jueves, 14 de febrero de 2013

El regreso del PRI-gobierno

El regreso del PRI-gobierno

Escrito por

por Javier Corral Jurado
Homozapping
Gabinete EPNUna nube negra ensombrece a México; es la amenaza de regresión autoritaria que muchos dábamos por descontada a partir, esencialmente, de la transformación de la sociedad y su capacidad de crítica y denuncia. Parece más fuerte la inercia restauradora del poder eficaz, y a algunos les gusta, aunque para serlo se vuelva controlador, abusivo. Es necesaria una alerta, sobre todo entre las dirigencias del PAN y PRD, y sus bancadas en el Congreso. El Pacto por México no debe amilanar el sentido crítico y la denuncia de los graves errores que se están cometiendo.
Hechos recientes no confirman los signos vitales que ya otorgábamos a nuestra democracia; todo lo contrario, muestran la fragilidad de nuestra “transición”, y la entera facilidad con la que vuelve el control oficial sobre medios, la uniformidad de los enfoques y presentación de las noticias, la intromisión presidencial en la Corte, la autodemolición del IFE con sus absurdos en la fiscalización de las campañas, la intentona para desmantelar al IFAI, el sometimiento del Tribunal Electoral federal a los dictados de Televisa, el ocultamiento de la información en materia de seguridad y de nuevo la demagogia como estilo de gobierno, sin contrapeso en la opinión pública.
En un acto por la “transparencia” el nuevo gobierno federal da a conocer, presumiblemente, la declaración patrimonial del Presidente de la República y los secretarios de Estado; una auténtica burla. Ni un solo monto patrimonial se publica; aparecen políticos suertudotes a los que la mayoría de sus bienes les han sido donados o heredados. El caso de Peña es por cierto el más escandaloso; declara nueve bienes inmuebles de los que resulta que seis son donados, uno heredado y sólo dos comprados, ¡de contado! Ni un solo dato de los donantes. El ocultamiento público no tiene mayor repercusión en los medios.
Un ministro recomendado por Enrique Peña Nieto, a través de Felipe Calderón y avalado mayoritariamente por el Senado, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, sin trayectoria en la causa penal ni idoneidad para ser miembro de la primera sala de la Suprema Corte, emite el voto decisivo en la sentencia a favor de Florence Cassez que le otorgó un amparo liso y llano; la francesa recupera de inmediato la libertad que hoy le permite pasear en París convertida en heroína de la justicia mexicana. A los pocos días de la escandalosa sentencia se sabe que Francia asesora al gobierno federal en la creación de la gendarmería nacional.
Un consejero electoral del IFE, don Sergio García Ramírez —de los de mayor prestigio en ese pleno—, tras haberse retrotraído de la discusión sobre el caso Monex durante meses, es presionado de manera irresponsable por el PRI-gobierno, regresa a la mesa y desempata la votación de cuatro contra cuatro, y con su voto libra al PRI de una multa de 75 millones de pesos, mínima sanción a la que podíamos aspirar tras la descarada triangulación de recursos de los que no se acreditó ni origen, ni destino. Una semana después anuncia que su etapa en el IFE ha concluido y el pasado 8 de febrero hace efectiva su renuncia al cargo.
La demagogia y el populismo retoman su lugar en el nuevo gobierno: el programa nacional contra el hambre se convierte desde su puesta en marcha, sin rubor ni consideración alguna, en la nueva estrategia de manipulación electoral desde la Secretaría de Desarrollo Social. El cambio de delegados federales en los estados se concreta de manera rápida en 12 de las 14 entidades en las que se celebrarán elecciones; los perfiles confirman los criterios estrictamente político-partidistas de los nombramientos.
Una mayoría en el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) se lava las manos y decide no entrar al fondo de las turbias maniobras financieras en el gasto de la campaña de Enrique Peña Nieto. Sin rubor, decide enviar las investigaciones de las anomalías a varios de los involucrados directos: remite el expediente sobre posible lavado de dinero a la PGR, en manos de Jesús Murillo Karam, otrora defensor jurídico del PRI en el caso Monex; para darle seguimiento al flujo de los recursos en la triangulación se remite el caso a la Unidad de Inteligencia Financiera, en manos ahora del ex procurador del Estado de México, Bazbaz, y para investigar a las insolventes empresas que le prestaron dinero al PRI se pide la colaboración de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray, entonces coordinador general de la campaña, y quien en su momento negó que el PRI usara monederos Monex. La impunidad tiene permiso.
Un gobernador, el del estado de Colima, Mario Anguiano Moreno, desvela quizá sin proponérselo el pacto de silencio que el nuevo gobierno federal ha convenido con los gobernadores para no informar sobre temas de inseguridad y violencia a menos que fuera estrictamente necesario. Dijo con todas sus letras: “Hubo un planteamiento y hubo un acuerdo en el sentido de que solamente se va a estar informando de las personas detenidas cuando sea estrictamente necesario”. El retorno del ocultamiento como método para disimular las negociaciones, encubrir el fracaso, inventar los resultados. Las ejecuciones siguen y se extienden por el país, pero ya no hay “ejecutómetros” en los medios que cuenten los muertos de Peña.
La dirección de Comunicación Social de la Presidencia alimenta el escándalo mediático en el IFAI y el PRI amenaza desde las cámaras del Congreso a los comisionados con destituirlos. Por la supuesta actuación indebida de una de sus comisionadas, quiere llevarse entre las patas al resto para intentar una conformación más a modo en el órgano que bajo su actual conformación sí puede representarle un contrapeso.
La semana pasada, el Tribunal Electoral federal condona al PVEM la multa de casi 180 millones de pesos a la que más merecidamente se ha hecho ganador en su larga trayectoria de partido bandido, burlador de la reforma electoral con sus esquemas de simulación de propaganda en televisión. De todos los partidos políticos nadie es tan victorioso en la impunidad dentro del Trife como el Partido Verde. Tener atrás al PRI-gobierno y a Televisa por supuesto que cuenta entre los magistrados. Hay signos inequívocos, “y la película se llama restauración autoritaria”.

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