domingo, 21 de abril de 2013

Una obra cubana en defensa de la mujer

Una obra cubana en defensa de la mujer
  
Por Lianet Arias Sosa*
Imagen activaLa Habana (PL) La lucha en Cuba por los derechos de las féminas tuvo lo que muchos consideran uno de sus motores esenciales en el surgimiento de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960.
Esa organización, que aglutina a cuatro millones 200 mil féminas, deviene mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres en esta nación, explicó su secretaria general, Teresa Amarelle, en declaraciones exclusivas a Prensa Latina.

Probablemente, uno de los resultados más ilustrativos del lugar que hoy ocupan ellas, y por el que ha luchado la FMC, sea la presencia femenina en importantes cargos políticos, una realidad palpable en la composición del Parlamento y del Consejo de Estado.

De hecho, las cubanas constituyen el 48,86 por ciento de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y 13 de los 31 integrantes del Consejo de Estado, detalló la dirigente.

Además, resultan el 42 por ciento de los miembros del Comité Central del Partido Comunista, y la mitad de los integrantes de los gobiernos provinciales, refirió Amarelle, quien añadió que 10 mujeres son presidentas de las asambleas provinciales y 59 encabezan gobiernos municipales.

Tal realidad no se debe a "la voluntad política de ponernos una cifra", sino que emerge como el producto de la participación de las mujeres en diversos sectores, entre ellos, la economía y las labores científicas, afirmó.

De acuerdo con la secretaria general de la Federación, las cubanas representan actualmente el 37,5 por ciento de la fuerza ocupada del país, pero el 74 por ciento de ellas tiene nivel medio superior o superior.

"Cuando lo comparamos con un 55 por ciento que alcanzan los hombres ocupados en la economía, nos damos cuenta de la creciente participación de la mujer" en este aspecto, señaló Amarelle, al destacar además que en la matrícula universitaria, seis de cada 10 inscritos son féminas.

Asimismo, el 53 por ciento de los investigadores y más del 70 por ciento de los educadores y del sector judicial en el país, son mujeres, informó la dirigente, quien atribuyó estos resultados a la voluntad política del Estado y los esfuerzos de la FMC.

Obtuvimos tales logros dentro del proceso revolucionario iniciado en 1959, y al participar en eventos internacionales y apreciar las duras realidades de otros países sentimos el orgullo de pertenecer a una organización que lucha por nuestros intereses, dijo.

En ese sentido, mencionó que el Estado cubano hizo posible, además, la existencia de varias legislaciones que protegen los derechos de las mujeres, entre ellas, el Código de familia, el Código de la niñez y la juventud, y la Ley de maternidad.

Tales instrumentos jurídicos y otros programas defienden y armonizan la lucha por la verdadera igualdad de oportunidades para las féminas, a lo cual se une la aprobación en 1997, por el Consejo de Estado, del Plan de Acción Nacional de la República de Cuba de Seguimiento a la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer, agregó.

ELLAS EN FOROS INTERNACIONALES

El énfasis del Gobierno de la isla y de la FMC, por impulsar el desarrollo de ellas en todas las esferas del país, también encontró su reflejo en los vínculos con instancias internacionales.

Como parte de esas relaciones, sobresalen las existentes con la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), en la que la organización femenina coordina la oficina regional para América y el Caribe, con sede en Cuba.

En este sentido, no asombra que la isla fuera la primera en rubricar y la segunda en ratificar la Convención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer.

Tampoco sorprende que la FMC posea en la actualidad más de dos mil contactos con organizaciones del mundo y mujeres que ostentan una trayectoria y reconocimiento internacional, en más de 120 naciones del orbe, precisó Amarelle.

Durante el diálogo en la capitalina sede de la institución, destacó que las cubanas juegan también un rol importante desde su participación, como ONG con estatus consultivo, en las sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en defensa de los derechos de las mujeres y otras causas en el mundo.

Con respecto a la presencia de ellas en foros internacionales, señaló que "no son sólo las dirigentes de esta organización (FMC)", sino que las representantes de otros sectores de la sociedad también muestran una participación activa en eventos fuera del país.

Resaltó, además, que "un gran por ciento de los cubanos que ayudan solidariamente a otros países del mundo, son mujeres", lo cual -consideró- también constituye un logro del proceso revolucionario en esta nación.

LOS NUEVOS DESAFÍOS

En medio de transformaciones del modelo económico impulsadas en el país, la secretaria general de la organización que reúne al 89 por ciento de las cubanas mayores de 14 años, señaló la importancia de contar con ellas en este proceso.

El 66 por ciento de la fuerza técnica y profesional de Cuba hoy son mujeres, por lo que resulta imposible actualizar nuestro modelo económico sin su participación activa, dijo Amarelle, quien aseguró que ellas están "asumiendo la responsabilidad que les corresponde".

La isla emprendió un proceso de actualización económica que busca potenciar el desarrollo de las fuerzas productivas, sin renunciar al modelo socialista y a los resultados de índole social de las últimas décadas.

Para ello, promueve el perfeccionamiento en la gestión y la eficiencia de la empresa socialista y, paralelamente, el incentivo a las cooperativas y al sector no estatal, en el cual se desempeñan ya unas 400 mil personas.

La dirigente refirió que de los ocupados en ese sector, más del 27 por ciento son mujeres y constituyen casi el total de los arrendadores de viviendas, una de las actividades de ese ámbito con mayor auge en el país.

Mientras, añadió, las Casas de orientación a la mujer y a la familia existentes en esta nación, que entre otros propósitos buscan adiestrarlas en distintas labores, evalúan sus programas para ajustarlos también a las necesidades de capacitación en el ámbito del trabajo por cuenta propia.

Además, esas trabajadoras fueron favorecidas también con la Ley de maternidad y la seguridad social, lo cual difiere de las especificidades en esa esfera de otros países, donde sus integrantes adquieren ingresos sólo a partir de lo que produzcan, sin otros beneficios, ilustró.

La actualización económica y otros desafíos alientan las acciones de las federadas, inmersas en un proceso de debates previo al IX Congreso que celebrarán los días 7 y 8 de marzo del año venidero.

A juicio de Amarelle, la prioridad reside en contar con dirigentes de base y un voluntariado preparado sobre cuáles son los propósitos de la organización y "cómo logramos que su funcionamiento cada vez más se vaya transformando junto con el modelo económico", apuntó.

Nuestro principal reto, dijo, radica en conseguir que cada delegación funcione bien y las mujeres encuentren respuesta a sus preocupaciones.

Lo cierto es que las murallas levantadas históricamente contra la igualdad de derechos de la mujer parecen haber cedido muchísimo ante el empuje del Estado y el pueblo de Cuba, un país que próximamente, en el Examen Periódico Universal ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, expondrá seguramente orgulloso esa realidad.

*Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina

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