miércoles, 21 de noviembre de 2012

No joda, señor Moreira


No joda, señor Moreira Por: Redacción / Sinembargo - noviembre 21 de 2012 - 0:00 Casa de citas - Sin comentarios ¿Cómo puede un político profesional y con la experiencia de Humberto Moreira Valdés ser “chamaqueado”? ¿Cómo se puede desempeñar un cargo público si se desconocen detalles administrativos esenciales, como es el caso de una deuda pública estatal? ¿Quién puede aspirar a ser gobernante si no se tiene un equipo de confianza que cuide la espalda e informe esos detalles tan delicados? Porque no estamos hablando de cualquier político, sino de uno con más de 25 años de experiencia. Uno que ha sido militante poderoso del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) y amigo personal de su lideresa, la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales; secretario de Educación Pública de Coahuila; alcalde de la capital Saltillo; gobernador de la entidad coahuilense y presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Moreira Valdés, además, es desde hace una década, el político más importante en ese estado del norte del país. Tanto así que su familia se convirtió en la más influyente y opera en distintas posiciones políticas y regiones de la entidad. Sin más, su sucesor en la gubernatura de Coahuila, desde el 1 de diciembre de 2011, es su propio hermano: Rubén Moreira Valdés. Pero los otros hermanos, Carlos, Álvaro, Elisa y Monserrat, también despegaron en sus carreras en la administración pública y en el propio SNTE; además, impulsaron su posición económica de la mano del líder del clan: Humberto. Legisladores opositores al PRI han acusado esa situación en distintos momentos. Los hermanos, provenientes de una familia de clase media baja en la década de 1970, desde 1980 comenzaron a sumar fortuna personal y profesional: “Todos los Moreira, sin dejar uno… están todos incrustados en puestos públicos con sueldos que van desde los 60 mil pesos mensuales cada uno y aparte tienen acceso al manejo de cientos de millones de pesos anuales… sin la obligación de la comprobación del destino de los mismos”, expusieron legisladores del PRD en mayo de 2011, cuando se comenzó a hablar de la exorbitante deuda dejada por Humberto Moreira durante su administración estatal. Como sabemos, en sus casi seis años de gobierno los pasivos de la entidad pasaron de 323 millones de pesos a más de 36 mil millones, entre el 1 de diciembre de 2005 y el 4 de enero de 2011, fecha en el mandatario pidió licencia para postularse a la Presidencia Nacional del tricolor. Sin embargo, por todo el control que el saltillense tuvo, y que aún debe tener, sobre los asuntos más relevantes en Coahuila –el gobierno, el empresariado y el SNTE– es difícil aceptar que al ex gobernador le hayan comido el mandado. El lunes pasado por la noche, Milenio Televisión presentó un video donde ex colaboradores del profesor (quien en el momento de la grabación de esas conversaciones –octubre de 2011– era ya presidente nacional del PRI) le explican cómo se contrató parte de la deuda e incluso le ofrecen disculpas por no haberle explicado antes todos los detalles. La calidad de la imagen del video no es buena y no se puede observar sus expresiones, pero las palabras de Humberto Moreira revelan sorpresa por datos que, se supone, no conoció sino hasta ese momento. Ayer, en una entrevista con Joaquín López Dóriga, en su noticiero de Radio Fórmula, el profesor se refirió a ese video y afirmó: “me chamaquearon”. “A mí me engañaron con el asunto de la deuda de Coahuila”, dijo el ex mandatario estatal y añadió que sabía de algunos pasivos, pero no todos, y que lo que desconocía era el uso de documentos apócrifos en el Congreso estatal. Si no sabía lo que estaba pasando en su gobierno, particularmente en un tema vital y tan delicado como es la administración del dinero y la contratación de miles de millones de pesos en deuda pública, eso lo hace no sólo ignorante de sus funciones sino, además, irresponsable. No basta decir “me chamaquearon” y menos aún si esos adeudos se contrataron ilícitamente. El hombre es corresponsable porque él era el líder de esa administración, fueron sus decisiones de gobierno y los colaboradores involucrados –ahora acusados penalmente y también forajidos– eran sus más cercanos. Como se dice en el mejor castellano: No joda, señor Moreira.

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