martes, 11 de junio de 2013

Bruselas pagará cualquier precio para conservar la eurozona

Bruselas pagará cualquier precio para conservar la eurozona

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En la zona euro persiste el descontento por la política económica y financiera.

Es, en el fondo, uno de los principales síntomas de la inestabilidad de la región, donde, en primer lugar, crece el descontento por el elevado desempleo debido a la reducción de las capacidades de producción, y la realización de huelgas periódicas. Sobre todo en Grecia, Italia, España y Portugal.
A instancias de Bruselas, los gobiernos adoptan medidas draconianas encaminadas a reducir el gasto público, en particular los programas sociales y aumentar los impuestos. Correspondientemente, crecen las protestas de la población. En opinión de muchos especialistas, en lo que se refiere, por ejemplo, a la situación de España, los intentos de Madrid de reducir el déficit del presupuesto nacional pueden contar con el éxito tan solo en caso de que sus diecisiete regiones autónomas se planteen tal tarea ante sí, las que –en grado notable– son culpables del crecimiento de la deuda del reino. Hace poco el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, declaró sin ambages:
—Dentro de un mes, vamos a reformar el sistema tributario. Y, en particular, vamos a mejorar el sistema financiero de las autonomías del país.
Entretanto, según opinión experta, hasta 2015 el personal de bancos y cajas de ahorro de España se reducirá en aproximadamente cincuenta y cinco mil personas. Todo esto es consecuencia del cumplimiento de una de las recomendaciones de la troika: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.
Por lo visto en Letonia, el futuro miembro de la eurozona que recibirá este país en 2014, hay muchos adversarios a la afiliación. Contra esta decisión, según sondeos de opinión pública, se manifiestan más del 60 % de los habitantes. Los apoya incluso el jefe de la Asociación de Economistas de Letonia Ivar Brivers. Este dijo: “el dinero se mantiene si hay confianza. En Letonia el pueblo no da crédito al euro”.
Para la UE tiene más importancia, por lo visto, los índices macroeconómicos. El miembro del directorio del Banco Central Europeo y presidente del Banco de Austria, Ewald Nowotny declaró el lunes que “en Europa, donde la economía real se encuentra en el estado de recesión y los gastos presupuestarios son demasiado altos, hay que mantener una política estimulante”.
En qué grado está política es de actualidad, puesto que hay que pagar con algo, preguntamos al profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú Iván Rodiónov.
—A mi modo de ver, es absolutamente adecuada. Lo más posible, como muestra todo el curso del desarrollo, los países van a vivir. Pero en las declaraciones, en particular del economista letón, ha aparecido una idea estándar: “Cuando “todo anda bien, todo les gusta a todos”. Se comprende que para un pequeño país el euro es una divisa que depende tan solo de los países más desarrollados de Europa, una divisa muy buena. Pero esta declaración es populista.
Iván Rodiónov resalta que, digamos, para España que tolera con gravedad las consecuencias de la crisis financiera mundial, no se sabe cómo lo terminaría todo, si tuviera su propia divisa. Importa que en la UE actualmente se crea una unión bancaria, uno de cuyos elementos debe ser el mecanismo único de reestructuración de bancos. Uno de los objetivos de la creación de tal mecanismo es reducir el uso de medios de los contribuyentes en la salvación de bancos, y su salvación significa la posibilidad de aumentar los medios prestados para los empresarios y la creación de nuevas plazas laborales. En opinión de Iván Rodiónov, ninguno de los países críticos de la eurozona podrá recuperarse por sí solo.
vs/mo/er

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