martes, 2 de abril de 2013

Supervía destruye área natural protegida

Supervía destruye área natural protegida

2. abril, 2013 Elva Mendoza

A La Loma le atraviesa una herida de muerte: la Supervía. El túnel cuatro del sistema vial de puentes, túneles y distribuidores viales que habrá de conectar Santa Fe con Periférico le cruza por el centro. Un decreto le daba la categoría de Área Natural Protegida y al mismo tiempo permitía la construcción de la vialidad de peaje que desató el desastre ecológico

 
 
Declarada en 2010 como Área Natural Protegida con la categoría de zona de conservación ecológica, a La Loma la atraviesa una vialidad de paga que habrá de unir Santa Fe con el Periférico: la Supervía Poniente.
 
El decreto que instruyó a las autoridades y ciudadanos a conservar el sitio que proporciona bienes y servicios ambientales a la población del Distrito Federal por su relevancia ecológica, también permitió la construcción de la vía de peaje.
 
“En el Área Natural Protegida podrá realizarse una vialidad subterránea”, señala el escrito publicado en la Gaceta Oficial del Gobierno del Distrito Federal.
 
Con una superficie de 77.33 hectáreas y un túnel intestino, La Loma fue herida de muerte, asegura Luis Zambrano, investigador en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 
El túnel cuatro del sistema vial de puentes, túneles y distribuidores viales se abre camino bajo el área a lo largo de 647 metros. “Cuando abres un boquete de ese calibre y matas la cantidad de árboles que han matado, generas un tumor en el pulmón”, dice Zambrano.
 
El también profesor en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que en términos ecológicos, para La Loma, tener una abertura así involucra un desfasamiento en su geomorfología. Aclara que con el túnel no podrá retener más agua y dejará de ser un corredor para plantas y animales. “Se va a generar urbanización. Ése es el diagnóstico: un cáncer terminal. Va a morir”.
 
 
 
Dentro del Plan de Manejo, el gobierno del Distrito Federal exceptúa a la concesionaria de conservar la Zona de Protección Estricta. La categoría abarca una extensión aproximada de 19.86 hectáreas, que corresponden al 25.68 por ciento de la superficie del Área Natural Protegida.
 
Ubicada principalmente en las márgenes de las barrancas La Malinche y La Angostura, en la delegación Álvaro Obregón, dicha zona es la superficie con menor alteración, con más alto valor de naturalidad y mayor calificación en cuanto a su valor paisajístico, de conectividad ecológica, protección del suelo, mantenimiento de los procesos hidrológicos y para la investigación científica.
 
De a cuerdo con el Plan, también publicado en la Gaceta, en dichas zonas sólo se permitirá un uso científico, el monitoreo y la realización de acciones para la protección, restauración ecológica y manejo. Sin embargo, los sitios en los que se lleven a cabo las obras del Sistema Vial “son una excepción a la política anterior”, sentencia el impreso.
 
En tal caso, las actividades que se realicen deberán poner en marcha las medidas de mitigación y restauración que sean necesarias, especifica.

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