martes, 25 de junio de 2013

El Consejo de Europa: desde Siria hasta los Derechos Humanos

El Consejo de Europa: desde Siria hasta los Derechos Humanos

ПАСЕ

La agenda de las sesiones de verano de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa tiene una extensión sin precedente. Al respecto de la agenda, comentarios de nuestro observador Piotr Iskendérov.

Si hojeamos la enumeración de puntos planificados para los futuros debates, da la impresión que precisamente el Consejo de Europa y no la ONU, o, el G-8, en mayor medida es responsable de los destinos del mundo. Siria e Irán, corrupción y “cooperación con Marruecos”, identidad genérica e incluso, cito: “el comunicado de prensa de la Asamblea Parlamentaria Nº AP111 (2013): La necesidad de poner fin a la esterilización y castración coercitiva”: todos estos problemas se discutirán activamente en Estrasburgo. Entre los problemas meramente europeos se destacan puntos como La adopción de la decisión sobre la petición relativa al inicio del procedimiento de monitoreo respecto a Hungría frente a las acusaciones contra Budapest de faltar a los compromisos ante el Consejo de Europa, así como debates corrientes sobre Los disturbios en Suecia: política europea de inmigración en el centro de la atención. Este último punto, es cierto, debe ser todavía aprobado por los diputados.
¿De qué habla tal discordancia? Antes que todo, de la aspiración del Consejo de Europa como organización y, en especial, de una fila de sus diputados, de mantener bajo su control todo el espectro de los problemas mundiales. En general, es una idea loable. Sin embargo, como evidencia la experiencia de las sesiones anteriores, la búsqueda de cantidad suele desembocar en llamados evasivos que no obligan de nada a nadie, o genera nuevas líneas de división y confrontación en Europa. Tanto una cosa como la otra, lejos de propiciar la consolidación del papel de dicha organización en la garantía justamente de la seguridad europea, dificulta la solución de problemas concretos, en particular, los atinentes al tema de los derechos humanos.
Veamos, por ejemplo, el problema de los presos políticos, un problema álgido, que tradicionalmente está presente en la entidad. Muchos diputados, sobre todo, de los países que presentan tales o cuales reclamación a Rusia, dirigen tales acusaciones precisamente a Moscú. Tampoco hace honor a dicha organización la línea de doble rasero que se perfila incluso a nivel de tales o cuales definiciones y de su interpretación, recuerda a La Voz de Rusia el académico Paul Kalinichenko de la Academia Jurídica de Rusia. Entre otras cosas, abordó el concepto preso político que figura en los documentos de la Asamblea Parlamentaria. Este es interpretado como una persona condenada a un plazo de cárcel “por razones evidentemente políticas sin vínculo con infracción de ley alguna” o “inadecuado a la contravención cometida”.
Son documentos absolutamente políticos. Ellos siempre abundarán no tanto en léxico jurídico cuanto en matices políticos y su enlace con la situación del momento. Por cierto que tal definición del preso político no solo absolutamente improcedente desde el punto de vista jurídico sino que origina muchas objeciones. Tienen razón los que en la dirigencia rusa declaran que es demasiado lata. Y muchos individuos que están en las cárceles, incluso, el mismo Breivik, también incurren en esta definición. Pues, las condiciones de mantenimiento de Breivik en la cárcel evidentemente no corresponden a la gravedad de su crimen.
No obstante, hoy no merece la pena incurrir en otro extremo e ignorar por completo la Asamblea Parlamentaria. Porque esta y otras estructuras parecidas son una importante tribuna de discusiones, que otorga a las partes la posibilidad de exponer su postura. Lo que, empero, no garantiza la objetividad de los informes preparados a base de las discusiones, puntualizó a nuestra radio Vladislav Belov, experto del Instituto de Estudios Europeos de la Academia de Ciencias de Rusia.
En el fondo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa analiza cuestiones de importancia y los diputados rusos cuentan con la posibilidad de participar en las discusiones. Por eso, desde el punto de vista de la cooperación interparlamentar ia, la posibilidad de plantear cuestiones, formular tales o cuales informes, tomar parte en su discusión, permite decir que tal estructura es necesaria. El contenido de los informes preparados es otro asunto.
sv/lj/er

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