lunes, 13 de mayo de 2013

Ángeles supo que Galván iba por su cabeza

Ángeles supo que Galván iba por su cabeza

Policía •
“Querían acabarle la vida” por órdenes del ex titular de Sedena, dice Karina Ortega, hermana de un litigante torturado para implicar al general con el narcotráfico.
México • El general Tomás Ángeles Dauahare fue alertado 10 días antes de ser detenido “que querían acabarle la vida por órdenes” de Guillermo Galván Galván, entonces titular de Sedena, pero no lo creyó.
Así se lo hizo saber el 5 de mayo de 2012 Balbina Karina Ortega Maya, quien trabajó directamente con él cuando fue titular del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas.
La mujer es hermana del abogado José Gerardo Ortega Maya, yerno del ex secretario de Marina Luis Carlos Ruano Angulo y ex asesor del también ex titular de esa dependencia federal Francisco Saynez Mendoza.
El litigante, amigo cercano de Ángeles Dauahare, fue detenido en Huixquilucan, Estado de México, el 3 de mayo de 2012 por personal de la Unidad de Especializada en Investigación de Delitos contra la Salud de la SEIDO, que estaba bajo control del teniente coronel Avigaí Vargas Tirado.
A través de Karina, el abogado presentó una queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para denunciar que fue torturado por orden de Vargas Tirado por negarse a declarar contra el general Ángeles Dauahare.
La mujer contó a MILENIO la forma en que advirtió a Ángeles Dauahare de lo que se preparaba en su contra.
Asegura que ha decidido “dar la cara” por las constantes amenazas de muerte que recibe para que no hable del caso y no denuncie las torturas contra su hermano en el penal de máxima seguridad de Matamoros, además del hostigamiento de que es víctima por parte de militares cuando viaja a esa cárcel del norte del país.
Señaló que el 5 de mayo de 2012, luego de dos días de buscar a su hermano, lo encontró en las oficinas de la SEIDO en la calle de López número 14, colonia Centro, en la capital del país.
Ahí fue sometido a torturas, dijo. Lo golpearon, le rebanaron trozos de piel de las piernas y lo intentaron asfixiar usando bolsas de plástico.
A ella la hicieron firmar una hoja en blanco en la que aceptaba que hermano se encontraba en perfecto estado de salud, pues de lo contrario no lo volvería a ver, le advirtieron.
José Gerardo Ortega Maya pudo hablar unos minutos con su hermana y él le pidió avisar al general Ángeles Dauahare lo que estaban planeando en su contra: tratar de ligarlo con el crimen organizado.
“Cuando salí de ahí (de la SEIDO) me fui a (la Comisión Nacional) de Derechos Humanos; levanté mi queja, la 4681, y posteriormente fui a buscar al general Ángeles Dauahare y pude hablar con él.
“Le dije que a mi hermano lo habían detenido y torturado por él, porque querían acabarle la vida por órdenes del general (Guillermo) Galván Galván; él (Ángeles Dauahare) estaba impresionado como nosotros.
“Él (el general) me dijo que de qué hablaba, que Gerardo qué había hecho, que por qué estaba ahí (en la SEIDO)”.
Y ella respondió: “No general, Gerardo no hizo nada: es por usted, por favor ayúdenos. Me dijo: ‘Mira hija, yo los voy a ayudar, pero déjame investigar’. Yo le dije que urgía”.
Karina Ortega Maya mencionó que ese mismo día su hermano fue enviado a la casa de arraigos de la PGR, en la colonia Doctores del Distrito Federal.
De esto se enteró a las cinco de la tarde, cuando salió de la CNDH. “Después de eso fui al departamento del general, dejé mis datos al portero; luego regresé y ya pude hablar con él”.
—¿Pero le creyó?
—No.
—¿Se sorprendió?
—Yo misma no creí cuando me lo dijo (Gerardo). Me pregunté ¿qué hizo el general o qué pasó? Pensé que habían atropellado a alguien, que había muerto alguien, pero de un choque o algo así. Pero el general me dijo: ‘hija no sé de que éstas hablando’. Gerardo tampoco. A Gerardo no lo mataron (en la SEIDO), pero le dijeron que se le iba acabar la vida en la cárcel, por no haber declarado contra el general y no haber cooperado con la PGR.
“Entonces el general me dijo: ‘déjame investigar y yo te habló’. Yo hablé luego con el general tres veces o más por teléfono, y le dije: ‘a Gerardo ya lo arraigaron, él está muy mal y lo torturan; no tiene ni atención médica (su hermano es diabético).
Y abundó:
“No sé qué pasó, le abrieron una averiguación previa por delincuencia organizada y supuestamente le sembraron tres armas y cajas de cartuchos como si vendiera armas.
“Le dije (a Ángeles Dauahare) ‘no sé qué pasa, sólo sé que lo torturaron por usted’. Me dijo el general: ‘Yo me voy de viaje, cuando regrese nos vemos’. Y bueno, ya no fue así, cuando regresó el general, pues a él lo detuvieron (el 15 de mayo de 2012)”, detalló.

PROPONEN MUSEO DE LA PAZ
Arquitectos mexicanos plantearon al Senado y a otras autoridades la posibilidad de construir un Museo para la Paz para mandar un mensaje de repudio a la violencia.
El proyecto consiste en una gran paloma de 40 metros de largo con salas interactivas, alusivas a los movimientos pacifistas del mundo, con cafetería y miradores.
El proyecto será un monumento autosustentable, que se construirá en alguna ciudad o centro turístico con problemática delincuencial. Ya fue presentado a la Presidencia.
De acuerdo con el autor del proyecto, premiado internacionalmente, Francisco Carbajal de la Cruz, el motivo de construir un museo de esta naturaleza es crear conciencia de que el desarrollo del país requiere un ambiente de paz.
Argumentó que la lucha anticrimen sigue generando pérdida de vidas humanas, mientras que familiares de las víctimas no están conformes con el memorial oficial recién inaugurado.
“La patria, para que pueda seguir existiendo, requiere de paz. Lo dijo el presidente Barack Obama y lo declaró el presidente Enrique Peña Nieto: los programas políticos, económicos y sociales requieren de paz.”
(Angélica Mercado/México)

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