jueves, 14 de febrero de 2013

Los “dinos” del Vaticano llevan al Papa a renunciar


El semanario Panorama revela los nombres de los que investigaran la fuga de documentos personales

Los “dinos” del Vaticano llevan al Papa a renunciar


Benedicto XVI nombró a tres cardenales para que investigaran la fuga de documentos; de los resultados, quedó sorprendido
EFE
Febrero 14, 2013  1:15 am
CIUDAD DEL VATICANO. Benedicto XVI “admitió, tal vez por primera vez, haber descubierto una cara de la Curia vaticana que jamás había imaginado. Antes de Navidad comenzó a pensar seriamente en su dimisión”, señala la revista Panorama, en el extracto publicado ayer por los medios italianos. Ésta sería la razón por la cual pensó en renunciar al papado el pasado 17 de diciembre, tras recibir un nuevo informe sobre el escándalo Vatileaks, fuga de documentos oficiales del Vaticano, que reveló una “fuerte resistencia” en la Curia romana a las medidas de transparencia que había pedido.

Panorama, un semanario de actualidad política, publica el día de hoy un reportaje sobre el entramado Vatileaks.

Según la reconstrucción del semanario del grupo Mondadori, propiedad de la familia Berlusconi, el 17 de diciembre de 2012 Benedicto XVI recibió a los tres cardenales que nombró ex profeso para investigar la fuga de sus documentos personales y del Vaticano, que acabaron publicados en el libro escándalo Sua Santita, del italiano Gianluigi Luzzi, y que llevaron a la detención y condena del mayordomo de papa, Paolo Gabriele.

Los miembros de esa comisión fueron los cardenales Julián Herranz, español, de 82 años; Salvatore De Giorgi, italiano, de 82 años, y Jozef Tomko, eslovaco, de 88 años, que interrogaron a una treintena de personas del Vaticano.

Los tres le presentaron un amplio volumen lleno de documentación, entrevistas e interrogatorios, que revelaban una “extendida resistencia en la Curia al cambio y muchos obstáculos a las acciones pedidas por el Papa para promover la transparencia”.

Según el semanario, el Papa quedó “muy impresionado” con los informes y sólo tuvo fuerzas para contárselo a su hermano, Georg.

Benedicto XVI, de casi 86 años, aseguró ayer a los fieles que renunciará al Pontificado “en plena libertad por el bien de la Iglesia” y tras constatar que “le faltan las fuerzas necesarias para ejercer con el vigor necesario el ministerio petrino” (el papado).

También ayer, en su última misa multitudinaria destacó la importancia del testimonio de fe y vida cristiana de cada uno de los seguidores de Cristo para mostrar la verdadera cara de la Iglesia.

El anciano pontífice añadió que, sin embargo, muchas veces ese rostro “aparece desfigurado”.

“Pienso en particular en los atentados contra la unidad de la Iglesia y en las divisiones en el cuerpo eclesial”, añadió el Papa, quien agregó que hay que vivir la Cuaresma de una manera intensa, superando “individualismos y rivalidades”.

El mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, y su amigo, Claudio Sciarpelletti, un ingeniero en sistemas, fueron los únicos culpables del caso Vatileaks. Los documentos secretos del Papa pusieron al descubierto las feroces batallas de poder en el seno de la Santa Sede. Según Sciarpelletti, los documentos extraídos los utilizaban para comentar los principales temas que le preocupaban al Papa. En realidad, confesó Gabriele, la difusión de los mismos tendría que beneficiar al Papa y a la propia Iglesia.

Según el director del diario vaticano “L’Osservatore Romano”, Gian María Vían, Benedicto XVI había tomado la decisión de renunciar al papado hace ya mucho tiempo, tras el viaje a México y Cuba en marzo del pasado año, debido a su avanzada edad.

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