martes, 15 de enero de 2013

Adiós a los tiempos fáciles de Peña Nieto

Adiós a los tiempos fáciles de Peña Nieto

Francisco Garfias
Pedro Cerisola, Patricio Patrón Laviada, Vicente Fox. Esos son los “panistas destacados” que no refrendaron su militancia. “Los medios se afanan en buscar más. No van a encontrar 20…”, asevera Gustavo Madero. ¿Un millón 800 mil? Pregunta. “Eran de mentiras”, subraya el jefe nacional del azul.
Después de depurar el padrón, sólo quedaron 372 mil panistas, entre activos y adherentes.
El tema lo obsesiona, lo acapara, lo trae de cabeza. Sabe que su explicación de que “el PAN es un partido de cuadros y no de masas” lo ha convertido en blanco de burlas de críticos y líderes de opinión. Le duele. No lo dice, pero se nota. “El padrón se corrige por estatutos. Se tiene que refrendar”, recalca.
Pocos entienden su juego. Limpiar el padrón debilita el calderonismo. Los gerentes del PAN lo inflaron internamente en las épocas de Felipe. Afiliaciones masivas para apoyar un candidato, registros por SMS. Cualquier cosa era válida para ser adherente. ¡El bum! en los tiempos de gobierno. De 300 mil con Fox a un millón 867 mil con Calderón.
La derrota de julio pasado hizo que el PAN ya no vendiera expectativas a futuro. Los que llegaron por conveniencia se fueron. Eran los más. Se quedaron los panistas de convicción. Los de a de veras. “Quien afilió ya no tiene esa fuerza”, recalca el jefe nacional.
Vimos a Madero la mañana del sábado pasado. Un día inusual para la charla entre un político y un reportero. La cita en el Starbucks de Masaryk. Una hora de incesante intercambio.
El panista habló también del Pacto por México. Otra apuesta difícil. Sus detractores ya lo bautizaron como El Gavioto por sus apariciones junto a Peña Nieto. Comparte el apodo con su cuate perredista, Jesús Zambrano. Rechaza el mote. “PAN y PRD van por una unión democrática”, asegura.
Madero, el vivo retrato de su histórico tío abuelo, no ha cambiado de parecer de julio pasado para acá. Dice que Peña “ganó a billetazos y con engaños”, pero defiende su decisión de firmar el Pacto por México junto con el gobierno, el PRI y el PRD.
Explica: “Voy por una apuesta. El PAN no va a ser la oposición del no. Es una fuerza reformadora. El Pacto nos permite cogobernar. Compromete a un gobierno que ahora propone todo lo que antes se opuso. Vamos por los poderes facticos: los gobernadores, las televisoras, los monopolios, los sindicatos. Vamos por la conclusión de la transición democrática. Vamos por un país mejor”, sintetizó.
Emilio Chuayffet y Elba Esther Gordillo no se han visto en lo que va del sexenio. La distancia ilustra el cambio en las relaciones entre las autoridades de la SEP y la dirigente del SNTE. La maestra parece ya no ser indispensable al gobierno en turno. Tampoco asusta. Ya le quitaron incluso las posiciones que le tenía facturadas en los tiempos del PAN. Ni el ISSSTE ni la Lotería Nacional ni la subsecretaría de Educación Básica de la SEP.
En otros tiempos, la primera persona a la que el secretario de Educación veía era a la poderosa maestra. El fallecido Alonso Lujambio llevó las cosas al extremo y fue incluso al domicilio particular de Elba, apenas lo nombraron titular de la SEP, nos contó Manuel Espino, testigo presencial de la visita. A Josefina Vázquez Mota la removieron contra su voluntad y por presiones de la sindicalista. A Reyes Tamez, titular del ramo con Vicente Fox, lo hizo su empleado. De ese tamaño era su poder.
Hoy nos dicen oficialmente que sólo ha habido “contactos” entre el temperamental político mexiquense y la dirigente sindical. La maestra ya se declaró en resistencia frente a la reforma educativa que le confiscó el manejo de las plazas. Sus huestes ya empezaron a protestar. El pretexto es la reforma laboral.
Un avezado político del PRI apuesta incluso que no falta mucho para que veamos en la calle a los maestros del SNTE contra una reforma que, admite, conculca derechos de los maestros, a través de la famosa permanencia.
Elba Esther no puede dejar que la CNTE se apodere de esa bandera. La batalla apenas comienza”, razonó el priista.
Se acaban los tiempos fáciles de Peña Nieto.
El dato de Consulta Mitofsky nos llamó la atención. Debe ser motivo de preocupación para el PRD y el resto de los partidos de izquierda: 26 por ciento de los ciudadanos aceptan la posibilidad de votar alguna vez por Morena. Uno de cada cuatro mexicanos tacharía en las urnas por el Movimiento que encabeza Andrés Manuel.
La empresa de Roy Campos, sin embargo, destaca también que seis de cada diez ciudadanos están en desacuerdo con la formación del nuevo partido y dos de cada tres dicen que “ya son muchos” los siete partidos que actualmente tienen registro.
Y eso que no saben que hoy solicitan registro Concertación Mexicana, Jóvenes por México, Jornada Ciudadana.
En el registro de Concertación Mexicana estarán en el presídium el ex panista Manuel Espino, los ex perredistas René Arce, Víctor Hugo Círigo y Virginia Jaramillo, el socialdemócrata Jorge Carlos Díaz Cuervo y la conductora Tere Vale, entre otros.
2013-01-15 01:29:00

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