  en que “tendría el potencial de mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos que viven actualmente en Estados Unidos”.
Además, “generaría un ambiente más favorable para su desarrollo y el respeto a sus derechos, así como para potenciar sus significativas contribuciones a las comunidades donde residen”, añadió la cancillería.

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