martes, 29 de enero de 2013

¿‘Pacto por México’ o ‘Pacto para México’?

¿‘Pacto por México’ o ‘Pacto para México’?

David Soto @YoSuperYo mar 29 de enero de 2013
La gente acostumbra a ver televisión como si fuese música de fondo o un circo portátil, en ella encuentran muchas veces el aliciente perfecto para poder conversar con los demás cuando el ejercicio intelectual es menospreciado.
Rápidamente percibe los cambios televisivos que marcan la pauta de sus vidas. No es muy complicado darse cuenta de la influencia que ejerce.
De pronto dejó de ser bombardeada por los spots del gobierno anterior, justo cuando ya se habían acostumbrado a ver a las fuerzas federales respaldando y elogiando al “Gobierno del Presidente de la República”. Era ese precisamente, el único ejemplo plausible que utilizaba el gobierno emérito para paliar todo el desastre del que era corresponsable.
Pero situémonos en el aquí y en el ahora: es el año 2013, hay nuevo gobierno en Los Pinos y al igual que el anterior, está jugando una astuta guerra de percepciones.
Se ha decidido minimizar el problema de la Narcoviolencia, simplemente no hablar de ello, no tocar el tema en la agenda ni en los medios, y eso a nivel colectivo es percibido como una señal de que “todo está mejorando”. Aunque en las zonas más azotadas por este clima de inseguridad esta percepción no exista como tal, tomemos en cuenta que nuestro país no tiene precisamente una cultura de información por lo que está pasando, aunado a que se vive en zonas geográficamente remotas y culturalmente disímbolas, en muchos casos se llega a percibir las situaciones de otros lugares como “remotas” o “aisladas”.
Es aquí donde el spoteo del “Pacto por México” es presentado como la panacea que vendrá a resolverlo todo. Es difícil pensar que todos eso actores políticos que se percibían antagónicos ahora comulguen por una causa justa. Pero en los hechos, no representa ninguna novedad, pues la gente ya se ha acostumbrado a todos los hábitos de la clase política, tanto que ya no causa extrañez nada de lo que hagan, al contrario, se le considera ‘normal’ y se acepta de forma fatalista.
Las elecciones recientes dieron cuenta de un clima ríspido entre fuerzas políticas, un clima perfecto para campañas electorales pero mortal para gobernar. Todos lo sabían y quizá el acoso y ridiculización de la figura de Peña Nieto se hizo normal en aquella época (quizá porque parecía derrumbarse) , pero cuando llegó el tiempo en el que asumió el poder, todo esa voracidad se sublimó en elogios y adulaciones, y así todos los personajes y grupos se fueron diluyendo hasta lo insípido, hasta desaparecer sin dejar rastro.
El “Pacto por México” representa un acto desesperado pero astuto por recuperar el poder temerario de la clase política, que había alcanzado su mayor “gloria” en la transición Zedillo-Fox y cuyo villano llegó en la persona de López Obrador. Cuando AMLO entró a escena, se vivió la mayor crisis, pues el PAN estuvo a punto de perder la presidencia y el PRI de desaparecer.
De todos es sabida la historia de los últimos seis años y de cómo el mapa político cambió de forma radical. Ahora falta saber cuál será el resultado de este pacto y su influencia en el futuro.
¿Desaparecerá el PAN? ¿El PRD logrará tener respaldo popular? ¿El PRI podrá conquistar el país entero?

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