miércoles, 10 de abril de 2013

Cable de Wikileaks habla sobre empresa del general Acosta Chaparro

Cable de Wikileaks habla sobre empresa del general Acosta Chaparro

Uno de los cables recientemente publicado por Wikileaks hace referencia a la compañía que el militar tenía con su esposa, así como a información interna del banco suizo que administró su patrimonio a finales de los 90.
(Foto: Cuartoscuro)
Uno de los cables de la embajada estadunidense en México, recientemente revelados por Wikileaks, involucra al ex jefe policiaco de Guerrero, Arturo Acosta Chaparro, recordado por su participación en la Guerra Sucia durante la década de los 70.
De acuerdo con Reporte Índigo, el documento publica información interna del banco suizo Julius Baer y correspondencia que habla de la compañía Symac Investments, constituida por Acosta Chaparro y su esposa, Sylvia Madrigal, así como la relación de esta compañía con las acusaciones que se le imputaron a Acosta Chaparro de proteger y estar coludido con el cártel de Juárez.
El banco suizo, dedicado exclusivamente a la gestión patrimonial, incumplió con su obligación de “conocer a su cliente” para prevenir el lavado de dinero, al administrar el patrimonio del también militar a finales de los años 90, cuando el general estaba siendo procesado por cargos de narcotráfico y por su participación en la Guerra Sucia.
Acosta Chaparro fue arrestado y condenado en 2002 a 15 años de prisión por nexos con el narcotráfico, pero en 2007 la sentencia fue revertida después de una apelación, y el militar salió libre. El 20 de abril de 2012 fue asesinado de un disparo en la cabeza en la colonia Anáhuac, en el Distrito Federal.
México y su negociación con los secuestradores de Leonhardy
Otro de los cables publicados por Wikileaks señala que durante el secuestro del diplomático estadunidense Terrance Leonhardy, ocurrido el 4 de abril de 1973, el gobierno de México no atendió el consejo de Estados Unidos respecto de no negociar con los secuestradores, y accedió a sus demandas.
El cónsul general Leonhardy fue secuestrado por las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP), que entre sus exigencias al entonces presidente Luis Echeverría, demandaban la liberación de 30 presos considerados por el gobierno como peligrosos, y la entrega de un millón de pesos.
La aceptación de estas demandas fue criticada por el departamento de Estado estadunidense, señala el diario La Razón.
En un análisis enviado al departamento de Estado sobre la actitud del gobierno mexicano se señala que “la rápida y completa capitulación del gobierno de México ante las demandas de las FRAP fomenta pensamientos similares en el futuro, un factor evidente y preocupante para el gobierno de México”.
Asimismo considera que “la credibilidad del gobierno de México al negar que estos grupos tengan motivaciones políticas ha sido puesta en duda. Cualquiera que sea el resultado, el gobierno de México se ha debilitado en su posición pública”.

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