domingo, 31 de marzo de 2013

La violencia que no cesa

La violencia que no cesa


por Jorge Meléndez Preciado
El Chapo Guzman¿En cuánto tiempo dará resultado la  estrategia de Enrique Peña Nieto contra la violencia que padecemos? Nadie lo sabe con certeza. Mientras Roberto Campa, segundo a bordo en la lucha contra los malosos, aseguró hace poco que año y medio; en su viaje por Europa el mismo Peña Nieto decía que un año. La diferencia es sustancial, ya que en ciento ochenta días morirían más de siete mil personas, según los datos recabados por el semanario Zeta.
Recientemente, un organismo internacional señaló que la violencia en el país se había desbordado, en el trágico sexenio de Felipe Calderón, por cuatro importantes razones: el decaimiento de los cárteles colombianos, el levantamiento de la prohibición de venta de armas de asalto en Estados Unidos cuando el desastroso gobierno de George Bush, el cierre de la ruta del Caribe como vía para introducir la cocaína a  Estados Unidos y la audacia y gestión empresarial del cartel de Sinaloa, encabezado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En este último caso, es necesario señalar que la red formada por el sinaloense que se escapó en el mandato de Vicente Fox de la cárcel de la Palma, no sólo abarca toda Centroamérica, sino que tiene ligas mundiales, lo mismo en Australia, Egipto, Europa y lógicamente todo Estados Unidos.
Según el informativo Global Spot de Canadá, “El Chapo” ha tenido éxito en sus tareas debido a que no afecta en su negocio a la población –es decir, no secuestra y mata como “Los Zetas”–, es muy efectivo para sus compras y entregas y tiene una capacidad de corrupción impresionante.
Por esas y otras razones, la guerra efectuada por Calderón fue un grave error. No se podía acabar con las pandillas únicamente deteniendo o matando a sus cabecillas. Lejos de menguarlos, los reprodujeron, pues si antes había más de 20 grupos actualmente son 60 o más.
Hacer que el ejército enfrentara el problema, ya que la policía no era confiable, logró que  los militares abusaran de su poder e incluso fueran cooptados por los narcos. Por eso el caso de  Jesús  Gutiérrez Rebollo, en la cárcel, se multiplicó y actualmente hay varios generales en prisión y otros más que  se encuentran  libres y están al mando de zonas importantes como las del norte del país, reciben señalamientos de ser socios de los capos.
Para realmente enfrentar el problema, dicen los especialistas, se necesita sanear a la policía, algo que no se ha realizado y no sabemos si el general colombiano Óscar Naranjo, especialista contratado por Enrique, lo pueda lograr. Además, hay que legislar para evitar abusos y corrupciones, algo que no parece no estar en la agenda hoy. Y además, se necesita el apoyo de las comunidades a las que se debe ayudar con mejoras sociales diversas, lo cual ha dado frutos en Colombia e Italia y ha tenido eficacia, por ejemplo, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En estos últimos  cuatro meses aparentemente no pasa nada. Ello porque  la prensa ha sido acallada ya por petición del ejecutivo o por las agresiones que han sufrido directamente del narco y cuerpos policiacos. Pero la realidad es: hay miles de asesinados y  de seguir este ritmo, para fin de año habrá más de 83 mil homicidios.
Del domingo 24 de marzo al lunes 25, fueron ejecutados 23 mexicanos, casi uno cada hora. De ellos 8 en Sinaloa, 3 en Tamaulipas, igual número en Jalisco y la misma cantidad en Guerrero. En el estado de México 2 y hasta uno en el DF (Pantitlán).
Después supimos que 23 policías laguneros fueron a prisión por estar coludidos con mafiosos y que los narcos habían asesinado a un comandante en Juan R. Escudero, Guerrero.   Roberto Campa nos informaba, también, que la principal causa de muerte entres los jóvenes es la muerte con violencia, llevada a cabo también por muchachos.
Y antes en Morelos, conocimos de varios liquidados por diversas fuerzas. Ante ello, el  mandatario, Graco Ramírez, exigió a los reporteros no hablar de estos asuntos sino dar buenas noticias. En su cuenta de tuiter dijo: “Me llama la atención q(ue) cuando más avanzamos en la seguridad y la reconciliación social” se inventen cifras negras. ¡Qué cinismo!
Algo que había dicho de otra manera Vicente Fox y Felipe Calderón, los cuales llamaban a no leer periódicos o destacar los supuestos triunfos gubernamentales, respectivamente. Y luego Peña Nieto mandó a no hablar de un asunto que evidentemente ha rebasado a los gobernantes en todas partes.
No se puede tapar el sol con un dedo. Es necesario que sepamos realmente a qué atenernos, que se castigue a los culpables especialmente ligados al gobierno y se tome en cuenta a los ciudadanos para resolver el problema. No hay de otra.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario