domingo, 23 de diciembre de 2012

¿Otra vez como hace veinte años?

¿Otra vez como hace veinte años? 

Jorge A. Romero @YorchAromero
Este viernes en redes sociales varios usuarios ironizaron sobre el regreso del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los rebeldes aparecieron otra vez en la arena política so pretexto de la “nueva era” que inició este 21 de diciembre de acuerdo con los ciclos denominados Baktún de la cultura maya.
Más allá de la habilidad política del subcomandante Marcos por reciclar el movimiento zapatista, la realidad de 2012 es muy lejana a la década de 1990.
También el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es leído como el signo más evidente de retroceso y es visto como el regreso de nuestra realidad a lo ocurrido hace veinte años.
No obstante, ni siquiera el PRI es el mismo que hace casi dos décadas a pesar de que muchas caras en ese partido siguen siendo las mismas, sobre todo quienes hoy son legisladores en las cámaras de Diputados y Senadores y no se diga en algunas secretarías de estado donde aparecen los mismos apellidos que en el salinato.
Recordemos que cuando Salinas gobernaba, el PRI estaba dominado por el grupo de los tecnócratas, políticos que habían salido del país a cursar doctorados en Yale y Harvard y que impulsaban una política de libre mercado, además de promover el adelgazamiento del estado.
Pese a que la clase política que hoy regresó a Los Pinos postula casi los mismos principios, en el PRI ya no se ve el dominio de los tecnócratas, pues los perfiles de quienes hoy integran el gabinete no corresponden con los economistas de antaño. El más emparentado con la clase política de entonces es Luis Videgaray, alumno de Pedro Aspe, exsecretario de Hacienda durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
La sociedad ya no es la de principios de 1990 y es difícil encontrar la masa acrítica que el PRI aprovechó para expandir su poder casi totalitario. Si bien el PRI hoy regresó el poder, existen los contrapesos para evitar que recurra a los excesos de antaño, cuando por ejemplo, lo que decía el presidente era aprobado por el Congreso sin la mínima resistencia.
Respecto al EZLN, el movimiento que resurge hoy no es el que desafió al gobierno de Salinas de Gortari y su credibilidad, luego de casi desaparecer durante los sexenios panistas, nunca será la misma.
Tampoco está ya presente el México de las crisis cíclicas de cada sexenio y que llevaron a la bancarrota a miles como ocurrió con el error de diciembre al comienzo de la administración de Ernesto Zedillo.
Hoy la amenaza de un nuevo Fobaproa está en los gobiernos estatales que, en complicidad con los congresos locales, que por lo regular están dominados por el mandatario en turno, contrataron deuda como si sus entidades fueran prósperas economías del primer mundo.
No obstante, si bien hay similitudes, el 2012 no tiene casi nada que ver con la década de 1990.

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