miércoles, 10 de abril de 2013

De la amistad a la venganza


De la amistad a la venganza

Las investigaciones de la PGR sobre el frustrado complot para asesinar a los hermanos Ricardo y David Monreal avanzan sobre la línea de una venganza del empresario Arturo Guardado por lo que consideraba una “traición” de los políticos zacatecanos, a quienes acusaba de no haber hecho nada ante la desaparición de su hermano Juan Carlos, ocurrida en febrero de 2011.

El primer objetivo de los sicarios contratados por Guardado fue asesinar a David Monreal, quien mantuvo una cercanísima relación con Juan Carlos Guardado, al grado que lo sustituyó en la alcaldía de Fresnillo en 2010, pero como no pudieron localizar al actual senador, decidieron ir por el diputado Ricardo Monreal, a quien tenían ubicado.

El móvil de la venganza se refiere al resentimiento que Antonio Guardado tenía contra los hermanos Monreal por no ayudarle a localizar a su hermano Juan Carlos. El empresario se lamentaba en público de que ni David ni Ricardo, a quienes su hermano tanto había ayudado en sus campañas, hicieron algo para su búsqueda. “Son unos malagradecidos…nunca le echaron ganas para ayudar a localizarlo”, se quejaba Guardado.

La desaparición de Juan Carlos Guardado ocurrió el 2 de febrero de 2011. En un viaje que realizaba de Fresnillo a Mazatlán nunca llegó  a su destino. Nada se supo de su paradero ni el de su chofer, ni siquiera el de la camioneta en la que viajaba. El único rastro que tuvieron las autoridades fue un mensaje de texto que él mismo envió, a las tres de la mañana de aquel 2 de febrero, a una amiga suya en Fresnillo; el mensaje SMS decía: “Estoy entrando a Durango”. Después de eso, nada, como si se lo hubiera tragado la tierra.

Cuando al día siguiente las personas que lo esperaban en Mazatlán se comunicaron a su casa para saber si había viajado, comenzó el rastreo. Lo primero que hizo la familia Guardado fue acudir con Ricardo Monreal, entonces senador de la República, para pedir su apoyo en la búsqueda de Juan Carlos. Según allegados al ahora diputado Monreal, éste se movilizó de inmediato y habló tanto a la oficina de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, como a la PGR, entonces a cargo de Arturo Chávez Chávez.

En aquellas gestiones, Monreal habló personalmente con García Luna, a pesar de las fuertes diferencias que mantenían, para pedirle apoyo en la localización de Guardado. Pero las gestiones del senador fueron infructuosas. Tanto la PGR como la SSP concluyeron que, al no haber evidencias ni elementos sobre la participación del crimen organizado no había competencia federal y el tema de la desaparición era estrictamente del fuero común, es decir, la Procuraduría de Zacatecas, ante la que también se hicieron gestiones, a pesar de las cuales nunca se avanzó en el caso.

Desde hace un año no hubo más contacto entre los Monreal y la familia Guardado. Y ahí comenzó el resentimiento de Arturo Guardado que empezó a tener expresiones públicas contra los Monreal por “malagradecidos” y por no apoyarlo en la búsqueda. Incluso, el empresario decía que si algo le había pasado a su hermano “era por andar con los Monreal”.

Esos son algunos elementos que analiza la PGR en su investigación, aunque a la acusación de intento de homicidio, podría sumarse otra más grave por “delincuencia organizada” en la que se establecen presuntos vínculos entre Arturo Guardado y un grupo del crimen organizado.

Ese grupo podrían ser Los Zetas, a quienes Guardado se habría acercado el año pasado cuando, en su desesperación ante los nulos avances en las investigaciones de la desaparición de su hermano, el empresario contactó a sicarios del grupo delictivo. Guardado habría pedido el apoyo de Los Zetas para localizar a su hermano e incluso fuentes de la PGR afirman que habría pagado un rescate que resultó ser una estafa.

NOTAS INDISCRETAS…La embestida de Francisco Arroyo contra el gobernador Ángel Aguirre, parece traer mucho más que las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados. El  mensaje para el gobernador de Guerrero viene de más arriba y es claro: si el problema del magisterio en su estado se convierte en un conflicto nacional es por la falta de capacidad para resolverlo. A eso ya respondió el mandatario guerrerense, luego de que Arroyo afirmara que hay un “estado fallido” en la entidad sureña: “”Yo respeto cualquier tipo de opinión, sería bueno que se le preguntara a la gente de Guerrero, a la población, a ver qué opina sobre el desempeño de su gobernador”, dijo Aguirre…Los dados tropiezan. Doble Serpiente.

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