Las divisiones en el PRD
Jesús Zambrano, líder nacional del PRD, y Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial (Foto: Archivo/ EL UNIVERSAL)
Por segunda ocasión en su historia, el Partido de Revolución Democrática quedó en segundo lugar en los comicios presidenciales.
Los perredistas terminaron 2012 en medio de divisiones con el anuncio de que su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, iniciaba la construcción de un nuevo partido: Movimiento Regeneración Nacional.
López Obrador también lo hizo del Partido del Trabajo (PT) y de Movimiento Ciudadano (MC), aunque en este último instituto político están muchos de sus seguidores y colaboradores, quienes accedieron con el apoyo del tabasqueño a cargos de representación popular tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.
En el escenario interno, militantes que alguna vez tuvieron cargos de relevancia renunciaron al PRD para irse con López Obrador a cimentar las bases de un nuevo partido político.
El ex perredista Martí Batres se convirtió en el primer presidente nacional de Morena.
Entonces, se inició un proceso de reacomodo de corrientes que continúan en una abierta competencia por el control del partido, que incluye la permanente crítica al liderazgo de Jesús Zambrano.
El encono contra Zambrano se potencializó luego de que éste firmó el Pacto por México, que incluye una serie de compromisos adquiridos con el presidente Enrique Peña Nieto y los dirigentes nacionales del PRI y PAN.
La corriente de la dupla Bejarano-Padierna reprobó dicho pacto y advirtió que los compromisos adquiridos con el presidente Peña Nieto fueron a título personal de Jesús Zambrano, ya que éste nunca tuvo el aval de la Comisión Política Nacional.
Estas diferencias provocaron que el Congreso Nacional se cancelara.
Hubo algunos logros. El Partido de la Revolución Democrática ganó las gubernaturas de Tabasco y Morelos, y retuvo la jefatura de Gobierno del DF. En el plano legislativo, los tres partidos lograron colocarse en la segunda fuerza, por encima del PAN.
ktg
Los perredistas terminaron 2012 en medio de divisiones con el anuncio de que su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, iniciaba la construcción de un nuevo partido: Movimiento Regeneración Nacional.
López Obrador también lo hizo del Partido del Trabajo (PT) y de Movimiento Ciudadano (MC), aunque en este último instituto político están muchos de sus seguidores y colaboradores, quienes accedieron con el apoyo del tabasqueño a cargos de representación popular tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.
En el escenario interno, militantes que alguna vez tuvieron cargos de relevancia renunciaron al PRD para irse con López Obrador a cimentar las bases de un nuevo partido político.
El ex perredista Martí Batres se convirtió en el primer presidente nacional de Morena.
Entonces, se inició un proceso de reacomodo de corrientes que continúan en una abierta competencia por el control del partido, que incluye la permanente crítica al liderazgo de Jesús Zambrano.
El encono contra Zambrano se potencializó luego de que éste firmó el Pacto por México, que incluye una serie de compromisos adquiridos con el presidente Enrique Peña Nieto y los dirigentes nacionales del PRI y PAN.
La corriente de la dupla Bejarano-Padierna reprobó dicho pacto y advirtió que los compromisos adquiridos con el presidente Peña Nieto fueron a título personal de Jesús Zambrano, ya que éste nunca tuvo el aval de la Comisión Política Nacional.
Estas diferencias provocaron que el Congreso Nacional se cancelara.
Hubo algunos logros. El Partido de la Revolución Democrática ganó las gubernaturas de Tabasco y Morelos, y retuvo la jefatura de Gobierno del DF. En el plano legislativo, los tres partidos lograron colocarse en la segunda fuerza, por encima del PAN.
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