martes, 18 de junio de 2013

Aseguran que repartir el trabajo puede salvar empleos en las crisis

Aseguran que repartir el trabajo puede salvar empleos en las crisis

Fuente Télam

Un nuevo libro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que repartir el trabajo puede salvar empleos en las crisis y que esa estrategia ya fue utilizada durante la Gran Recesión de 2008-2009.

La publicación, presentada en el marco de la 102 Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), que se realiza en Ginebra, sostiene que reducir las horas de labor puede tener efectos positivos sobre los niveles de empleo durante una grave recesión económica, preservar competencias y sostener empresas.

Esa decisión, posteriormente, puede ser considerada una estrategia para ayudar a generar nuevos puestos de trabajo, según el libro.

"La repartición del trabajo durante la Gran Recesión, nuevas formas y perspectivas", editado por los investigadores de la OIT Jon Messenger y Naj Ghosheh, demuestra que se registró un drástico resurgimiento de esa estrategia como herramienta eficaz del mercado laboral para preservar los empleos en tiempos de recesión económica.

Si esa política es concebida e implementada de forma correcta, los trabajadores pueden mantener los empleos y, el resultado, beneficia a todas las partes, explicó Messenger, quien subrayó que las empresas sobreviven y se ubican en una buena posición al restablecerse el crecimiento, en tanto los gobiernos y la sociedad como un todo pueden ahorrar sobre "los costos del desempleo y la exclusión social",

La repartición puede realizarse cuando una empresa decide reducir las horas de labor para distribuir menor volumen de tareas entre el mismo o similar número de empleados para evitar despidos.

Ello ocurrió por ejemplo -según el libro de la OIT- con el "Programa Kuszarbeit", en Alemania, que salvó unos 400 mil empleos e involucró a alrededor de 1,4 millón de trabajadores durante la crisis de mayo de 2009, en tanto Japón conservó 370 mil por sus medidas EAS de repartición de labor, que beneficiaron a 2,5 millones de empleados.

El programa de reducción de las horas de trabajo en Turquía, el más importante en un país en desarrollo, salvó casi 100 mil empleos y, en los Estados Unidos, otros 165 mil fueron salvaguardados en 2009 a partir de pequeños programas de desempleo en ciertos Estados.

La repartición del trabajo puede contribuir a promover el empleo, conciliar la vida laboral y familiar, favorecer a empresas y economías más sostenibles y a sociedades más justas.

Otro tipo de repartición ocurre cuando un gobierno favorece la reducción de las horas de labor para estimular la contratación de personal adicional y aumentar los niveles de empleo, lo cual puede ser implementado en cualquier momento y no solo en las crisis.

Las medidas permanentes abarcan desde la reducción de la semana de trabajo impuesta por ley y la negociación colectiva en industrias específicas hasta el impuesto u otros incentivos, como la baja de los tributos sobre la nómina de personal o créditos fiscales.

El libro sugiere que las medidas pueden obtener modestas mejoras en el empleo, lo que es importante en la crisis mundial, y ofrece un análisis de los programas de repartición durante esos períodos, tanto en Europa –en particular Alemania, Austria, Bélgica, Francia y Países Bajos–, como en Estados Unidos, Japón, Turquía y Uruguay. 

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